lunes, 16 de junio de 2014

UN MES QUE TRANSFORMÓ A GETXO -II-


En mi anterior entrada sobre “Un mes que transformo a Getxo”, lo dejaba en el momento de la celebración de las elecciones que darían paso a la Segunda República. Con los datos de los concejales obtenidos en nuestro Pueblo por las distintas formaciones concurrentes. 
 
El día 14 de Abril un manifiesto del Partido Socialista, que distaba mucho de las posiciones que actualmente defiende, proclamaba “...Reunida la Ejecutiva del Partido Socialista Obrero, ha deliberado sobre el problema político, planteado ante el enorme triunfo electoral obtenido por la Coalición republicano-socialista. La Ejecutiva del partido socialista estima que ha sido tan rotunda la exposición de la voluntad popular, que no cree posible se intente subvertirla, ni retrasar las consecuencias innegables que el espléndido acto plebiscitario del domingo, pero si por obcecación o esterilidad se intentase retrasar el esfuerzo realizado, el partido socialista, obediente a su deber y de acuerdo con la Unión General de Trabajadores y los partidos republicanos, buscarían el modo de dar satisfacción a los legítimos derechos de la organización obrera y a la democracia española...”.

El día 15 de Abril, tras la victoria electoral del bloque antimonárquico, se proclamaría la Segunda República. Obtenían unos resultados en Bilbao que no dejaban duda de la voluntad popular (Bloque Antimonárquico 29, Partido Nacionalista vasco14, Concentración Monárquica y de Derechas 3). 

 
En Bilbao, poco después de las tres de la tarde, se tenían noticias, de los acontecimientos que a nivel nacional se estaban produciendo. Por toda la Villa circulaba el rumor de que en varias poblaciones se iba a proclamar la República. En las cercanías del Casino Republicano se había comenzado a formar una manifestación. 
 
A las 6 de la tarde se confirmaba mediante un telegrama la renuncia del Rey. Seguidamente y en medio de un gran regocijo se formó una manifestación con los candidatos del Bloque y los del Partido Nacionalista al frente. Para aquellas horas las inmediaciones del Ayuntamiento ya presentaban un aspecto imponente. En la comitiva figuraban banderas Nacionalistas y Republicanas, los manifestantes en medio de un gran griterío vitoreaban el cambio de régimen, dando vivas a sus consignas de partido. 
 
Unos grupos de jóvenes, portadores de una escalera, se destacaron de la manifestación, arrancando las placas que daban el nombre de Primo de Rivera a la antigua Plaza de San Agustín. Como concejal que había obtenido el mayor numero de votos D. Paulino Gómez, saluda a sus compañeros de Corporación y afirma “...sois la genuina representación popular. Recordando que, al destituir al actual Ayuntamiento de Bilbao, no echamos a nadie. Es el pueblo el que nos trae aquí...”. 

En todos los pueblos a lo largo de la ría (Barakaldo, Getxo, Portugalete, Sestao y Santurtzi), se sucedían muestras de entusiasmo entre los Nacionalitas y Republicanos. Se produjeron largas marchas, acompañadas por las bandas de música, en algunos sitios al son de la “Marsellesa”. 
 
En Getxo, tras conocerse la noticia de la proclamación de la República, acudieron al Ayuntamiento D. Pedro Careaga, los antiguos concejales y los nuevos electos. El señor Careaga dio posesión a sus sucesores con palabras de afecto, deseándoles acierto en la tarea que iban a emprender. Seguidamente, el Ayuntamiento nuevo quedó constituido en sesión plenaria, eligiendo como alcalde por unanimidad, a D. José Antonio de Agirre y Lekube, y tenientes de alcalde primero, segundo y tercero a D. Pedro Larrondo, D. José María Alday y a D. Justo Zavala, respectivamente, todos del Partido Nacionalista. 
 
Nada más tomar posesión de su cargo, el nuevo alcalde dictó un bando en el que decía “...se recomienda a todos el orden y el respeto a las personas, propiedades, etc....”. En los alrededores de la Casa Consistorial, que se había ido llenando de público, a la espera de que hicieran acto de presencia los electos, se notaba la impaciencia por expresarles su satisfacción y apoyo por aquel cambio. Seguidamente en el balcón de la Casa Consistorial se izaron las banderas: la Ikurriña, la republicana y la socialista. Por las calles del pueblo se dio suelta a expresiones de alegría hasta altas horas de la noche. 

 
Al día siguiente de dicha convocatoria electoral, el 16 de Abril, la animación en todas las barriadas del municipio fue extraordinaria. A mediodía se reunía el nuevo Ayuntamiento en sesión extraordinaria, con la asistencia de numeroso público. 
 
El Alcalde electo D. José Antonio de Agirre y Lekube, exhortó a todos los asistentes a comportarse como buenos ciudadanos de la naciente república y autorizó la salida de una manifestación de carácter socialista, que, llevando al frente una bandera roja, recorriera las calles de la población, lo que se verificó, sin novedad, a las dos de la tarde. 
 
El señor Agirre manifestó también que había dispuesto que, considerando el día como festivo, la Banda municipal recorriera el pueblo tocando pasacalles, y se estacionara después en la plaza de la Constitución de Algorta, para dar una sesión de bailables.
 
Después se acordó celebrar nueva sesión extraordinaria a las seis y media de la tarde. Terminado el acto, el alcalde recibió en el mismo salón de sesiones a todo el personal del Ayuntamiento, exhortándole a que continuara en sus puestos, desempeñando sus respectivos cometidos con el mismo celo con que lo han hecho hasta el momento. 
 
A las seis y media de la tarde, como estaba previsto, se reunió el Ayuntamiento en Pleno en sesión extraordinaria, adoptando los siguientes acuerdos: 
 
Proclamar la autonomía municipal vasca, por lo que se refiere al Municipio de Getxo. Suscribir el escrito presentado el día anterior por los nacionalistas al nuevo Ayuntamiento de Bilbao. Y ratificar los nombramientos de alcalde y tenientes de alcalde efectuados con carácter provisional en la sesión del martes. 

 
Pero no todo eran alegrías. Negros nubarrones ensombrecían aquellos días. En Madrid, los generales del ejercito Mola y Berenguer habían desaparecido sin dejar rastro. Y los temores ante las andanzas de ambos no eran infundados.
 
En algunos campos deportivos se dejaba oír la ira de los perdedores de aquellas elecciones. A la vez que la expresión popular dejaba clara sus preferencias, los jugadores del Arenas eran objeto de una agresión brutal en el campo de Racing, en el Sardinero, por quienes, sin duda, querían expresar de tal contundente manera su voluntad de ganar a todo trance el partido y las elecciones. Ya antes no habían tenido paciencia para esperar el escrutinio, y decidieron romper la urna antes de que terminase la votación, porque temían que ésta era desfavorable para su candidato. Ante la repetición que la federación acordó del partido, esta vez en el campo de Ibaiondo, la prensa recordaba que “...en los lamentables incidentes de Santander los jugadores del Racing defendieron a brazo partido a los areneros...”. 
 
Hasta aquí una visión de cómo sucedían los hechos, cómo los contaba la prensa local, en aquellos días de la proclamación de la Segunda República. En la próxima entrada seguiré contando cómo se desarrollaron los días que faltaban para acabar aquel convulso mes de Abril de 1931.


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