Los
primeros botes que cruzaron la ria para transportar a personas de
ambas margenes se pueden datar hacia 1.500.
El
pasaje entre los Municipios de Getxo y Portugalete, a lo largo de los
años se realizó como algo natural, unos y otros cruzábamos la ria,
por diversos motivos, mercantiles, familiares, diversión, pero no
siempre fue algo amable y amistoso, en el año 1.561 surgió un
conflicto que derivó en juicio, entre ambos Municipios.
Pero
con anterioridad ya existían pleitos con la Villa Jarrillera, las
relaciones con las anteiglesias de la margen derecha fueron muchas
veces agrias, en el año 1.561 el Municipio de Getxo pleiteaba con
Portugalete sobre la jurisdicción de las arenas del Gobela.
Las
mismas causaban cuantiosos daños a la navegación, cada parte pedía
que la otra realizase el desvío del río con el fin de evitar que
sus sedimentos alimentasen la llamada barra de Portugalete.
Estas
diferencias se prolongaron hasta el siglo XVIII en que se realizaron
numerosas mejoras por intermediación del Consulado de Bilbao, ya en
1.579 eran cinco las anteiglesias enfrentadas con Portugalete, a la
de Getxo se añadían Urduliz, Berango, Leioa y Erandio, todas ellas
pidieron a las autoridades que el alcalde de Portugalete que se había
atrevido a salir a tierra llana, estando acusado criminalmente,
volviese a ser reducido a prisión, situación en que se encontraba
hasta que el Corregidor lo liberó.
La
conflictividad creada entre estos Municipios no obstaculizó el que
entre las anteiglesias y la Villa de Portugalete, existiera una
fluida relación comercial, la villa jarrillera atraía, no sólo por
las mercaderías que llegaban del exterior, sino también por ser un
mercado al que los vecinos de la otra margen, acudían a fin de
vender los excedentes de sus cosechas y cabaña ganadera, es por este
motivo que las anteiglesias de la margen derecha, se mancomunaron para
mantener un barco de pasaje que comunicara ambas margenes.
El
barco de pasaje, que venia funcionando desde hacia muchos años,
suponia una importante fuente de ingresos para las anteiglesias de
Berango, Getxo, y Leioa, ya que de las 5 anteiglesias que
instituyeron el barco, finalmente quedaron las tres citadas como
propietarias, tras hacer dejación de sus derechos Sopelana y
Urdúliz.
En
1.745 se produjo un conflicto que se denominó “Sentencia en
razón barco pasaje”, en aquel pleito se personaban ante el
Magistrado Ignacio de Arias por un lado el Alcalde de Getxo Francisco
Antonio de Zalduondo, y por otro los Alcaldes de Berango, Leioa y
Portugalete.
En
la misma el magistrado amparaba al Ayuntamiento de Berango en su
derecho a poner barco y barquero, para el pasaje de gentes y
caballerizas, denegando el uso a la Villa de Portugalete esto
acontecía en el año 1.754.
La
explotación de aquel barco se efectuaba mediante remate público por
el que los beneficiarios de la explotación se comprometían al pago
de unas rentas a las anteiglesias, cuando esta función era realizada
por particulares, estos debían pagar unas rentas determinadas a las
anteiglesias, estas en 1.754 consistían en el pago de un celemín de
trigo al año y por familia, quedando exentas las viudas que
carecieran de bienes raíces, ya que ellas no estaban sujetas a pago
alguno.
A
principios del siglo XIX, las condiciones de remate del barco de
pasaje contemplaban que cada vecino de Berango, Getxo y Leioa, con la
excepción de viudos y solteros, pagase por derecho de cruce 1 almud
de trigo al año, mientras que los dueños de caballerías que
cruzaran la ria tenían que pagar 32 maravedís por las mismas, 16
mrs. Pagaban por las cabezas de ganado vacuno y porcino adulto,
mientras que para las menores de la última especie la tasa era de 8
maravedises.
En
1.754 surgieron de nuevos conflictos con Portugalete, la Villa
consideró que debía reservarse para si el servicio de paso entre
ambas margenes, de acuerdo con la “Carta-Puebla Medieval”,
la cual le confería jurisdicción sobre la ría hasta Luchana.
Las
anteiglesias expusieron que una “Real Carta Ejecutoria”
les atribuía desde antiguo la potestad de poner barco y nombrar
barquero, Berango, en representación de las otras anteiglesias,
solicitó la suspensión del servicio que había inaugurado
Portugalete, y que se aplicara sanción a los responsables.
Los
conflictos se sucedían y así en 1.845 el representante del Ministerio
Publico Gregorio de Balparda, ordenaba al Alcalde de Portugalete Jose
de la Llosa, que que devolviera con resarcimiento de daños y
perjuicios los remos del barquero por el embargados.
Portugalete
pudo continuar usando su lancha de pasaje, dejando en libertad a
quienes regresaban a la ribera derecha de escoger el barco de las
anteiglesias, aquellos conflictos se diluyeron en una amistad entre
ambos pueblos que aun hoy perdura, finalmente con la inauguración
del Puente Colgante en 1.893, se abrió una nueva vía de
comunicación entre ambas margenes, y aunque aun se mantuvo hasta
principios del siglo XX, fue quedando poco a poco en el recuerdo de
la historia aquellos barqueros “Boteros”, que alegremente nos
cruzaban la ria, uno de ellos, Portugalujo de amplia raigambre,
apegado a tradiciones marineras familiares, seria recordado con unos
versos “...no quiero pasar en el puente, que en el bote se
pasa mejor, que un botero ocurrente, me endulza la vida con cantos de
amor...”, este Portugalujo también tuvo su faceta de
compositor, popularizando una canción que en su letra decía “...le
da un anclote que tumbo la lancha, todos al momento vamos a nadar, el
que no sabe se agarra a la lancha....”, este botero fue
Aurelio Llanos Leguina (ver foto superior).
Precisamente
en una revista ya desaparecida “ Gran
Vía”, en su Nº
14, del 14 de Marzo de 1.957, en sus paginas 8 y 9, aparece
un articulo relacionado con los últimos “Boteros
de la Ria”, boteros
de los de pesados remos de madera, que con sus manos curtidas, abiertas por
enormes grietas, por el esfuerzo, el viento, el frio y la lluvia, que con la fuerza de sus brazos desplazaban aquellas pesadas
embarcaciones, llenas de pasajeros, que se dirigían a trabajar en las
industrias de alguno de las margenes de la ria. Agradezco a mi amigo Domingo
Hermosilla la cesión de
estas paginas, de las que incluyo las tres fotografías (dos
superiores y la inferior),
en las que aparecen, en las superiores, en la faena, alguno de
aquellos remeros, y en la inferior un grupo de aquellos Boteros, de
la “Cofradía de San
Nicolas” de
Portugalete, entre los que se encuentra una de las personas, de quien
siempre me he mostrado orgulloso, de pertenecer a su estirpe, mi
Aitite Aurelio Llanos
Leguina,
el tercero por la derecha de la fila superior.
Una vez más, enhorabuena por otro artículo interesante.
ResponderEliminarUn dato curioso al respecto de la comunicación entre Portugalete y Las Arenas se produjo en la primera guerra carlista, durante el sitio de
Bilbao en 1835. En esa ocasión fue el general Baldomero Espartero quien desembarcó en Portugalete con las tropas liberales. Para cruzar la ría y quedar fuera del alcance de la artillería carlista hicieron un puente uniendo barcazas con cuerdas. De este modo pudieron pasar las tropas a la margen derecha y avanzar a Bilbao.
P.d. de qué año es la foto en la que aparece la iglesia de Portugalete con el campanario en ruinas? es de la guerra civil?
Última guerra carlista, 1873 o 1874
EliminarNo dispongo de la fecha
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