Los
coros de Santa Águeda, en Getxo, a lo largo de los años han
recorrido nuestros barrios, calles y plazas con personas de todas las
edades animando la fría noche de febrero, cantando diversas estrofas
que en algunos casos recordaban el martirio de la santa y en otros
demandaban un aguinaldo. Tradición de gran raigambre en algunas
zonas de la margen izquierda, reflejada incluso en la ermita de Santa
Agueda de Baracaldo, donde existe un mural del Siglo XX que recuerda
a estos coros.
Resurrección
María de Azkue decía que: “...En
Bizkaia se tocaban las campanas de las parroquias y ermitas la
víspera de Santa Águeda desde el crepúsculo hasta la media noche,
y que durante todo ese día (4 de febrero) grupos de postulantes
suelen andar de casa en casa por todos los barrios recogiendo dinero
para los tañedores de campanas...”
También respecto de esta fiesta decía Julio Caro Baroja: “...Que
mientras exista un ritual, no es nunca una supervivencia, sino una
vivencia...”
Y qué cierto es, pocas vivencias han mantenido tanta raigambre
engarzando sucesivas generaciones en torno a algo tan sencillo como
un viejo farol y una makilla.
Grupos
compuestos por cuadrillas del barrio que además de recordar esa
tradición iban por calles, sendas y caseríos solicitando el
aguinaldo de Santa Agueda, que en algunas épocas se recogía en
forma de huevos y chorizos. Y en otras, con sus bolsas tintineantes,
recaban unas monedas para celebrar alguna merienda. También esa
festividad se celebró con fines benéficos, por ejemplo la de
febrero de 1929, en la que la Sociedad Gobela Sport de Las Arenas
destino el dinero recaudado para ayudar a una viuda de la localidad,
la de Donato Ibarra.
Pero
no siempre fueron autorizadas las rondas de Santa Agueda. En 1917 el
Gobernador Civil Queipo de Llano prohibía que los postulantes
recorrieran las calles, los periódicos bilbaínos recogían la
noticia: “...Prendida
en el aire esa poesía de invierno, melancólica canción, el
Gobernador la prohibió. Cómo un decreto puede prohibir las
emociones del espíritu...”
Aquella misma tarde: “...Un
agente de Queípo de Llano manifestaba a Juventud Vasca que quedaban
prohibidas las serenatas, alegando fantásticos temores de
alteraciones, disturbios y fieros males...”
Recogiendo
noticias del diario “Euzkadi”, quizá como anécdota decir que
1927 fue el último en que D. Luis de Arana y Goiri pudo escuchar
desde su lecho, en Iralabarri, estaba muy enfermo, los coros de santa
Agueda: “...Teníamos
conciencia de que al año siguiente no podríamos cantarle. Y él
estaba persuadido de que los Coros de Santa Agueda resonaban por
última vez para él. Fue triste y fue dura la escena. Al terminar,
con los recios garrotes elevados hacia la ventana, donde un resquicio
de luz nos anunciaba al maestro enfermo, dijimos a una voz que resonó
con triste potencia: ¡Agur!...”
Aquellos coros recogían donativos para el “Ropero y la Junta de
Socorros”. En 1928 salía a cantar por las calles a contar los
tradicionales bertsos de Santa Agueda: “...El
grupo de la Asociación de Obreros Vascos de Algorta...”.
Al año siguiente, 1928, les tocaba el turno a los jóvenes del
Arenas Júnior y del Gobela Sport:”...Que
recorrieron los diferentes barrios de esta anteiglesia interpretado
los clásicos coros de “Deun Agate”. La recaudación obtenida la
dedicaron a fines benéficos...”
Curioso
el día de Santa Águeda de 1933, no porque se cantaran coplas
diferentes, si no porque se celebró un partido de fútbol entre dos
de los coros que aquella noche recorrieron las calles de Algorta. Se
trataba de los coros:
Deun
Agaten
en el que jugaban: Bilbao; Leandro, Germán; Fernán, Carmelo,
Ayestarán; Arenaza, Ari, Félix, Zalduondo y Solagaistúa.
Y
el Aintzaldu
de Algorta con: Bueno; Gerón, Ramón; Gaspar, Rioja, Julián;
Enrique, Bretos, Manu, Sanderson y Agirre.
Como
árbitro actuó el cancerbero del Club Deportivo Getxo, Ortega.
Mientras
en algún lugar de Gipuzkoa cantaban un bertso de Santa Agueda que
hablaba de los sueños del cerdo con las bellotas, del hambre y el
frio de los crudos días de invierno, que sonaba así:
“...Txeri
goseak amets ezkura
bihar
su ilak egura
gure
anayak gose ta otzak
aurten
bai negu makurra...”
“...El
cerdo hambriento sueña con bellotas
el
fuego apagado necesita leña
nuestros
hermanos tienen hambre y frío
Este
año el invierno está crudo…”
1935
fue quizá el año en que más proliferaron los coros de Santa
Águeda, muchos de ellos compuestos por agrupaciones de distinta
ideología. A pesar de lo cual en palabras del entonces Gobernador
Civil: “...El
número de estos fue superior al de otros años, no registrándose a
pesar de la confluencia de diferentes ideologías, ningún
incidente...”
Por aquella época los únicos golpes que se repartieron fueron,
según decía la prensa: “Los de un Viejo Zorro”, se referían al
púgil de Berango más tarde afincado en Getxo, Gabriel Zubiaga, que
vencía en un combate no exento de polémica a Garcia-Lluch. Incluso
en época de guerra, en 1937, al anochecer salieron los coros de
Santa Águeda, luciendo en sus farolillos las insignias o distintivos
de las agrupaciones a las que los mismos pertenecían.
Tal
es el apego de esta tradición que en el 2018, el pianista Stephen
Hough
compuso por encargo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, “Agata:
a Basque Fantasy”.
Para esta obra el pianista tomó como base la canción tradicional de
Santa
Ágeda.
El
próximo lunes día 4 de febrero, a la tarde noche, volverán esas
viejas estrofas de: “...Aintzaldu
daigun Agate Deuna, bijar daba, Deun-Agate...”
Que se repiten en nuestras calles al compás de las makillas y que
gracias a los coros de nuestros barrios, podremos escuchar en su
XXXIII
edición. Por la mañana las actuaciones correrán de la mano de los
niños de las ikastolas y escuelas de cada barrio. Por la tarde noche
los coros transitarán por nuestras calles, cantando en una actuación
conjunta a las 20:00 horas, en dos zonas: Los de Andra
Mari y Algorta
en la Plaza de la estación de Algorta; y los de Romo
y Areeta (Las Arenas)
en la Plaza de la Estación de Areeta.
Llama la atención la frase: “En 1917 el Gobernador Civil Queipo de Llano…” ¿Qué Quipo de Llano era ese? Porque el Queipo de Llano que apoyó a Franco es esos años andaba en la guerra de Marruecos. ¿Seria Luis Mén¬dez de Queipo de Llano,…? ¿O algún otro Queipo de Llano?
ResponderEliminar