lunes, 23 de junio de 2014

LA VIDA EN GETXO TRAS LA PROCLAMACIÓN DE LA 2º REPÚBLICA


Dejaba mi anterior entrada con los tranvías averiados a las puertas del 1º de Mayo de 1931, tras la caída de la Monarquía y la llegada del la II-República. 
 
Mientras algún barrio se vestía de rojo, la celebración del 1º de Mayo tomaba las calles de Las Arenas y el estribillo de algunos sectores de la juventud asistente era una cancioncilla, que ya mencioné en mi entrada del miércoles 1 de mayo de 2013 (relativa al 1º de Mayo), cuya letra decía: 
 
...A ese que roba un pan, un pan, un pan
le llaman el ladrón
y al que roba capitales
le llaman el gran señor
señor protector de la sociedad...” 
  
Letra con connotaciones de actualidad ya que: “...mientras que en tierras de Castellón se condena a una pareja por robar hortalizas por valor de 10 €, para los grandes defraudadores, los que trasiegan dineros a Suiza o a paraísos fiscales...”, se eternizan las instrucciones de sus sumarios, llegando a la prescripción, y cuando, en contados casos se les condena, se les indulta. Tras esta pequeña licencia, continuo con el relato de la vida en Getxo, tras aquel movido Abril de 1931. 

 
La lluvia deslució los actos que habían de celebrarse por la tarde. Tras la celebración de un mitin socialista en la Avanzada, la romería que estaba anunciada en el mismo lugar, hubo que suspenderse a causa de la persistente lluvia. 
 
Así que, mientras las manifestaciones obreras reivindicaban mejoras en las condiciones laborales, el capitular del Ayuntamiento de Getxo D. Félix Begoña, se trasladaba a Bilbao para protestar ante el señor gobernador civil de que: “...no se permitiera al comercio de Guecho abrir sus establecimientos en domingo, como se permitía al de Portugalete...”. 
 
El Ayuntamiento bilbaíno realizaba las siguientes declaraciones “...Dos veces, durante el Siglo XIX (1836 Y 1874), los pechos de los liberales de Bilbao opusieron un valladar al absolutismo. La reacción no se dio por vencida y después de unos tanteos de continuada labor de envilecimiento nacional, el 13 de septiembre de 1923 rasgaron la Constitución e instituyeron el poder personal y se apoderaron de los instrumentos de gobierno para someternos al capricho de una dictadura ominosa...”. 

 
El Ayuntamiento de Getxo, el Domingo 2 de Mayo de 1931, por la mañana, procedía a distribuir un donativo de cinco pesetas a cada uno de los obreros parados vecinos de la anteiglesia. Se presentaron a recogerlo unos ochenta. 
 
Transcurrían unos días de relativa calma en nuestro municipio, mientras que de otros lares, llegaban noticias poco tranquilizadoras, muchas de movimientos militares, tanto en el Estado como en Europa. Mientras en uno de nuestros barrios, en Andra Mari, se celebraban el 15 de Mayo las fiestas de San Isidro con la tradicional feria de ganado vacuno que atrajo a ganaderos y labradores de toda la comarca, llamados por el renombre que desde hace años había logrado adquirir ese certamen anual. 
 
El martes 19 de Mayo llegaban a las primeras planas de un diario bilbaíno las incipientes e inéditas noticias de casos de espionaje. Quizá el columnista demostraba una beatífica inocencia en sus apreciaciones de los movimientos que sobre el tema se desarrollaban a lo largo y ancho de la península, ya desde lejanos tiempos. 

  
La época de la guerra europea (1914-1918) la Península fue amplio escenario, consentido, que los espías alemanes, ingleses, franceses, italianos y austriacos se vigilaran y buscaran pruebas de las sucesivas traiciones. Por el mundo entero se extendía la red de las oficinas disimuladas o enmascaradas y los agentes misteriosos de esta poderosa máquina de espionaje. Se citaba también algún caso como el de dos agregados militares que residieron de 1914 a 1918 en la Embajada de Alemania en Madrid: Von Kale y Von Steffan. Fueron estos dos personajes los responsables de poner en marcha el servicio de espionaje. La propia Francia, no ajena a los servicios de “escucha”, captaría de ellos vía retransmisiones radiofónicas, no pocos nombres de la política española y el periodismo afines a los servicios alemanes. 
 
Una prueba de esas intromisiones, algunas realizadas por la propia Iglesia Católica, era la decisión del Gobierno de la República por la que se decidía que: “...Ante la conducta que reiteradamente viene siguiendo el obispo de la diócesis de Vitoria en las visitas a las ciudades de su jurisdicción, que tienen un marcado carácter político, con peligro para la paz pública, que al ministro incumbe garantizar, el Gobierno ha tenido que adoptar medidas para evitarlo...,...ante esta contumacia rebelde, que pone en grave peligro el orden público, y seguro el ministro de servir las necesidades nacionales, sometió a la reflexión del propio prelado la conveniencia de que se ausentase de España, evitando así que su presencia y celo determinasen sucesos lamentables...”. 

 
El Domingo 24 de Mayo de 1931 se inaugurará la temporada de conciertos veraniegos en la Plaza de Las Arenas (Plaza de Alfonso XII, actual Plaza del Puente de Bizkaia). Se estrenaba al mismo tiempo el nuevo kiosco recientemente terminado. El concierto inaugural corrió a cargo de la Banda municipal, que dirigía el maestro D. Manuel Gainza. Se realizó de acuerdo con el siguiente programa: 
 
Brisas de Málaga”, pasodoble del (P. M a r q u i n a)
Vizcaytik Bizkaira, obertura de (Azkue). 
Maruxa”, preludio del segunda acto de (Vives)
Enseñanza libre”, selección de (Jiménez)
Baturra de temple”, jota de (Moreno Torroba). 
 
Este concierto se desarrolló a mediodía, continuando por la tarde, de cuatro a ocho, con bailables, que se celebraron en el mismo lugar y amenizados por la misma banda. 

 
El mismo día, el Consejo de ministros de la República aprobaba un decreto declarando la libertad de cultos. Decía en aquel decreto que: “...Al elevar la tolerancia de cultos a un régimen de plena libertad tutelada, garantía jurídica de la conciencia individual y colectiva, no pretende el Gobierno de la República, antes bien, hace expresa protesta en contra, inferir agravio alguno al sentimiento religioso que hasta ahora ha gozado en el país trato de privilegio...”. 
 
En Inglaterra, la Junta directiva de la organización comercial de los productos químicos y el Consejo industrial de Manchester, llegaban a un acuerdo por el que se reducían los salarios, decisión que afectaba a 80.000 obreros. 
 
Mientras en Bilbao el alcalde Sr. Ercoreca, firmaba el Miercoles 27 de Mayo de 1931 un decreto relativo a la “Fijación de Carteles”, que justificaba bajo los siguientes parámetros: “...Decidido a cumplir los preceptos de las Ordenanzas municipales que atienden al decoro de la villa y a evitar el antiestético espectáculo que se da con la fijación de pasquines y anuncios pegados a las fachadas de las casas, en las aceras, en faroles y en todas partes, he de recordar que dichas Ordenanzas disponen lo siguiente...”. 


 
El paro era algo verdaderamente acuciante. Prueba de ello es que el Sábado 30 de Mayo, un diario bilbaíno decía: “...Para el martes próximo, a las siete do la tarde, ha sido convocada en el Palacio del Señorío por el presidente de la Comisión gestora provincial, una reunión con las Asociaciones de Bancos, Banqueros, Compañías Navieras, Centro Industrial, Cámaras de Comercio y de la Propiedad, Liga Vizcaína de Productores, ingenieros, arquitectos, periodistas y otras entidades, a fin de arbitrar medios para solucionar la crisis del trabajo....”. En algunos diarios se habrían suscripciones para ayudar a los parados.
 
En la misma prensa se recogía un articulo referido al “Estatuto Vasco”, que se estaba tramitando, y que decía: “...ayer por la mañana se personaron en el palacio de la Diputación de Vizcaya los representantes de los Municipios vascos que laboran en pro del Estatuto Vasco, fueron recibidos en la Diputación por Sr. Castro, de la Comisión gestora de Guipúzcoa, les fue facilitada la entrada en el salón de sesiones del Palacio Provincial, donde se encontraban reunidas Comisiones gestoras de Vizcaya, Alava, Guipúzcoa y Navarra...”. El alcalde de Getxo D. Jose Antonio de Agirre, en nombre de los visitantes expuso a continuación el: “...agradeciendo a la amable acogida de las Comisiones gestoras, que ostentaban los alcaldes visitantes la representación de más de cuatrocientos Municipios vascos que hasta hoy se han adherido a la campaña municipal por ellos emprendida...”. 

  
Aquel mismo día aparecían noticias relacionadas con la evasión de capitales, esta vez era en la cercana Gipuzkoa: “...ha sido detenido un empleado de la Aduana de San Sebastián, que intentaba pasar 15.000 pesetas. También ha sido detenido el conde de Florida, que intentaba pasar la cantidad indicada que fue hallada en poder del anteriormente mencionado funcionario, así como otra persona quien al parecer, estaba de acuerdo para pasar 4.950 pesetas pertenecientes al referido señor...”. Aquel mismo día se firmaba por el Gobierno de la República un decreto contra la evasión de capitales, en la explicación de aquella actuación decía: “...La evasión de capitales, tan difícil de contener, y el atesoramiento de billetes a que se dedican algunos insensatos, sin tener en cuenta que cuanto mayor número de billete; exporten, más valor les hacen perder, nos puso en el tranco de aumentar la circulación fiduciaria Estábamos en el momento de honda angustia. El Banco de España, por escasez de billetes, restringía el crédito a la Banca privada, y ésta, a su vez, lo restringía a la industria y al comercio, embarazando sus movimientos...,...Nos hallamos en unos momentos característicos de la especulación extranjera. La especulación responde siempre predominantemente a estímulos de lucro...”. 

 
! Parecían cosas de rabiosa actualidad, hoy en día!. 
 
Cerraba aquel mes de Mayo la noticia referida a Getxo: “...En la alcaldía se ha recibido un oficio de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao, comunicando haber nombrado una comisión compuesta por D. Ramón Bergé, D. Juan María de Goyarrola y D. Tomás Bilbao para que, en unión de la que designe el Ayuntamiento de Guecho, entienda en el asunto de la erección del proyectado monumento, en Las Arenas, a la memoria de D. Evaristo de Churruca...”. Las fotografías que acompañan a esta entrada, aunque de la época, son solo como ilustración, pues como decía en una anterior entrada, no se encuentran las directamente relacionadas.

1 comentario:

  1. Muy interesante el artículo, pero corríjase el título del libro de Azkue. No es “Bizkaitik bizkaira”, obertura de (Azkue). Sino que debería ser "Vizcaytik Bizkaira". Quería reflejar el paso de una Bizkaia erdaldun a una euskaldun, por eso pienso que el detalle del título no es baladí.
    Un saludo.

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