Resulta
curioso ver el muelle de Areeta-Las Arenas, sobre todo en fechas
anteriores a cuando uno ha nacido. Es desde esa perspectiva desde la
que, al contemplarla durante una regata de traineras, celebrada en
1944, podemos compararla con lo que hoy existe.
Desde la
visión que hay tras las casas del muelle, desde la embocadura de
Paulino Mendivil, se divisa la cúpula aún sin terminar, esqueleto
metálico casi imitación a la basílica de San Pedro de Roma, de la
Iglesia de Las Mercedes, inaugurada en aquel mismo año el 24 de
septiembre de 1944, día de Las Mercedes.
Del
viejo quiosco de la música, cuya cúpula emerge exultante en la gran
Avenida de Areeta-Las Arenas, frente a la Plazuela del Puente
Bizkaia, lugar de esparcimiento popular, en la que la orquesta
animaba con sus melodías “Bayón del gato”
incluido, aquellos grises días de mediados del siglo XX. Era cuando
el muelle y la plaza se abarrotaban de un publico expectante ante
aquel bello desafío de regatas.
Y un
Puente Bizkaia, recién reconstruido, desde cuya cercanía se
vislumbraban los palacetes de principios de aquel siglo, en un día
presumiblemente frío, dadas las vestimentas (gabardinas y abrigos).
Por eso
las fotos que traigo a estas páginas, aunque no tengan gran calidad,
nos acercan a un barrio que empezaba a reconstruirse tras aquella
negra conjura de 1936.
No hay comentarios:
Publicar un comentario