miércoles, 6 de junio de 2012

UN MONSEÑOR DE ALGORTA




Martín Zabala Salegi “Martin Buru”, nace en Algorta en 1921, sus padres eran naturales de Deva (Gipuzkoa), vivia en el numero 11 de la Avenida San Martin, en una casa que edifico su padre en 1898, un pequeño curita , heredero del apodo por el que fue conocido. En 1934 fue al seminario de Artea (Castillo Elejabeitia).
 
Muchas personas pensaban que el titulo de Monseñor era mas fruto de la vanidad que algo que por derecho le perteneciera, asi que dandole vueltas decidi investigar para llegar a saber si esto respondia a la creencia extendida, o respondia a un derecho del personaje.

Monseñor (viene del francés monseigneur, italiano monsignore y estos del latín senior), es un título honorífico, concedido por el Papa, que se utiliza precediendo al nombre propio de los prelados y algunas dignidades eclesiásticas, normalmente es un titulo que dan a los Obispos.

Pero en el caso de Martin Zabala es una excepción hecha a sus meritos dentro de la Iglesia Catolica, a la que pertenecia, fue durante muchos años Delegado Episcopal de Ecumenismo. La palabra significa el conjunto de actividades de la Iglesia encaminadas a restablecer la plena unidad de todos los cristianos.

Las Iglesias cristianas estan divididas en Protestantes, Orientales Cismaticos, Anglicanos, y dentro de los Protestantes hay hasta 600 sectas. Existe un movimiento cristiano para tratar de unir a todas esas Iglesias, es a eso a lo que se llama ecumenismo. Ecumene es un palabra Griega que significa unión.

Martin durante muchos años fue Delegado de Episcopal de la Diocesis de Bilbao, en atención a su cargo organizaba congresos en Moscu, Belgrado, Bucarest y convocaba al Archimandrita de Constantinopla, al Obispo Anglicano de Londres, los reunia en un convento de Serbia, cada tres años convocaba congresos, solia decir “he estado con mi amigo el Patriarca de Moscu”, en definitiva era un hombre muy activo y querido fuera de nuestras froteras. De el suelen decir “que pese a ser un personaje un poco cortito era resulton, lanzado”.

En virtud de ese trabajo que realizó para la Iglesia, Roma le concedio el titulo de Prelado Domesticio de Su Santidad, titulo que le concedio el Papa Juan Pablo II, titulo puramente honorifico, lo cual le daba derecho a usar capisayos, fajin rojo, sotana con botones rojos, como los Obispos pero sin serlo.

A los 81 años de edad, acogió ese nombramiento con gran satisfacción; sin embargo, con gran humildad, aseguraba que seguiria siendo lo que habia sido hasta ese momento “un cura de la parroquia San Nicolas”.


Celebró su nombramiento primero con una misa en familia y después con una celebración en la comunidad de San Nicolas de Bari, en la que estuvieron presentes representantes de diversos estamentos del municipio, además del coro Biotz Alai.

Sirvan estas lineas para restituir a Martin el respeto y el  honor que la duda de algunas gentes le negaba.

2 comentarios:

  1. D.Martin personaje entrañable algorteño donde los haya..Tambien conocido por sus sablazos y favores que pedia,se supone que para causas nobles.Rece por nosotros y descansa en paz.

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  2. Yo le conocí en sus últimos años en la misa de Euskera de san Ignacio, era un gran hombre, tenía unas salidas geniales, en una ocasión había 2 hombres pidiendo a la salida de la iglesia y como solo tenía una moneda se la cambió a uno de los mendigos por 2 de igual cuantía, de manera que a cada uno le dio su limosna, algo así solo lo podía hacer Don Martin, un hombre humilde, generoso y ocurrente, los que le conocimos le quisimos un montón y a pesar de su gran labor en el ecumenismo, nunca hizo gala de ello. zuen izenak zeruan idatzita dagoz, nos decía siempre, estoy seguro que desde esas estrellas nos alienta y nos cuida, y con Txapela incluida. Un abrazo a todos los que le conocimos en la parroquia de san Ignacio de Algorta y a ti, Don Martin, egun handira arte!! Por cierto, sabíais que la víspera de su muerte estuvo en Deba en una comida familiar donde pudo disfrutar de la compañia de los suyos, era una despedida aunque él no lo sabía, sinceramente, nadie se lo esperaba, pues estaba muy bien de salud. Ya veis, las casualidades no existen!! Julen

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