Muelle
de Las Arenas, la calle del tranvía, ese barrio tan querido para mi,
no en vano en el nací, del que al hablar sobre sus arenales, el que
fuera literato encartado D. Antonio de Trueba conocido como “Antón
el de los Cantares” dijera en Agosto de 1882: “...donde
estrechándose el Abra se convierte en ria o canal...,...esta
Las Arenas, hermosa barriada perteneciente a la república de
Guecho...,...hace veinte años no había en Las Arenas
más que dos o tres edificios, y aquella llanura era toda arenales y
dunas sin ninguna vegetación. Hoy la cubren bosques y jardines
frondosos, entre los que se alzan multitud de lindos y suntuosos
edificios...”.
He
vuelto a pensar en su tranvía, ¿Cuantas generaciones conocieron
aquel muelle, cuantos viajeros que pasaban sus vacaciones en el
cercano Hotel Antolín, subieron y bajaron del mismo, cuantos vecinos
del barrio de Areeta-Las Arenas, se trasladaron hacia sus puestos de
trabajo en aquella vieja diligencia de hierro, cuantos se dijeron
adiós al pie del mismo?.
¿Como
eran, donde estaban?, esas preguntas que me han ido repitiendo a
través de las fotografías que he ido publicando, ya tienen
respuesta. Lo he tenido a la vista, pero no disponía de un documento
que la avalara, ahora que lo he podido leer, que he visto sus planos,
traigo a estas paginas una pequeña historia de aquellas cocheras.
Sobre
sus funcionamiento, sus horarios y precios ya hable en mi entrada del
30 de Abril del 2014 “Tranvía Eléctrico Bilbao-Getxo en
1898”. Así que antes de empezar, solo recordar los tiempos
de su historia: (1871 Se presenta el proyecto del Tranvía de
Bilbao a Areeta-Las Arenas); (1872 se construye una linea de
tranvía por tracción animal, por caballos, que comunicaba Bilbao
con Las Arenas); (1875 se ampliaría el servicio hasta
Algorta, en 1876 debido al aumento de veraneantes, se creó un
tranvía tirado por caballos, discurría desde la Avanzada, por el
Camino Real, hasta la plaza de San Nikolas); (1887
Electrificación de la línea); (1896 se construyen las
cocheras del tranvía en Areeta-Las Arenas).
Y
es en este último año donde arranca este relato. La “Sociedad
Colectiva Amann y Cia” de la que Jose Ignacio Amann era
Director Gerente, el 29 de Abril de 1896 solicita permiso para la
construcción, para el tranvía eléctrico, de una nueva cochera y
edificio destinado a habitación del personal, en el mismo terreno en
el que se encontraban las cocheras antiguas. El 30 de Abril de aquel
año el consistorio decidía pedir un informe al arquitecto
municipal, informe que de forma afirmativa el Arquitecto Municipal D.
Alfredo Acebal tramitaba el 18 de Mayo del mismo año.
Aquellas
cocheras iban a estar emplazadas en el que en su día fuera “Muelle
de Las Arenas”, actual muelle de “Evaristo de
Churruca”. Estaban detrás del “Hotel Antolin”,
que se hallaba enclavado en la entonces llamada “Plazuela”
actual “Puente Zubia Plaza”.
Aquel edificio fue diseñado en 1896 por D. Fidel Iturria Bizkarrondo
(1860-1922), autor entre otras obras municipales, del Ayuntamiento
de Getxo, proyectado en 1917, obra que terminaría en 1928 el
arquitecto Manuel María de Smith e Ibarra.
Se
encontraba en un largo paseo, que estaba dispuesto por una zona de
muelle (zona peatonal), la cual separaba mediante un murete la de
carretera, por la que transitaba el tranvía, Esta
última zona tras pasar el edificio, daba lugar a un paseo ajardinado
que avanzaba hacia Churruca, el cual se hallaba, al igual que la
Plazuela, protegido del viento por un arbolado de plátanos. Su
fachada principal miraba a la ría, a su izquierda se hallaban las
cocheras, a la derecha del conjunto estaba el edificio de oficinas,
cuya fachada esta adosada a la del Hotel Antolin (ver fotografía
inferior).
Disponía
de cinco andenes, para alojar las unidades del tranvía, en su
fachada lateral estaban dispuestos seis amplios ventanales, que
permitían la entrada de la luz solar. El edificio de personal tenía
un dormitorio comunal, provisto de cinco camas, dos dormitorios
individuales, cocina con w.c. y una sala en la primera planta. En el
bajo disponía de unas oficinas para el personal de servicio.
Aquel
edificio de llamativo corte fue el albergue de aquellos tranvías
eléctricos, que con su campanilla rompieron la monotonía de un
barrio que empezaba a crecer, dejando atrás aquellos arenales, otro
hora vacíos y solitarios. La calle del Tranvía y Las Arenas
empezaban a escribir viejas historias, de las que nuestros padres
fueron protagonistas. Algunos de estos datos están extraídos del
expediente: 4659-10
del Archivo Municipal de Getxo.
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