La
devoción por la Amatxu de Begoña es algo extendido por toda la
provincia de Bizkaia, e incluso fuera de ella. Ello llevó a celebrar
no pocos eventos en homenaje a tan querida Patrona, así como
peregrinaciones a su basílica.
En los
años 40-50, en un movimiento religioso fruto de la época, la Virgen
de Begoña, patrona de Bizkaia, pasaba por el Municipio de Getxo,
haciendo paradas de un día en las parroquias de Las Mercedes (Areeta
-Las Arenas) y Andra Mari (Getxo).
En 1948,
una talla réplica de la Patrona, salió de la Basílica para acudir
a los pueblos de Bizkaia en numerosas peregrinaciones. Era conocida
como la “Virgen peregrina”. La Peregrinación se
realizó con una réplica de la Virgen de Begoña llevando la efigie
a todos los rincones de la provincia. La réplica recorrió multitud
de pueblos como celebración del cincuentenario de su coronación
canónica.
A su
paso por los municipios de Berango, Sopela y Plentzia, la Amatxu de
Begoña hacía un alto en el barrio de Getxo, donde era recibida en
medio de un gran arco de flores, con una inmensa devoción por todos
los Getxotarras, al menos por los creyentes. La imagen de la Virgen
de Begoña era llevada sobre la cama cerrada de un viejo camión, e
iba expuesta sobre un altar que transportaba el mismo vehículo,
rodeada de las autoridades de la época (Sacerdotes, Autoridades
Civiles y Guardia Civil).
Y es
precisamente en este momento cuando se producen los hechos que dan
titular a este artículo, “Un cura bajo sospecha, en el 50
aniversario de la Virgen de Begoña”. No es algo
desconocido, pero no por ello debe ser dejado en el olvido, ya que
hechos como este sucedieron más veces. La iglesia que no comulgaba
con el régimen de Franco, que vivía dentro del pueblo, que
participaba en sus expresiones, tanto folclóricas como culturales,
las políticas estaban prohibidas. Aquella iglesia que no era
franquista, era perseguida, sin que en muchos casos, más de los que
debiera, fuera protegida por sus más altas instituciones, siendo los
comisarios políticos (miembros del la FET y de las JONS) sus hombres
de la guarda.
Eso era
lo que se desprendía de la denuncia que realizaba el Alcalde de
Getxo ante el Gobernador Civil el 18 de Septiembre de 1950. Como un
curita de pueblo (Ver fotografía inferior) ponía
nervioso a todo un régimen, y a los veladores de las esencias. Pero
previamente a aquella denuncia, se sucedieron los siguientes hechos,
a todas luces inicuos:
El
Párroco de San Nikolas de Bari de Algorta, D. Vicente Gómez, el día
26 de Agosto de 1950, se dirigía por escrito al Alcalde de Getxo D.
Juan Bautista Merino, expresándole que con motivo del cincuentenario
de la coronación de la Virgen de Begoña, la parroquia de San
Nikolas de Bari, proyectaba realizar diferentes actos, tanto profanos
como religiosos, durante los días 9 y 10 de Septiembre de aquel año.
Entre las actividades previstas estaba la de una orquestina, que
armonizara los actos previstos, pretendían evitar gastos, pero se
encontraban con el inconveniente de que algunos miembros de la Banda
Municipal no estaban disponibles, así como de que carecían de
algunos instrumentos, tales como saxo tenor y bombo. Por este motivo
solicitaban la ayuda del consistorio para poder realizar aquella
celebración con el boato que la misma merecía.
Entre
los actos profanos previstos estaba el celebrar en la Plaza de San
Nikolas (entonces del 16 de Junio) actuaciones folclóricas
(Aurresku, espatadantza), concierto de acordeón, actuación de los
“Guyanitos del Puerto” (los hermanos Royo:
Romualdo, Martin, Txomin y Pedro Mari “Cañoto”), concurso de
bailes vascos, juegos para los más pequeños (Carreras de cintas,
sacos, etc.) y una romería por la tarde acompañada de txistularis y
orquestina. En cuanto a los actos religiosos previstos para aquellas
semana figuraban algunos para mujeres y jovencitas a las 19 horas y
otros separados para hombres y jóvenes a las 20 horas, así como la
predicación en los mismos de D. Luis Esparza; finalizaban el día 10
de Septiembre a las 7 de la mañana con un “Rosario de la
Aurora” y una misa acompañada de comunión.
Por otro
lado la J.A.C.E. (Juventud Obrera Católica), solicitaba permiso el
31 de Agosto para instalar en aquella misma plaza un puesto para la
venta de churros y bebidas, a fin de financiar algunas de las
actividades. El 31 de Agosto el consistorio acordaba que fuera la
propia banda quien armonizara aquella celebración.
Aquellos
actos transcurrieron sin nada que hiciera posible alguna mención en
cuanto a desórdenes u otro tipo de actuaciones. Sin embargo, provocó
la denuncia del propio alcalde dirigida al Gobernador Civil de
Bizkaia, contra el presbítero de San Nikolas de Bari D. Angel
Urigüen. En la denuncia se expresaba lo siguiente: “...En relación
con el festival organizado por Acción Católica de Algorta el
Domingo día 10, en la Plaza de San Nicolas de esta
anteiglesia, he de manifestar a V.E., que se realizaron varios
festejos populares mañana y tarde, entre ellos, algunos de tipo
vasco, como bailes de espatadanzaris, actuación de coros a base de
obras del maestro Sorozábal, actuando en ellos elementos de clara
significación nacionalista y sobre todo habiéndose suprimido en la
actuación de los espatadanzaris el número de la bandera. Todos los
actos fueron organizados y dirigidos por el sacerdote D. Angel
Urigüen, de 35 años de edad, natural de Durango, a quien ya, en
alguna otra ocasión esta Alcaldía se ha visto obligada a llamarle
la atención por su no muy clara actuación en orden a los postulados
del Régimen, sin que a pesar de ellos se haya servido rectificar
claramente y de modo decidido su forma de actuar, sobre todo al
rodearse dentro del ramo de la juventud de Acción Católica que
dirige de elementos separatistas...”, (Ver fotografía
inferior de la denuncia).
La
simple lectura de la denuncia expresa el grado de control
político-policial, que sobre aquel sacerdote y todo lo que no fuera
bien visto por el Régimen Franquista, al que se sometía a los
ciudadanos por parte de los comisarios políticos de aquel estado de
cosas, en el que ni una festividad, como la de la Amatxu de Begoña,
pasaba sin los férreos controles, y la inquisitorial mirada de los
lacayos del régimen.
Vaya gentuza de gobierno. Por desgracia parece que siguen en la poltrona.
ResponderEliminarSiguen, siguen... y en Getxo, como en muchos otros lugares, siguen habiendo quienes recuerdan estos nefastos tiempos con cierta morriña por el gallego y sus mariachis...
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