miércoles, 25 de junio de 2014

EL TEATRO EN LA CASA SOCIAL -I-


En la Casa Social de Areeta-Las Arenas, ya desde sus inicios, surgió una inquietud cultural, esta tuvo diferentes expresiones artísticas. Ya desde el comienzo, el mismo día de su inauguración el 16 de Abril de 1929, además de otros actos, ofrecieron una de ellas, con la representación de un monólogo a cargo de D. Alberto San Cristobal (que daría vida a “Arlote”), y de un dúo cómico de tiple y tenor, a cargo de Dña. Isabel Aguirre y D. Manuel Arregui. 
 
Esta inquietud continuaría a lo largo de los años. Fruto de ella fue la aparición de aquel grupo teatral denominado “Guecho Melody”, cuadro artístico que realizó representaciones en la Casa Social, de quien fueron cabeza visible como Director Artístico D. Ignacio Gortazar y Manso de Velasco (Conde de Superunda) quien fue Presidente de la “Segunda” Sociedad Filarmónica de Bilbao, y creador del libreto de “Guecho Melody” ; y como Director de la Casa Social D. Enrique Borda.


  
De su función como Cine ya he hablado en diversas ocasiones, así como del centro recreativo. Así que hoy toca hablar de su faceta como centro artístico, de sus funciones, tanto musicales como teatrales. 
 
El 12 de Abril de 1931 se representó en el Teatro de la Casa Social parroquial, una velada que hubo que suspender la semana anterior, debido al fallecimiento del Director de dicha casa D. Enrique Borda. En la misma, el Sr. Gortazar, antes de iniciar la velada, dedicó sentidas frases de cariñoso recuerdo a la memoria del señor Borda.
 
A continuación se pondría en escena el entremés cómico de D. Isidro Parada “Los Calmosos”, interpretado con verdadero acierto por la señorita Dña. Isabel de Aguirre y los señores San Cristóbal y Zarate, que fue muy celebrada y aplaudida. Obra que tras la dictadura de Primo de Rivera, seria también interpretada por un Cuadro Dramático de la Sociedad Juventud Vasca de Tolosa.
Le seguiría la zarzuela “Molinos de viento”, obra de empeño para aficionados, que alcanzó un nivel interpretativo muchas veces no logrado por profesionales. En ella la notable soprano Dña. Rosita Fariña cantó su parte con gran maestría, dándole todo el valor sentimental que la misma requería; el Sr. Santolaria, barítono de reconocido prestigio, entonó tan bien, que se vio obligado a repetir la romanza “del oculista”, quien en su papel de “Romo” puso gran vis cómica. Destacó en la obra Dña. Isabel Aguirre, en la figura grotesca de “Sabina”, de quien decía la prensa “...interpretó un papelito del que supo sacar un gran partido...”. 

 
De aquella representación la prensa de la época exclamaba “...!Se repitieron muchos números y con gran ovación el de las cuatro señoritas tenientes. Coros y Orquesta, con gran ajuste, dirigido todo por el Sr. Fernández!...”. 

Las decoraciones del escenario que corrieron a cargo de D. Antonio Segura, merecieron sinceros elogios. Aquella velada constituyó un éxito que esperaban fuera confirmado, el siguiente domingo 19 de Abril, en su repetición. 
 
Así, mientras las convulsiones políticas y de los mercados se agitaban aquellos días, produciéndose el cierre brusco de las Bolsas de París, Zurich, Londres, Bruselas y Nueva-York, el valor oro era abandonado temporalmente en Londres, en los círculos oficiales se hacía notar que el pánico y como decía un diario de la época “...!hasta las criadas van a la huelga!...”. Y el Arenas batía por 5 a 1 al Erandio. En la estación de Orduña, precisamente el mismo día, se reunían los representantes de los Municipios Vascos, para desde allí, dirigirse a Madrid a hacer entrega, encabezados por el diputado a Cortes y alcalde de Getxo D. Jose Antonio de Agirre, de la propuesta de Estatuto Vasco. 

 
En nuestro barrio continuaron aquellas representaciones con nuevas obras, de las que el periódico “Diario de la tarde” en su edición del 21 de Abril de 1931, decía “...Los días 25 y 26 del actual se celebrarán, como ya adelantamos, en la Casa Social de Las Arenas, dos interesantes veladas, Que han despertado gran entusiasmo, hasta el punto de que sean esperadas como señalados acontecimientos...”. 
 
Para no alagar más esta entrada, en la próxima recogeré algunas de las representaciones de la “Casa Social”, que probablemente merecieron el reconocimiento de muchos areneros.

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