Alberto
Onaindia Zuloaga, fue un eclesiástico Bizkaino nacido en Markina el
30 de noviembre de 1902. Efectúa sus primeros estudios en los
Jesuitas de Durango y los eclesiásticos en el Seminario de Gasteiz.
Se doctora y ordena en Roma donde cultiva el trato de diversas
personalidades de la Curia vaticana. Durante tres años ejerce la
enseñanza en el Seminario de Saturrarán obteniendo en 1929 una
canongía en Valladolid.
Es
destinado por su obispado a Las Arenas (Getxo) donde se dedica a las
actividades de endoctrinamiento social y a la creación de centros
como las Escuelas Nocturnas de Romo.
A
medidos del mes de Junio, en la boda de unos amigos , a quienes unio
en matrimonio, fue advertido que un amigo del contrayente, militar de
profesión, le habia recomendado prolongar el viaje de novios por el
extranjero, ante la posibilidad de un golpe de estado, no obstante
debido al ambiente festivo no era el mas apropiado para pensar en
catastrofes, no dieron importancia a algo que luego, poco mas tarde,
fue un tragico baño de sangre.
El
día 7 de Julio de 1936 dejo su casa de Las Arenas para trasladarse a
Logroño donde iba a predicar el Novenario de la Virgen del Carmen en
la Iglesia de los Padres Carmelitas. Apesar de haber sido invitado a
visitar Najera, declino la invitación ya que el 17 de dicho mes eran
las fiestas de su pueblo natal Markina, junto con el Padre Garate,
salio en autobus hacia Gasteiz y de alli a Malzaga, para luego en
tren ir a Elgoibar y finalmente en autobus de linea llegar a Markina.
Localidad en la que la animación deportiva y el ambiente de paz no
les dejó ver los nubarrones que presagiaban el estallido inminente,
el 18 de Julio estallaba el levantamiento Militar.
Al
estallar la guerra, Alberto de Onaindía Zuloaga, amigo personal de
José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno vasco, asume, por
encargo de éste, el canje de prisioneros y participa en diversas
conversaciones de paz.
La
mañana del 11 de Noviembre de 1936 su amigo Jose Camiña le informó
del fusilamiento en el cementerio de Hernani (Gipuzkoa), de su
hermano Celestino Onaindia (1897-1936) coadjutor de Elgoibar, que
habia sido detenido en dicha localidad el 21 de Octubre, se dirigio a
la parroquia y celebro una misa en su memoria, escribió una carta a
su madre, no sin dejar de pensar en ella temindo que le pudiera
sudecer algo similar. El cuerpo de su hermano al igual que el de Jose
Aristimuño “Aitzol” no fueron enterrados en tierra sagrada, si
no en un espacio contiguo al cementerio entre zarzas y matorrales.
Onaindía
se exilia de España y, durante cuarenta años, trabajará como
traductor en la Unesco (París), se interesará por los círculos
políticos y culturales y escribirá más de tres mil artículos para
la prensa, además de emitir charlas en la BBC de Londres (con el
seudónimo de “James Masterton”) y en Radio París (con el de
“Padre Olaso”).
Alberto
Onaindia se batió ante la Santa Sede por defender las razones del
pueblo vasco, las razones del clero vasco, y para proporcionar una
información correcta. En un momento álgido tuvo que hacer frente a
una mentira orquestada por el bando sublevado, que atribuía la
destrucción de la Villa de Gernica al mismo Gobierno Vasco, y no a
los bombarderos alemanes. Alberto Onaindia proclamó ante el mundo
entero que la Iglesia gozaba de absoluta libertad en Euskadi.
Debido
a su amistad con el presidente del Gobierno Vasco en el exilio, el
Vaticano le abre dos expedientes en los que se le acusa de
connivencia con los comunistas.
Entre
los libros escritos por Alberto Onaindia destaca “Hombre de paz en
la guerra”, en el que Onaindía escribe el primer volumen de sus
memorias, en las que expone claramente la situación de los
sacerdotes vascos en la guerra, así como su misión en el Vaticano y
su misión de hombre de paz “Llevé a cabo una obra de paz en la
guerra. Salvé a gente de las cárceles, gestioné el traslado al
extranjero de numerosas personas pertenecientes ideológicamente al
bando enemigo, intervine en numerosas propuestas de paz, participé
en negociaciones de canje y puse en comunicación a encarcelados con
sus familiares residentes en la zona adversa. Informé a múltiples
círculos de opinión pública, a embajadas y a la Santa Sede”.
Con su
seudónimo Egizale defiende la aplicación de la doctrina social
pontificia al País Vasco e impulsa la formación de Avasc,
organización patronal encargada de formar cuadros sindicales para el
movimiento solidario.
Durante
la guerra civil desempeña un papel central entre Mayo y Agosto de
1937 en las negociaciones que conducen al
Pacto
de Santoña.
Los
últimos años de la guerra reside en París, que abandona, ante el
avance alemán, la noche del 10 de junio de 1940 pasando a
Inglaterra. Allí iniciará sus alocuciones radiofónicas en la BBC
como J. Masterton, alocuciones que proseguirá al acabar la contienda
en Radio París bajo el que será popular pseudónimo de Padre Olaso.
Publica una revista denominada «Anaiak» donde reproduce
documentación de interés concerniente a la causa nacionalista. Es
el artífice de la célebre carta “Imperativos de mi conciencia”
redactada por el exiliado obispo Múgica en 1946, carta que
produciría un gran impacto en la opinión pública consagrando la
nefasta fama que le dedica la prensa y la propaganda franquista.
Retirado
en San Juan de Luz, muere en esta villa laburdina el 18 de julio de
1988.
No hay comentarios:
Publicar un comentario