Cuando
paseamos por las calles de nuestro municipio, Getxo, vemos paisajes y
lugares, que tendemos a pensar, siempre han estado hay. Con el paso
del tiempo, intuimos que las cosas han sucedido tras un largo
periodo, pero no es así. En tan solo 145 años, un suspiro en
nuestras vidas, (la ciencia moderna dice que el universo tiene
15.000.000.000 años, y la humanidad 175.000 años), los cambios
producidos en nuestros barrios se han desarrollado de forma
vertiginosa.
Pero
esos parajes, que habían conformado nuestro Pueblo, en ese corto
intervalo de la historia, se iban a ver rápidamente modificados por
la Ley Desamortizadora de 1º de Mayo de 1855, que irrumpe en lo que
antes habían sido bienes comunales (montes, prados, argomales y
arenales). Esa ley que facultaba al Estado para apropiarse de los
bienes raíces comunales, hasta entonces bajo el control y propiedad
de las entidades locales (Ayuntamientos). Procedió a su definitiva
liquidación, pasando los mismos de ser de propiedad municipal, a
manos de una burguesía, que construirá un medio político y
económico adecuado a sus intereses.
Esos
parajes comenzaran a experimentar un vertiginoso cambio, en unas
zonas del municipio, mas rápido que en otras. Dejaron de tener a quella belleza salvaje (ver plano de 1731). Pero que fruto de la
especulación, bajo el nombre del progreso, transformaran nuestro
entorno, hasta hacerlo casi irreconocible. Dotando a amplias zonas,
sobre todo a las destinadas al asentamiento de esas élites
económicas, de infraestructuras de gran belleza.
Dando
lugar a nombres de lugares, calles por las que paseamos cada día,
los barrios en los que vivimos, las playas a las que acudimos. Sitios
que también sufrirán ese trepidante cambio, perdiendo en algunos
casos su belleza natural, en aras de eso que se ha dado en llamar el
progreso.
Vamos
paso a paso a ver las transformaciones de nuestro barrio, no es esto
un estudio total y cerrado, es un pequeño apunte de la metamorfosis
de nuestros barrios. Veremos sin mas explicación que las imágenes,
esos cambios, que día a día, fueron modificando nuestro entorno,
hasta llegar a lo que hoy es, pero que seguro que mañana, habrá
mutado cual crisálida que eclosiona, para dar lugar a un bello
espacio desconocido, para aquellos que lo vieron nacer.
Empezaremos
por nuestro núcleo inicial Getxo (Andra Mari), el lugar que
dio origen al asentamiento, a partir del cual el municipio empezó a
crecer. Quizá en el, al comienzo, las manos habidas de extraer esa
plusvalía a las cosas, no se dejó sentir tanto, pero no por eso
dejó de suceder. En primer lugar el entorno del asentamiento, al
rededor de la Iglesia de Andra Mari, su primer cambio, la
Torre de Getxo, de la que desafortunádamente, no disponemos
fotografías, pero que debió estar situada en el espacio que hoy
ocupa el caserío de “Jauregi”, edificación que
también ha sufrido ese paso del tiempo y de la mano del hombre (ver
fotografía inferior).
Otra
de sus áreas que ha sufrido un gran cambio, el entorno de la
Iglesia de Andra Mari, antiguo Monasterio de Andra Mari (Santa
Maria), levantado en el siglo XII. En ella se reunía, previo tañer
de las campanas, el Congreso de la República Getxotarra, en el
pórtico, se celebraban las elecciones de fieles (ver
fotografías inferiores).
El
entorno de la Galea, el molino de Aixerrota, el barrio de Sarri, las
barreras de Getxo, el cruce de Venancio y Sarrikobaso, así como la
playa de Arrigunaga, todas estas áreas, también vieron modificado
su espacio urbano.
En primer lugar la Galea, el
Fuerte de la Galea también llamado Castillo
del Príncipe (ver
fotografías inferiores).
En
segundo lugar la zona de la
Cooperativa Agraria, las barreras de Getxo, el cruce de Venancio (el
encuentro de la bajada de Bidezabal) con la carretera de Maidagan,
también se verían afectados por estos cambios (ver
fotografías inferiores).
En la siguiente entrada veremos los cambios producidos en el Barrio de Sarri, el Molino de Aixerrota y la Playa de Arrigunaga.
Getxo bajo mi punto de vista se ha convertido en una mini-ciudad; si miro hacia atras recordando por donde iba con la bicicleta, patinete o la pelota, me entra una sensación de malestar al pensar que mis hijos nunca disfrutaran del getxo "verde" que yo pude disfrutar, recuerdo con nostalgia las colas en la polleria de maidagan e ir hasta el faro de la galea pensado que eras el rey del motocros y un autentico aventurero.... se que es cierto que el progreso es inevitable pero creo que nuestro pueblo a perdido esa esencia "verde" para dar paso a una masiva edificación.
ResponderEliminarPD: sin entrar en el debate de la plaza de San Nicolas..
chapeau el post!!!!!!!!!
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