“Campo
de Ibaiondo”. Sobre él ya he hablado en varias ocasiones.
Sus fotografías nos llegan desde épocas pasadas, fue comprado por
el Arenas F. C. en 1924 (se denominaba como finca Careaga), se
inauguró el 13 de Septiembre de 1925, en el que se celebró un
encuentro amistoso entre el Arenas Club de Getxo y el Athletic de
Bilbao.
Uno de
aquellos acontecimientos deportivos, cuyo final tuvo como escenario
nuestro Campo de Ibaiondo, fue la -III- Vuelta al País Vasco, en su
cuarta etapa San Sebastian-Las Arenas, con un recorrido de 171
kilómetros. Se celebró el Domingo día 8 de Agosto de 1926, un día
espléndido, de auténtico verano (ver recorrido en fotografía
inferior).
Aquella
cuarta y última etapa, que tuvo como punto de inicio el local de la
Real Sociedad Donostiarra (Paseo de la Republica Argentina), fue
tomada por 24 corredores, a las 11 de la mañana. El primer corredor
en firmar fue el catalán Teodoro Monteys. Tenía como punto álgido
el alto de Sollube, lugar en el que el año anterior se decidió la
carrera, ganándola el belga Verdyck.
Desde el
inicio y durante 45 kilometros, el pelotón se mantuvo agrupado. El
primer col, el alto de Itziar, en el kilómetro 46 de la carrera, el
orden de llegada fue: Bottechia, Fontán, Debaets, Piccin, Mucio y
Frantz. Pero en la bajada, como una flecha se lanza a tumba abierta,
como era habitual en él, el bilbaíno Barruetebeña, colocándose en
cabeza.
Al pasar
por Gernika seguiría en cabeza Barruetabeña, siendo acompañado por
otro corredor de Bizkaia, Gutierrez. Al pasar Bermeo a 125 kilómetros
de la salida, en la subida de Sollube, lugar en el que se iba a dar
la verdadera batalla, era el repecho más fuerte de toda la carrera,
el pelotón de cabeza estará compuesto por: Fontán, Piccin,
Bottechia, Frantz,...; el corredor luxemburgués Nicolás Frantz,
sabedor de que en este alto estaba la victoria, en un esfuerzo sobre
humano, llega a las 17 horas, con cerca de 100 metros de ventaja
respecto a su inmediato seguidor el Italiano Ottavio Bottecchia (de
quien se dice fue asesinado a pedradas en 1917 por un campesino
francés que creía que le estaba robando las uvas de su viñedo).
De la
dureza de aquella prueba da fe la fotografía que la Enciclopedia
“Auñamendi” expone en sus paginas de aquella
prueba, en la que aparece un fatigado Bottechia persiguiendo a Frantz
y Huysse tras pasar el Sollube.
Mantendrían
Frantz y Omer, un ritmo trepitante, casi 40 km/h. hasta la meta, y a
pesar de una caída que pudo haberle costado la carrera, el
luxemburgués, se mantendrá en cabeza, y ya en el alto de Andraka,
llevaría dos minutos a sus seguidores. Su paso por Algorta y Las
Arenas fue apoteósico, entre auténticos callejones de gentes que le
aplaudían sin cesar.
Su
llegada al Velódromo de Ibaiondo (Campo del Arenas F. C.), lleno de
un público totalmente entregado, que había estado en todo momento
al corriente de todas las incidencias de la carrera, gracias al
despliegue informativo realizado por el diario “Excelsior”,
fue impresionante.
En este
campo acababan de celebrarse unas interesantes pruebas atléticas y
ciclistas en las que habían participado los equipos del Arenas y
Athletic, en las que compitieron, en atletismo, por parte del equipo
del Arenas-A- (Emaldi, Aguirre y Loren); por parte del Arenas- B-
(Gutierrez, Cavia, Basañez y Arizaga).
Pero
volviendo a aquella vuelta al Pais Vasco, pocos minutos después de
las 18 horas, sonó la campana anunciadora de la llegada de los
primeros corredores. Hacían su entrada en el Velódromo Frantz y el
Belga Omer Huyse, en medio de una impresionante ovación. Se les
anunció la obligación de dar dos vueltas al velódromo, para ver
quien se proclamaba campeón. Venciendo en un memorable sprint el
luxemburgués Nicolás Frantz. Uno de los corredores que más
aplausos cosechó fue el Catalán Miquel Mucio, nacido en Barcelona
el 12 de marzo de 1902, primer clasificado del estado (falleció en
Lübetheen el 27 de mayo de 1945), envenenado. Durante la Guerra
Civil fue activista PSUC y PC, miembro de la Resistencia Francesa
(FTPF) deportado a Alemania. Militó en la sección de ciclismo del
FC Barcelona en el 1927).
La llegada de los del equipo Arenero (Segundo Barruetabeña y Salvador Artaza), causo tal estruendo de aplausos entre el público, que estremecía a quien lo escuchaba. El último en llegar a la meta, el hernaniarra Juan Bautista Vallejo, ante el caluroso recibimiento con el que se le obsequió, decía “...!Así da gusto entrar el último!...”. La nota mas graciosa, a la hora de las fotos, la provocó el Belga Gerard Debaets, quien apareció seguido de sus compañeros de equipo, con los pies en el manillar y las manos en los pedales, provocando la hilaridad general en el campo.
La
clasificación de la IV etapa la encabezaban:
1º-
Nicolas Frantz en 6 h. 11 minutos 9 s.
2º-
Omer Huyse en 6 h. 14 minutos 9 s.
3º-
Julien Delbecque en 6 h. 18 minutos 58 s.
10º -
Miquel Mucio en 6 h. 21 minutos 23 s.
13º-
Segundo Barruetabeña en 6 h. 24 minutos 30 s.
En la
clasificación general de la carrera los tiempos fueron los
siguientes:
1º-
Nicolas Frantz en 27 h. 13 minutos 59 s.
2º-
Ottavio Bottecchia en 27 h. 19 minutos 38 s.
3º-
Victor Fontan en 27 h. 22 minutos 38 s.
9º-
Miquel Mucio en 27 h. 33 minutos 53 s.
Les
seguían los corredores del Arenas Club:
15º-
Salvador Artaza en 28 h. 24 minutos 45 s.
21º-
Segundo Barruetabeña en 29 h. 11 minutos 28 s.
De los
24 corredores que tomaron la salida en Donosti, sólo se produjo la
retirada del belga Aime Dosche, por una indisposición en Sollube. De
aquel acontecimiento deportivo recogían noticia varios periódicos
del estado, entre ellos el donostiarra “El Pueblo Vasco”,
el madrileño “El Sol” y la “Vanguardia”
de Barcelona.
Hasta
aquí un repaso por uno de aquellos acontecimientos deportivos que
acaecieron en aquel Velódromo de Ibaiondo de Areeta-Las Arenas.
Acontecimientos que iré trayendo a estas paginas.
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