Al
hablar de Romo es casi imposible desligarlo de sus actividades
festivas, actividades en las que siempre han tenido que ver sus
organizaciones sociales y las gentes que las protagonizaron. En esta
pequeña entrada, quiero recordar, pequeños retazos de su larga
historia.
Aún no
había nacido, ya faltaba poco, un mes más tarde, mis ojos verían
las primeras luces de mi barrio natal “Areeta-Las Arenas”.
Romo, que luego sería mi localidad de residencia. En las emisiones
epistolares seguía figurando como “Las Arenas-Romo”.
Pero ya era un barrio con actividad propia, que años mas tarde
“ganaría su independencia” como barrio.
Para
poder desarrollar actividades incluso festivas, desde una sociedad
tapadera, se solicitaba permiso para celebrar la fiestas del barrio.
Era la “Juventud de Acción Católica”, el 28 de
Julio de 1948, cuando su presidente, Ramón Grandes, realizaba
aquella solicitud, para la celebración de las fiestas de la patrona
“Ntra. Señora de los Ángeles”. Tiempos de
carestías, parecen los actuales, solicitaban también ayuda
económica. Se decía en la solicitud: “...los inconvenientes
con que tropezamos, siendo el principal el económico...”.
El lunes
día 2 de Agosto a las ocho de la noche, recorrían las calles del
barrio los cabezudos seguidos de tamborileros anunciando el comienzo
de las fiestas. Posteriormente, a las diez de la noche, se celebraría
una animada verbena amenizada por la banda municipal y los
tamborileros, en la campa de las escuelas.
Dentro
de aquellos actos festivos que se celebraron los días 7 y 8 de
Agosto, y que la juventud de Acción Católica organizó, estaban
algunos ciertamente originales como “la caza del pollo en
bicicleta”, “la sartén húngara”, “el
Puchero Diabólico” y “la Silla Acústica”.
También tuvo su componente deportivo, ya que se corrió una carrera
ciclista para aficionados. Como no podía ser de otra forma, todo el
programa iba acompañado de diversos actos religiosos, con una
procesión por la calles del barrio portando la imagen de “Ntra.
Señora de los Ángeles”.
Para
dicho acto, el entonces capellán D. Luis Andonegui, envió una carta
de invitación a las autoridades locales. La imagen se encontraba en
el interior de una pequeña capilla del mismo nombre, que entonces
hacía las veces de parroquia. La capilla tenía dos edificios a
ambos lados, uno destinado a escuela de enseñanza primaria y otro
que funcionaba como “Casa de Ejercicios Espirituales”.
Si las paredes hablaran, contarían los miedos que penetraban en
nuestros cuerpos pensando en el infierno. Miedos terroríficos que no
dejaban de visitarnos hasta en sueños. Estaba aquella capilla
regentada por las “Hijas de la Unión Apostólica”.
Fue inaugurada en 1.935, y funcionaba como aneja a la de “Las
Mercedes” de Areeta-Las Arenas.
Solo una
reflexión sobre los lugares comunes que unen nuestro pasado con el
presente. En el Romo de hoy quedan pocas cosas que nos unan a aquel
pasado, en el que los activos grupos sociales dinamizaban el barrio.
Lugares de referencia para identificar el barrio: las Casas
Baratas y los actuales edificios del Aula de Cultura, apéndice
de aquella vieja capilla, donde en su día se instaló la “Sociedad
Gobela”, autentico motor del barrio.
Evitar las tentaciones
especulativas sobre ambos lugares, fortalecerá la memoria colectiva
y las señas de identidad de un núcleo vecinal, con una larga
historia asociativa.
karla, cada vez que pienso que has escrito lo mejor, te superas. Eskerrik asko por tu trabajo, debería ser un bien material de Romo. Qué pena que no alcance a los que no disponen de internet. ¿Para cuándo en, papel? Seguro que si lo editas es un éxito en Romo y en ultramar
ResponderEliminar