viernes, 14 de noviembre de 2014

LA PLAZA DE LOS ARCOS


La Plaza de los Arcos, cuyo nombre oficial fue “Plaza de las Escuelas”, (salvo en épocas de dictadura), fue conocida por los areneros por el apelativo que hace referencia a los soportales, que acogían a niños, mayores y vendeja, durante los largos días del sirimiri, que a principios del Siglo XX, azotaba nuestro pueblo. Soportales que entre los años 1899-1903 solo ocupaban el frente de las escuelas. La Plaza, que en sus inicios tenía un camino central que se dirigía a las escuelas, estaba flanqueada por dos zonas de tierra batida, ambas cubiertas de arboles, al igual que las calles de toda la zona. 
 
Los Arcos y la Plaza, ya en 1925 eran definidos como lugar de recreo para los niños de Las Arenas. Más tarde, no sin polémicas, se verían ampliados a los edificios adyacentes que formando una “U” se edificarían a ambos lados. En 1926 se realizó la obra de levantar soportales en toda la "U". Una de aquellas reclamaciones acerca de la construcción que empezaba a llenar nuestro barrio, y que formaba parte del proyecto del ensanche de Las Arenas eliminaba una calle situada en la plaza, partiría de manos de los herederos de D. Sebastian de Uribarri, propietarios de los terrenos colindantes a las escuelas.



A partir de aquella reclamación, el 26 de Junio de 1926, el arquitecto municipal presentaba el proyecto de la ampliación de los arcos en la Plaza de las Escuelas. Pretendía con el mismo acercar las posturas de propietarios y Ayuntamiento. El 1 de julio de aquel año la Comisión Municipal Permanente aprobaba la propuesta del Arquitecto Municipal D. Antonio de Smith y de la Comisión del Ensanche, convocando a una reunión a los propietarios, a fin de que llegaran a un acuerdo y sacar a exposición pública dicho proyecto (ver fotografía inferior del plano de proyecto).


El 19 de febrero de 1927 los propietarios de los terrenos daban su visto bueno incluyendo varias condiciones, entre las que cabe citar dos: que la parte porticada quedara para uso público y que en compensación de lo elevado de los arcos, los edificios que se fueran a construir en los terrenos pudieran subir 45 centímetros más de lo establecido. Otro de los elementos en conflicto era el Almacén de Vinos, que se encontraba en los bajos, y que en opinión de los propietarios, la ampliación proyectada privaba de una parte indispensable del almacén. Y proponían permutar el espacio por el local contiguo a la Plaza de las Escuelas, que daba a la calle de Las Mercedes. 
 
La plaza, tras el acuerdo que permitió dejar la misma a las orientaciones expuestas a los temporales y abierta únicamente al mediodía supuso un coste de: 68.119,60 pesetas incluyendo la cesión de terreno y mano de obra. De ella, en los escritos de aquellos días, se decía: “...Plaza que a decir de sus condiciones quedaba más agradable de luz y ventilación, que si fuera completamente cerrada, y que seguramente constituirá en días de lluvia, tan frecuentes en este clima, el único lugar de reunión y paseo de los vecinos...”. 
 


Durante muchos años la plaza fue lugar de fiestas y juegos de los niños. También lugar de vendeja en los que las baserritarras, que dejaban cestas y burros atados en la “Campa de Juan”, también junto al “Puente Bizkaia”, ofrecían a los vecinos, sobre los grandes y alargados mostradores de madrera, lo mejor de sus huertos. Viandas, que en muchos casos, como las zanahorias y manzanas, que unas veces regaladas y otras sustraídas con habilidad infantil, ayudaban a engañar, más que el hambre, las carencias alimentarias, por la escasez de artículos de primera necesidad de aquellos días. 
 
Los arcos que vieron la luz a principio del Siglo XX, bajo los que se encontraban el cuarto de socorro y la oficia de correos, además de comercios de fontanería, alimentación y suministro de vinos, hoy siguen siendo parte de un espacio, que en días de lluvia protegen y ofrecen un lugar en el que convivir, convirtiendo la “Plaza de las Escuelas” en un espacio festivo, marco de grandes campeonatos de futbito y baloncesto en los años 50-60, donde en las fiestas del barrio se desarrollan ofreciendo desde teatrillos, espectáculos folclóricos y competiciones gastronómicas.

4 comentarios:

  1. Yo la conoci como plaza de los enanos, buenos recuerdos de las fiestas del pueblo! ^_^

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  2. Es aberrante que la llamen plaza de los enanos.. y más aún ese horrible edificio que permitió construir el ayuntamiento...en sustitución de Las Escuelas Municipales, cargándose parte de nuestra historia.

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  3. Si así era cuando ivamos a la Escuela de la época del fascismo. Recuerdo la estufa leña, los recados que nos mandaba hacer Dña, Esperanza la leche en polvo tan mala que nos daban, el canto del Cara al Sol en formación en la Plaza que nos obligaban, a Dña. Margarita y Día Teresa etc. La represión que ejercían sobre nosotras me ha marcado para toda la vida.

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