Dejaba
mi anterior entrada con los tranvías averiados a las puertas del 1º
de Mayo de 1931, tras la caída de la Monarquía y la llegada del la
II-República.
Mientras
algún barrio se vestía de rojo, la celebración del 1º de Mayo
tomaba las calles de Las Arenas y el estribillo de algunos sectores
de la juventud asistente era una cancioncilla, que ya mencioné en mi
entrada del miércoles 1 de mayo de 2013 (relativa al 1º de Mayo),
cuya letra decía:
“...A
ese que roba un pan, un pan, un pan
le
llaman el ladrón
y
al que roba capitales
le
llaman el gran señor
señor
protector de la sociedad...”
Letra
con connotaciones de actualidad ya que: “...mientras que en
tierras de Castellón se condena a una pareja por robar hortalizas
por valor de 10 €, para los grandes defraudadores, los que
trasiegan dineros a Suiza o a paraísos fiscales...”, se
eternizan las instrucciones de sus sumarios, llegando a la
prescripción, y cuando, en contados casos se les condena, se les
indulta. Tras esta pequeña licencia, continuo con el relato de la
vida en Getxo, tras aquel movido Abril de 1931.
La
lluvia deslució los actos que habían de celebrarse por la tarde.
Tras la celebración de un mitin socialista en la Avanzada, la
romería que estaba anunciada en el mismo lugar, hubo que suspenderse
a causa de la persistente lluvia.
Así
que, mientras las manifestaciones obreras reivindicaban mejoras en
las condiciones laborales, el capitular del Ayuntamiento de Getxo D.
Félix Begoña, se trasladaba a Bilbao para protestar ante el señor
gobernador civil de que: “...no se permitiera al comercio de
Guecho abrir sus establecimientos en domingo, como se permitía al de
Portugalete...”.
El
Ayuntamiento bilbaíno realizaba las siguientes declaraciones “...Dos
veces, durante el Siglo XIX (1836 Y 1874), los pechos de los
liberales de Bilbao opusieron un valladar al absolutismo. La reacción
no se dio por vencida y después de unos tanteos de continuada labor
de envilecimiento nacional, el 13 de septiembre de 1923 rasgaron la
Constitución e instituyeron el poder personal y se apoderaron de los
instrumentos de gobierno para someternos al capricho de una dictadura
ominosa...”.
El
Ayuntamiento de Getxo, el Domingo 2 de Mayo de 1931, por la mañana,
procedía a distribuir un donativo de cinco pesetas a cada uno de los
obreros parados vecinos de la anteiglesia. Se presentaron a recogerlo
unos ochenta.
Transcurrían
unos días de relativa calma en nuestro municipio, mientras que de
otros lares, llegaban noticias poco tranquilizadoras, muchas de
movimientos militares, tanto en el Estado como en Europa. Mientras en
uno de nuestros barrios, en Andra Mari, se celebraban el 15 de Mayo
las fiestas de San Isidro con la tradicional feria de ganado vacuno
que atrajo a ganaderos y labradores de toda la comarca, llamados por
el renombre que desde hace años había logrado adquirir ese certamen
anual.
El
martes 19 de Mayo llegaban a las primeras planas de un diario
bilbaíno las incipientes e inéditas noticias de casos de espionaje.
Quizá el columnista demostraba una beatífica inocencia en sus
apreciaciones de los movimientos que sobre el tema se desarrollaban a
lo largo y ancho de la península, ya desde lejanos tiempos.
La época
de la guerra europea (1914-1918) la Península fue amplio escenario,
consentido, que los espías alemanes, ingleses, franceses, italianos
y austriacos se vigilaran y buscaran pruebas de las sucesivas
traiciones. Por el mundo entero se extendía la red de las oficinas
disimuladas o enmascaradas y los agentes misteriosos de esta poderosa
máquina de espionaje. Se citaba también algún caso como el de dos
agregados militares que residieron de 1914 a 1918 en la Embajada de
Alemania en Madrid: Von Kale y Von Steffan. Fueron estos dos
personajes los responsables de poner en marcha el servicio de
espionaje. La propia Francia, no ajena a los servicios de “escucha”,
captaría de ellos vía retransmisiones radiofónicas, no pocos
nombres de la política española y el periodismo afines a los
servicios alemanes.
Una
prueba de esas intromisiones, algunas realizadas por la propia
Iglesia Católica, era la decisión del Gobierno de la República por
la que se decidía que: “...Ante la conducta que
reiteradamente viene siguiendo el obispo de la diócesis de Vitoria
en las visitas a las ciudades de su jurisdicción, que tienen un
marcado carácter político, con peligro para la paz pública, que al
ministro incumbe garantizar, el Gobierno ha tenido que adoptar
medidas para evitarlo...,...ante esta contumacia
rebelde, que pone en grave peligro el orden público, y seguro el
ministro de servir las necesidades nacionales, sometió a la
reflexión del propio prelado la conveniencia de que se ausentase de
España, evitando así que su presencia y celo determinasen sucesos
lamentables...”.
El
Domingo 24 de Mayo de 1931 se inaugurará la temporada de conciertos
veraniegos en la Plaza de Las Arenas (Plaza de Alfonso XII, actual
Plaza del Puente de Bizkaia). Se estrenaba al mismo tiempo el nuevo
kiosco recientemente terminado. El concierto inaugural corrió a
cargo de la Banda municipal, que dirigía el maestro D. Manuel
Gainza. Se realizó de acuerdo con el siguiente programa:
“Brisas
de Málaga”, pasodoble del (P. M a r q u i n a)
“Vizcaytik Bizkaira”,
obertura de (Azkue).
“Maruxa”,
preludio del segunda acto de (Vives)
“Enseñanza
libre”, selección de (Jiménez)
“Baturra
de temple”, jota de (Moreno Torroba).
Este
concierto se desarrolló a mediodía, continuando por la tarde, de
cuatro a ocho, con bailables, que se celebraron en el mismo lugar y
amenizados por la misma banda.
El mismo
día, el Consejo de ministros de la República aprobaba un decreto
declarando la libertad de cultos. Decía en aquel decreto que: “...Al
elevar la tolerancia de cultos a un régimen de plena libertad
tutelada, garantía jurídica de la conciencia individual y
colectiva, no pretende el Gobierno de la República, antes bien, hace
expresa protesta en contra, inferir agravio alguno al sentimiento
religioso que hasta ahora ha gozado en el país trato de
privilegio...”.
En
Inglaterra, la Junta directiva de la organización comercial de los
productos químicos y el Consejo industrial de Manchester, llegaban a
un acuerdo por el que se reducían los salarios, decisión que
afectaba a 80.000 obreros.
Mientras
en Bilbao el alcalde Sr. Ercoreca, firmaba el Miercoles 27 de Mayo de
1931 un decreto relativo a la “Fijación de Carteles”,
que justificaba bajo los siguientes parámetros: “...Decidido
a cumplir los preceptos de las Ordenanzas municipales que atienden al
decoro de la villa y a evitar el antiestético espectáculo que se da
con la fijación de pasquines y anuncios pegados a las fachadas de
las casas, en las aceras, en faroles y en todas partes, he de
recordar que dichas Ordenanzas disponen lo siguiente...”.
El paro
era algo verdaderamente acuciante. Prueba de ello es que el Sábado
30 de Mayo, un diario bilbaíno decía: “...Para el martes
próximo, a las siete do la tarde, ha sido convocada en el Palacio
del Señorío por el presidente de la Comisión gestora provincial,
una reunión con las Asociaciones de Bancos, Banqueros, Compañías
Navieras, Centro Industrial, Cámaras de Comercio y de la Propiedad,
Liga Vizcaína de Productores, ingenieros, arquitectos, periodistas y
otras entidades, a fin de arbitrar medios para solucionar la crisis
del trabajo....”. En algunos diarios se habrían
suscripciones para ayudar a los parados.
En la
misma prensa se recogía un articulo referido al “Estatuto
Vasco”, que se estaba tramitando, y que decía: “...ayer
por la mañana se personaron en el palacio de la Diputación de
Vizcaya los representantes de los Municipios vascos que laboran en
pro del Estatuto Vasco, fueron recibidos en la Diputación por Sr.
Castro, de la Comisión gestora de Guipúzcoa, les fue facilitada la
entrada en el salón de sesiones del Palacio Provincial, donde se
encontraban reunidas Comisiones gestoras de Vizcaya, Alava, Guipúzcoa
y Navarra...”. El alcalde de Getxo D. Jose Antonio de
Agirre, en nombre de los visitantes expuso a continuación el:
“...agradeciendo a la amable acogida de las Comisiones
gestoras, que ostentaban los alcaldes visitantes la representación
de más de cuatrocientos Municipios vascos que hasta hoy se han
adherido a la campaña municipal por ellos emprendida...”.
Aquel
mismo día aparecían noticias relacionadas con la evasión de
capitales, esta vez era en la cercana Gipuzkoa: “...ha sido
detenido un empleado de la Aduana de San Sebastián, que intentaba
pasar 15.000 pesetas. También ha sido detenido el conde de Florida,
que intentaba pasar la cantidad indicada que fue hallada en poder del
anteriormente mencionado funcionario, así como otra persona quien al
parecer, estaba de acuerdo para pasar 4.950 pesetas pertenecientes al
referido señor...”. Aquel mismo día se firmaba por el
Gobierno de la República un decreto contra la evasión de capitales,
en la explicación de aquella actuación decía: “...La
evasión de capitales, tan difícil de contener, y el atesoramiento
de billetes a que se dedican algunos insensatos, sin tener en cuenta
que cuanto mayor número de billete; exporten, más valor les hacen
perder, nos puso en el tranco de aumentar la circulación fiduciaria
Estábamos en el momento de honda angustia. El Banco de España, por
escasez de billetes, restringía el crédito a la Banca privada, y
ésta, a su vez, lo restringía a la industria y al comercio,
embarazando sus movimientos...,...Nos hallamos en unos
momentos característicos de la especulación extranjera. La
especulación responde siempre predominantemente a estímulos de
lucro...”.
!
Parecían cosas de rabiosa actualidad, hoy en día!.
Cerraba
aquel mes de Mayo la noticia referida a Getxo: “...En la
alcaldía se ha recibido un oficio de la Junta de Obras del Puerto de
Bilbao, comunicando haber nombrado una comisión compuesta por D.
Ramón Bergé, D. Juan María de Goyarrola y D. Tomás Bilbao para
que, en unión de la que designe el Ayuntamiento de Guecho, entienda
en el asunto de la erección del proyectado monumento, en Las Arenas,
a la memoria de D. Evaristo de Churruca...”. Las
fotografías que acompañan a esta entrada, aunque de la época, son
solo como ilustración, pues como decía en una anterior entrada, no
se encuentran las directamente relacionadas.
Muy interesante el artículo, pero corríjase el título del libro de Azkue. No es “Bizkaitik bizkaira”, obertura de (Azkue). Sino que debería ser "Vizcaytik Bizkaira". Quería reflejar el paso de una Bizkaia erdaldun a una euskaldun, por eso pienso que el detalle del título no es baladí.
ResponderEliminarUn saludo.