lunes, 7 de enero de 2013

EL PASAJE ENTRE GETXO Y PORTUGALETE, SIGLOS DE CONFLICTOS


Los primeros botes que cruzaron la ria para transportar a personas de ambas margenes se pueden datar hacia 1.500.

El pasaje entre los Municipios de Getxo y Portugalete, a lo largo de los años se realizó como algo natural, unos y otros cruzábamos la ria, por diversos motivos, mercantiles, familiares, diversión, pero no siempre fue algo amable y amistoso, en el año 1.561 surgió un conflicto que derivó en juicio, entre ambos Municipios.

Pero con anterioridad ya existían pleitos con la Villa Jarrillera, las relaciones con las anteiglesias de la margen derecha fueron muchas veces agrias, en el año 1.561 el Municipio de Getxo pleiteaba con Portugalete sobre la jurisdicción de las arenas del Gobela.

Las mismas causaban cuantiosos daños a la navegación, cada parte pedía que la otra realizase el desvío del río con el fin de evitar que sus sedimentos alimentasen la llamada barra de Portugalete. 


Estas diferencias se prolongaron hasta el siglo XVIII en que se realizaron numerosas mejoras por intermediación del Consulado de Bilbao, ya en 1.579 eran cinco las anteiglesias enfrentadas con Portugalete, a la de Getxo se añadían Urduliz, Berango, Leioa y Erandio, todas ellas pidieron a las autoridades que el alcalde de Portugalete que se había atrevido a salir a tierra llana, estando acusado criminalmente, volviese a ser reducido a prisión, situación en que se encontraba hasta que el Corregidor lo liberó.

La conflictividad creada entre estos Municipios no obstaculizó el que entre las anteiglesias y la Villa de Portugalete, existiera una fluida relación comercial, la villa jarrillera atraía, no sólo por las mercaderías que llegaban del exterior, sino también por ser un mercado al que los vecinos de la otra margen, acudían a fin de vender los excedentes de sus cosechas y cabaña ganadera, es por este motivo que las anteiglesias de la margen derecha, se mancomunaron para mantener un barco de pasaje que comunicara ambas margenes.

El barco de pasaje, que venia funcionando desde hacia muchos años, suponia una importante fuente de ingresos para las anteiglesias de Berango, Getxo, y Leioa, ya que de las 5 anteiglesias que instituyeron el barco, finalmente quedaron las tres citadas como propietarias, tras hacer dejación de sus derechos Sopelana y Urdúliz.


En 1.745 se produjo un conflicto que se denominó “Sentencia en razón barco pasaje”, en aquel pleito se personaban ante el Magistrado Ignacio de Arias por un lado el Alcalde de Getxo Francisco Antonio de Zalduondo, y por otro los Alcaldes de Berango, Leioa y Portugalete.

En la misma el magistrado amparaba al Ayuntamiento de Berango en su derecho a poner barco y barquero, para el pasaje de gentes y caballerizas, denegando el uso a la Villa de Portugalete esto acontecía en el año 1.754. 

 
La explotación de aquel barco se efectuaba mediante remate público por el que los beneficiarios de la explotación se comprometían al pago de unas rentas a las anteiglesias, cuando esta función era realizada por particulares, estos debían pagar unas rentas determinadas a las anteiglesias, estas en 1.754 consistían en el pago de un celemín de trigo al año y por familia, quedando exentas las viudas que carecieran de bienes raíces, ya que ellas no estaban sujetas a pago alguno. 

 
A principios del siglo XIX, las condiciones de remate del barco de pasaje contemplaban que cada vecino de Berango, Getxo y Leioa, con la excepción de viudos y solteros, pagase por derecho de cruce 1 almud de trigo al año, mientras que los dueños de caballerías que cruzaran la ria tenían que pagar 32 maravedís por las mismas, 16 mrs. Pagaban por las cabezas de ganado vacuno y porcino adulto, mientras que para las menores de la última especie la tasa era de 8 maravedises.


En 1.754 surgieron de nuevos conflictos con Portugalete, la Villa consideró que debía reservarse para si el servicio de paso entre ambas margenes, de acuerdo con la “Carta-Puebla Medieval”, la cual le confería jurisdicción sobre la ría hasta Luchana.

Las anteiglesias expusieron que una “Real Carta Ejecutoria” les atribuía desde antiguo la potestad de poner barco y nombrar barquero, Berango, en representación de las otras anteiglesias, solicitó la suspensión del servicio que había inaugurado Portugalete, y que se aplicara sanción a los responsables.

Los conflictos se sucedían y así en 1.845 el representante del Ministerio Publico Gregorio de Balparda, ordenaba al Alcalde de Portugalete Jose de la Llosa, que que devolviera con resarcimiento de daños y perjuicios los remos del barquero por el embargados. 


Portugalete pudo continuar usando su lancha de pasaje, dejando en libertad a quienes regresaban a la ribera derecha de escoger el barco de las anteiglesias, aquellos conflictos se diluyeron en una amistad entre ambos pueblos que aun hoy perdura, finalmente con la inauguración del Puente Colgante en 1.893, se abrió una nueva vía de comunicación entre ambas margenes, y aunque aun se mantuvo hasta principios del siglo XX, fue quedando poco a poco en el recuerdo de la historia aquellos barqueros “Boteros”, que alegremente nos cruzaban la ria, uno de ellos, Portugalujo de amplia raigambre, apegado a tradiciones marineras familiares, seria recordado con unos versos “...no quiero pasar en el puente, que en el bote se pasa mejor, que un botero ocurrente, me endulza la vida con cantos de amor...”, este Portugalujo también tuvo su faceta de compositor, popularizando una canción que en su letra decía “...le da un anclote que tumbo la lancha, todos al momento vamos a nadar, el que no sabe se agarra a la lancha....”, este botero fue Aurelio Llanos Leguina (ver foto superior).


Precisamente en una revista ya desaparecida “ Gran Vía”, en su 14, del 14 de Marzo de 1.957, en sus paginas 8 y 9, aparece un articulo relacionado con los últimos “Boteros de la Ria”, boteros de los de pesados remos de madera, que con sus manos curtidas, abiertas por enormes grietas, por el esfuerzo, el viento, el frio y la lluvia, que con la fuerza de sus brazos desplazaban aquellas pesadas embarcaciones, llenas de pasajeros, que se dirigían a trabajar en las industrias de alguno de las margenes de la ria. Agradezco a mi amigo Domingo Hermosilla la cesión de estas paginas, de las que incluyo las tres fotografías (dos superiores y la inferior), en las que aparecen, en las superiores, en la faena, alguno de aquellos remeros, y en la inferior un grupo de aquellos Boteros, de la “Cofradía de San Nicolas” de Portugalete, entre los que se encuentra una de las personas, de quien siempre me he mostrado orgulloso, de pertenecer a su estirpe, mi Aitite Aurelio Llanos Leguina, el tercero por la derecha de la fila superior.



3 comentarios:

  1. Una vez más, enhorabuena por otro artículo interesante.

    Un dato curioso al respecto de la comunicación entre Portugalete y Las Arenas se produjo en la primera guerra carlista, durante el sitio de
    Bilbao en 1835. En esa ocasión fue el general Baldomero Espartero quien desembarcó en Portugalete con las tropas liberales. Para cruzar la ría y quedar fuera del alcance de la artillería carlista hicieron un puente uniendo barcazas con cuerdas. De este modo pudieron pasar las tropas a la margen derecha y avanzar a Bilbao.

    P.d. de qué año es la foto en la que aparece la iglesia de Portugalete con el campanario en ruinas? es de la guerra civil?

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