En
la anterior entrada veíamos cómo a
finales de enero de 1888 volvía a hacer su aparición esa temida
enfermedad a la que se llamó “La aliada de los conquistadores”:
la viruela.
Y un hecho que venía a alterar la convivencia municipal: la
presentación de una proposición de ley solicitando la Segregación
del barrio de Las Arenas como municipio independiente por el Diputado
a Cortes por el distrito de Bilbao, D. Eduardo Aguirre.
Ya
desde octubre de 1884, más tarde en 1885, se venía hablando de la
construcción de un nuevo puerto en Algorta. Cuando habían
transcurrido cuatro años desde la primera comunicación, era el 9 de
febrero de 1888, volvía el tema al pleno municipal de Getxo. Los
miembros de la comisión municipal, el Alcalde D. Pedro Amezaga y el
Síndico D. Eladio Sustacha informaban que: “...En
cumplimiento de su cometido se habían acercado al Ingeniero autor
del proyecto del Puerto exterior del Abra D. Evaristo de Churruca, a
quien habían planteado los considerables daños que recibiría
Algorta con aquel proyecto, y las propiedades del barrio del Puerto
por el alejamiento de sus moradores al trasladar al nuevo puerto
proyectado las embarcaciones menores que actualmente contiene, porque
este quedaría inutilizado con la construcción de aquel. Que por
otra parte se vería también amenazada la propiedad situada al
centro de la población a una altura mayor de cien metros, porque una
vez construidos los nuevos muelles donde han de chocar las mares, su
fuerza será mucho mayor al venir a estrellarse sobre la orilla, y
por consecuencia habrá de lamer más su base, pudiendo con ello
causar grandes desprendimientos en el indicado monte quedando la
propiedad constantemente amenazada. Por último, que el estado de la
playa de Ereaga, hoy una de las mejores de Vizcaya y quizá del mar
Cantábrico para baños, vendría a sufrir una perturbación que a
juicio de la comisión pondría en peligro a los bañistas,
desconociendo al día de hoy las muchas corrientes que se formarán…”
Por esas motivaciones solicitaron al Sr. Churruca que estudiara otra
obra adicionada a su proyecto para evitar dichos perjuicios. El
Ingeniero autor del proyecto del Puerto exterior del Abra, les
respondió que: “...Estando
sus estudios sometidos a la aprobación del Gobierno no podía
adicionar ninguna otra obra como era el deseo de la comisión
municipal, pero que una vez comenzadas las obras podrá el
Ayuntamiento de Guecho solicitar del Gobierno supremo de la Nación ,
la construcción de un muelle que partiendo de Arriluce y orillando
toda la playa, termine en el actual Puerto de Algorta, y que para
ello tendría el mayor gusto de informar favorablemente para que este
pensamiento sea realizado...”
Aquel informe más tarde daría lugar al muelle y paseo que
actualmente va desde Arriluze hasta el Puerto Viejo de Algorta. En
aquel debate intervino también D. Dionisio Zubiaga, quien en 1886 ya
había defendido la necesidad de un puerto exterior.
Gracias
a la prensa bilbaína, al “Noticiero Bilbaíno” del 18 de febrero
de 1888, podemos saber que: “...La
linea telegráfica del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas fue
instalada por D. Julian Torre, constructor a su vez de la misma línea
en el trayecto de Amorebieta a Gernika y Luno...”
El 10 de febrero de 1888 la Diputación Provincial aprobaba los
acuerdos adoptados por la corporación municipal de Getxo, sobre la
instalación de una estación telegráfica en nuestra Anteiglesia.
El
pan, un bien muy preciado, también tuvo su momento en Las Arenas, en
febrero de 1888, cuando un 1 de marzo, D. Valeriano Hernando
solicitaba permiso para instalar un horno en la casa de Dña. Felipa
Bustingorri, a fin de expender pan al público de esta localidad.
En
marzo de 1888 existía una fuente pública en la plazuela de
“Mugaburu”, en el Puerto Viejo de Algorta. Fuente de la que la
que D. León Landeta solicitó permiso para: “...Uso
del agua de la fuente pública que existe en esa plazuela con destino
a la obra que como contratista realizó cerca de aquel punto, para la
construcción de una escuela de párvulos...”
En esa misma fecha se plantaban, frente a la escuela de Niñas Pobres
de San Martín, cuatro árboles “Castaño de Indias”, comprados a
D. Juan Cruz Eguilior de Abando, por los que se pagaron 6 pesetas.
Y
cómo la confesionalidad del barrio estaba garantizada por aquellos
piadosos gobernantes, llegando la Semana Santa, el Ayuntamiento por
su cuenta acordaba: “...Proporcionar
sacerdotes para predicar en la Iglesia de San Nicolás de Bari de
Algorta, los sermones de Mandato y Soledad...”
Para los que las cofradías se vestían con túnica y capuchón de
color blanco. Pues bien, el clérigo encargado de de aquellos
sermones resulto ser un tal D. Valentín Ventades, quien cobro del
erario público la cantidad de 80 pesetas por los sermones predicados
el jueves y viernes de la Semana Santa.
Todo
empezó con una carta remitida por algunos propietarios y vecinos del
barrio de Las Arenas, al vespertino “El Porvenir Vascongado”, en
la que básicamente se decía: “…Este
artículo esta encaminado a demostrar la justicia que tienen los
propietarios y vecinos del barrio de Las Arenas para pedir la
segregación del mismo de la Anteiglesia de Guecho, fundando sus
razonamientos en lo poco que ha atendido este a la prosperidad y
bienestar de dicho barrio...”
A partir de ese momento una cascada de escritos remitidos a “El
Noticiero Bilbaino” dieron lugar a una serie de réplicas y contra
replicas. El 1 de marzo de 1888 otros vecinos, estos de Las Arenas y
Algorta, enviaban otra a los diarios bilbaínos “El Porvenir
Vascongado” y a “El Noticiero Bilbaíno”. Al segundo diario
llegaban dos escritos, uno firmado por “Un Algorteño” y otro por
“Varios suscriptores de Algorta y Las Arenas”.
En
la primera, la firmada por “Un Algorteño”, decía: “...Como
hijo de la honrada y noble anteiglesia de Guecho, y amante como el
que más de su prosperidad y engrandecimiento, no puedo menos que
deplorar la ingratitud de la que hace alarde el barrio de Las Arenas
al intentar segregarse, sin razón alguna que lo justifique, del
municipio de Guecho para constituir por sí un nuevo término
municipal. Porque ha sido éste atendido y considerado siempre por
Guecho con la mayor solicitud y esmero. La prensa periódica de esta
capital publicó hace algunos días la noticia de que el diputado por
Bilbao D. Eduardo Aguirre había presentado a las Cortes un proyecto
de ley pidiendo la segregación del barrio de Las Arenas...”
A continuación hacia una descripción del barrio de Las Arenas:
“...Existen
en la actualidad en el barrio de Las Arenas 65 casas, de las cuales
28 quedan completamente desocupadas durante nueve meses al año. El
número de vecinos, que según el ultimo censo, existe en dicho
barrio asciende a 120; el de habitantes a 588, habiéndose repartido
en todo el indicad o barrio 149 cédulas personales en el presente
año económico. La renta que por razón de impuestos municipales ha
producido Las Arenas desde que comenzó a formarse su población,
asciende a 48.000 pesetas. El ayuntamiento de Guecho ha invertido en
Las Arenas en igual periodo de tiempo en obras, explanaciones,
calles, plaza, carretera y otras varia de menor importancia la suma
de 127.111 pesetas. En pago de empleados 18.875 pesetas. Y habiendo
costado la cañería de agua potable al ayuntamiento de Guecho
192.000 pesetas, de las que se computan como correspondientes al
barrio de Las Arenas 64.000 pesetas, sumando por tanto los gastos
enunciados hacen un total de 209.986 pesetas. Como se ve por lo que
dejamos anotado, resulta que el ayuntamiento de Guecho a invertido en
el barrio de Las Arenas más ingresos de los que dicho barrio ha
producido…”
Criticaba la largueza con la que algunos diarios de la Villa habían
difundido, sin tener conocimiento de estos datos, la moción
presentada por el Sr. Aguirre: “...Inexactas
son, pues, las afirmaciones de los aludidos diarios, así como las
que el Sr. Aguirre consignó en su proposición de ley, en cuanto por
ellas manifestaron unos y otro que el barrio de Las Arenas se había
formado sin ningún auxilio oficial, y que tiene fuerzas propias para
crear un municipio. La ley de 2 de Octubre de 1877, en su artículo
2.°, prescribe como circunstancias precisas para la creación de un
término municipal: 1º que baje de 2.000 el número sus de
habitantes residentes. 2º Que tenga o se le pueda señalar un
territorio proporcionado a su población; y 3º que pueda sufragar
los gastos municipales obligatorios con los recursos que las leyes
autoricen. Por todo lo expuesto el barrio de Las Arenas no reúne
ninguna de las procedentes condiciones para constituir a su amparo un
término municipal. El producto de los arbitrios de Las Arenas no
alcanza para cubrir las necesidades de dicho barrio. Es también cosa
sabida por todo el que haya fijado un poco su atención en las
condiciones y modo de ser del aristocrático barrio de Las Arenas,
que los cortos arbitrios producidos por el mismo son debidos a la
población flotante que concurre durante dos meses del verano a
respirar las brisas marinas que en aquella playa se disfruta. Tampoco
es ignorado por nadie que trascurridos los calores estivales, aquel
barrio vuelve a quedar sumido en el aislamiento que en el resto del
año se encuentra, siendo buena prueba de esto el escasísimo
movimiento de pasajeros de su ferrocarril, cosa que también le
habría de suceder al tranvía, si no fuera por el contingente de
viajeros que la población de Algorta le proporciona. De las casas
ubicadas en Las Arenas, las dos terceras partes o más, se hallan
cerradas excepto los dos indicados meses de verano y el corto número
de vecinos de hecho que en aquel barrio existen, se compone de
empleados del tranvía, del ferrocarril, criados que guardan las
casas cerradas, de algún fondista o tabernero y de cuatro o cinco
colonos del Sr. Aguirre, que, por cierto, pertenecen a la
jurisdicción del termino municipal de Lejona...”
Aquellos aristocráticos demandantes de la secesión al parecer
pretendían dar al “nuevo municipio” el nombre de “Las
Arenas de Cristina”,
en alusión a la regente. Las criticas que seguían, hacía el
Diputado D. Eduardo Aguirre, ponían en cuestión, y por eso hasta
entonces le habían votado los vecinos de Algorta, sus nobles y
leales sentimientos hacia Getxo.
En
la siguiente entrada continuaremos viendo las discusiones, que en la
prensa local, se daban por aquella propuesta de segregación.
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