En mi
anterior entrada sobre “Un mes
que transformó a Getxo”, lo dejaba en el momento de la
ira desatada entre los perdedores de aquellas elecciones, que en el
caso del deporte, ocurría en el cercano Sardinero.
Corrían
tiempos de cambio y ya se empezaba a hablar de la necesidad de
constituirse las Juntas Generales de Bizkaia al igual que el resto de
las diputaciones provinciales para que cada municipio estuviera
representado por un voto.
En el
ámbito castrense se nombraba una comisión para liquidar a los
“Somatenes” creados en 1923. Los somatenes habían
nacido con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera. Aunque su
existencia fue anterior, también fue otra República, la Primera,
quien en 1874 los disolvería.
Por otro
lado, y tras la marcha del monarca, los guardias cívicos al servicio
de la República denunciaban la desaparición de una diadema que
había en una de las vitrinas de las habitaciones particulares de
doña Victoria y de varios documentos de gran interés que estaban
igualmente en las habitaciones particulares del monarca.
Se
desmentían, aunque con poco poder de convicción, los rumores sobre
la fuga de Mola y Berenguer, mientras en Madrid se celebraba un
banquete en honor a los emigrados forzosos durante la dictadura de
Primo de Rivera. Aunque el 22 de Abril de 1936, el General Mola
ingresaba en prisión con arreglo a las órdenes cursadas por el
ministro de la Guerra, los Queipo de Llano y Franco empezaban a
hacerse presentes en la prensa diaria.
Aquel
mismo día se celebraba en Getxo una sesión extraordinaria de la
Corporación municipal, quedando definitivamente constituido el
Ayuntamiento. Fue nombrado alcalde en propiedad don Jose Antonio de
Aguirre, y tenientes de alcalde primero, segundo y tercero,
respectivamente, D. Pedro Larrondo, D. Juan ltuarte y D. Justo
Zabala.
Los
cargos de síndicos primero y segundo recayeron en los capitulares D.
Félix Begoña y D. Dionisio Muruaga. Aquella misma noche se reunió
de nuevo el Ayuntamiento para nombrar las Comisiones informativas.
Y
aparecía la noticia de que: “...Van a dar comienzo muy
pronto los estudios de tendido de una línea férrea entre Luchana y
Munguía, enlazada con la de Bilbao a Las Arenas. La Compañía de
este ferrocarril anuncia la emisión de 1.000 obligaciones
hipotecarias...”.
En la
primera plana del diario “El Noticiero Bilbaíno”,
aparecía el 23 de Abril la noticia de: “...El mensaje de las
Diputaciones Vascongadas en 1917 y el Dictamen de 1918...”
En el mismo se hacía referencia a: “...la diferencia del
derecho privativo de Navarra con el de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya,
las Diputaciones de estas provincias que el 20 de agosto de 1917
elevaron al Gobierno un mensaje exponiendo sus aspiraciones...”
En él afirmaban que “...la actual autonomía de las
Diputaciones conforme a la ley paccionada no es suficiente para el
desarrollo de la actividad y el esfuerzo de los habitantes del
País....”. Añadiendo a continuación: “...esto
solo puede encontrar satisfacción completa con el restablecimiento
de sus instituciones peculiares, de sus Fueros, feliz expresión y
fórmula de la libertad del País Vasco, que nunca constituyó
obstáculo para el progreso de los intereses generales...”.
Suscribían aquel mensaje los presidentes de las tres Diputaciones
vascas, señores Aldama por Araba, señor Zavala por Gipuzkoa y señor
Sota y Aburto Bizkaia.
Se
preparaba en Bilbao una brillante celebración del Primero de Mayo, a
la que se daba el nombre de “Día de la Libertad”.
Volvía a celebrarse tras 7 años de prohibición por la Dictadura
Primoriverista. La casa Sota y Aznar, cuyo concurso había sido
solicitado por el alcalde de la ciudad, había cedido sus telégrafos
de banderas para adornar el trayecto que iba a seguir la
manifestación cívica.
No sin
cierta gracia, un columnista escribía refiriéndose a la derrocada
aristocracia: “...Inmediatamente después de proclamarse en
España la República, con una sabiduría y un tacto a la que nadie
estaba acostumbrado, surge en vanguardia, como una preocupación
general, el tema de la exportación de capitales. De capitales y de
aristocracia, ya que aquéllos y ésta viven en armonía
indestructible desde que brilla el sol para nosotros...”
Seguía aquel columnista refiriéndose a los quehaceres primordiales
de la aristocracia emigrante: “...El señor don Juan de
Robres, con caridad sin igual, edificó un hospital: pero antes hizo
a los pobres...” Así retrataba el periodista a un “bloque
dinástico” cuya misión, en opinión del mismo, se había
reducido a entablar formidables partidos de polo y a poner una
firmita al pie de cada carta de recomendación, haciendo patria,
mientras nosotros trabajábamos.
Entretanto
el Ayuntamiento de Getxo, preparaba con ahínco un concurso de ganado
que se iba a celebrar en Andra Mari, con motivo de la festividad de
San Isidro y que aquel año deseaban, tuviera un extraordinario
realce.
El 28 de
Abril la Sociedad de estudios Vascos “Eusko Ikaskuntza”
pedía la aplicación del bilinguismo en las escuelas vascas. Se
dirigía al “Ministro de Instrucción Pública”
exponiendo lo siguiente: “...la Sociedad de Estudios Vascos
renueva en este momento, y cree especialmente oportuno reiterar a las
instancias del Poder Público, que sobre la enseñanza primaria en
lengua vasca, de acuerdo con conclusiones votadas por repetidos
Congresos Estudios Vascos, se dicte disposición extensiva a todo el
País Vasco, del decreto sobre bilingüismo escolar. Presidente,
Elorza. Secretario, Apráiz...”.
Mientras,
el Ayuntamiento de Getxo se hallaba enfrascado en lo que denominaban
“asuntos a granel”. Tal era el orden del día: para
aquella tarde se iba a celebrar una sesión con un apretado
calendario. Incluía nada menos que cincuenta y un asuntos, la
mayoría referidos a concesión de licencias para reformar o
habilitar viviendas y para abrir establecimientos industriales. En
aquellas mociones destacaba el hecho de que se proponga que en las
obras municipales se prefiera a los naturales de Getxo, de Bizkaia y
del País Vasco. Se recomendaba realizar actos en todo el municipio
para conmemorar el Primero de Mayo. Para la mañana del miércoles
29, a las siete de la tarde, se convocaba la Comisión municipal de
Beneficencia.
Finalizaba
aquel mes con un Decreto sobre el Bilingüismo que recogía, entre
otros puntos, los siguientes:
Artículo
primero: Quedan derogadas todas las disposiciones dictadas desde el
13 de septiembre de 1923 contra el uso del catalán en las escuelas
primarias.
Nada
sobre la solicitud de Eusko Ikaskuntza respecto de esa misma materia
en el Pais Vasco.
Se
anunciaba para el próximo 2 de Mayo, en el Campo de Ibaiondo, un
partido benéfico, en el que iban a participar todos los equipos de
municipio con la inestimable colaboración de los chicos del Lejona.
EL “Gobela Sport” deseaba aliviar la difícil
situación por la que estaba pasando la madre de uno de sus
jugadores, el Capitán y Fundador del equipo menor, “Lino”.
Para ello el club había confeccionado dos equipos, que según
decían, contenían la flor de los Clubs de Getxo y Leioa. El
“Gobela” se enfrentaría a una selección formada
de los equipos “Zugatzarte”, “Guecho”
y “Lejona”.
Termino
esta crónica de Abril de 1931 con los asuntos referentes a nuestro
municipio. El jueves 30 de Abril se aprobaba el expediente de
construcción de un lavadero público y servicios sanitarios en la
campa de Andra Mari y la relación de los trabajos de triangulación
y poligonización realizados en el término municipal.
Se
aprobaba también una moción del señor Menchaca sobre celebración
de la Fiesta del Primero de Mayo, en la que se acordaba obsequiar con
una comida extraordinaria a los acogidos en el Hospital Asilo y la
celebración de una romería por la tarde en la Avanzada con el
concurso de la Banda municipal. Y otra del Sr. Yuerrebaso relativa a
la celebración del día de San Isidro, en el barrio de Andra Mari,
con un concurso de ganado, pruebas de arrastre y espatadantza.
Se
nombraba a los señores Erenchu, Aburto, Elorriaga, Menchaca y
Sánchez para que formaran parte del tribunal que iba a juzgar a los
opositores a una plaza de celador de Arbitrios y otra de auxiliar de
Intervención.
Para que
no todo resultara tranquilo en aquel último día de Abril, el
tranvía había sufrido una rotura en una columna sostén del cable,
en Chominchu, a la entrada de Algorta, lo que provocó la necesidad
de suspender el servicio a dicha barriada durante toda la mañana.
Hasta
aquí unas notas sobre aquel mes de Abril de 1931, que había
comenzado con turbadoras noticias castrenses, dando paso a una Semana
Santa tan alborotada climáticamente, como los sucesos que a
continuación acontecerían.
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