jueves, 10 de enero de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -73-



Tras estos días festivos, y la entrada relativa a la inauguración del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas el 30 de junio de 1887, vuelvo con estas historias del último cuarto del Siglo XIX. En esta iremos viendo cómo se iban produciendo en el pueblo nuevas obras e inauguraciones.

Y metidos en inauguraciones el 14 de julio de 1887 el Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Asistir a la bendición de la nueva iglesia de Las Arenas, que según noticias tendrá lugar dentro de pocos días...” A dicho acto acudió la banda de música de Algorta con su director D. Pablo Arzuaga al frente, aquella actuación supuso para las arcas municipales un gasto de 21,35 pesetas. Un día más tarde en el “Noticiero Bilbaíno” anunciaban: “…El domingo próximo se inaugurará, aunque provisionalmente, la hermosa Iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes, construida en el centro de aquella hermosa y a populosa población, que tiene sobre la generalidad de los puertos marítimos la inapreciable ventaja de haber sucedido, a los antiguos, áridos y abrasados arenales donde no brotaba una planta, una exuberante vegetación de toda especie, y sobre todo a dado paso a dilatados pinares donde casi no penetra un rayo de sol...” Así describían cómo tras la desecación de las marismas un extenso bosque de pinos cubría la zona, ejemplares que aun sobreviven majestuosos en Zugatzarte, Lertegi y Cristobal Valdes.

Por la descripción que hacían de nuestro barrio parecía que estuvieran hablado del paraíso: “...Es Las Arenas un lugar donde al rumor de las brisas que se agitan en su espeso y fresco ramaje, se unen al constante rumor de las olas del mar, que se desvanecen en la ancha, dorada y segura playa, al pie de la que se levantan ricos y hermosos edificios, que se hallan interpuestos entre ella y los sombríos pinares, perfumados por los siemprevivos lirios marinos que esmaltan y tapizan el suelo. Hasta los plátanos y emparrados con los que hace algunos años se procuro amenizar la plazuela de Las Arenas, han adquirido una lozanía y desarrollo que realzan notabilísimamente la belleza y comodidad de ese pueblo...” Dicho acto inaugural tuvo lugar el domingo 17 de julio de 1887.


A finales de julio de 1887 se publicaba en la prensa bilbaína la cuota que correspondía a cada pueblo de Bizkaia, para cubrir el déficit del Presupuesto Provincial, que alcanzaba las 524.556,40 pesetas, de las cuales a Getxo le correspondían abonar la cantidad de 6.757,91 pesetas. El total de déficit partía tomando por base el producto de los Arbitrios municipales, sobre el Vino, Aguardiente, carnes, abacería y licencias de construcción y reforma de fincas, del ejercicio económico de los años 1886-87.

Las travesuras de nuestros jóvenes de 1887, si vivieran hoy más que centenarios, eran castigadas con la perrera, y más que por la importancia de los hechos porque seguro que cómo en cada época la tolerancia alcanzaba hasta donde las gentes pensantes consideraban debía estar el límite. Entre aquellas travesuras se encontraba la de un mozalbete, que provisto de una caña de pescar, cogía con su anzuelo ropas que se encontraban tendidas al sol en un balcón del barrio; otras de aquellas travesuras era, algo ya clásico de los jóvenes de varias generaciones posteriores, arrojar piedras al paso de las unidades del ferrocarril, desde puntos elevados sobre la vía o colocar clavos en los raíles para hacer hinques.

El 21 de julio de 1887 el Ayuntamiento decidía dieran comienzo los exámenes de las clases de solfeo. Los mismos se realizaron en Algorta, corríendo a cargo del organista de San Nicolás de Bari de Algorta D. Pablo Mujica. Pero cómo quiera que dicha academia carecía de instrumental para realizar las pruebas pidieron ayuda al Casino Algorteño, al que solicitaron les dejara el piano y el salón del centro recreativo. Así mismo se decidía comprar algunos dulces en Bilbao para repartirlos como premio a los alumnos de solfeo, cosa que realizó D. Idelfonso Arrola y que supuso para las arcas públicas un gasto de 15,75 pesetas.


En esas mismas fechas se acordaba realizar mejoras en el camino que iba desde Alango a los depósitos de aguas. El contratista que realizó dicha obra fue el vecino del Algorta D. Juan Bautista Eguia.

A finales de julio de 1887 teniendo en cuenta que la canícula apretaba el consistorio de Getxo decidía: “...Teniendo en cuenta la decencia que deben reunir en la presente estación los vestidos de los alguaciles y empleados vigilantes de las aguas, se les proporciones trajes delgados de verano...” Y es que aquellos largos trajes de paño no eran lo más apropiado para los calores del estío.

La caseta del fielato de Las Arenas presentaba en esos días un aspecto deplorable, su techo estaba prácticamente desvencijado y las aguas caían en su interior, cómo si de una ducha se tratara. Por lo que decidieron retejar dicha caseta, pero esta vez con un tejado de zinc.


Agosto de 1887, comenzaba con un nuevo libro de actas, que era firmado por su Alcalde D. Pedro Amezaga y el secretario municipal D. José de Abarrategui. Y en su primer acta se daba cuenta del sorteo de asociados, que cómo recordaba en agosto de 1884 iban a formar parte de la Junta Municipal, de rentistas y propietarios que por su poder económico, coadyuvaban a tomar decisiones y financiaban en ocasiones, las obras para las que el municipio no disponía de recursos propios. Entre los elegidos por sorteo para aquella Junta figuraban:

Por la Primera Sección: D. José Camiruaga, D. Manuel Eguia, D. Antonio Alcorta y D. José Bilbao.

Por la Segunda Sección: D. Eulalio Madariaga, D. Juan José Unibaso, D. Fausto Gorordo y D. José Antonio Icaza.

El día 3 de agosto de 1887 aparecía en el Boletín Oficial de la Provincia una circular del Gobierno Civil, recordando a los alcaldes el deber del cumplimiento de la Real Orden relativa a la revisión en las respectivas localidades de la rotulación de las calles y plazas, así como de la numeración de las casas y edificios que la tuvieran ya establecida, disponiendo se pusiera de nuevo esta en los puntos donde no existiera o se encontrara incompleta. Para ello se daba un plazo de 15 días. El Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Nombrar para ejecutar esta orden a D. Irineo ramón Diliz y D. Eladio Sustacha por Santa María y Algorta, y a el primer teniente de Alcalde D. José María Aizpiri por Las Arenas...” Fue este el primer callejero del municipio que aún se conserva en un expediente municipal (signatura. 4.628-4). En el aparecían, sobre todo en Algorta y Santa María, los nombres de las casas, su uso y el estado físico de los edificios.

Así en Algorta: en la calle San Nicolás en el número 2 aparecía señalada la ermita de San Martín en ruinas y en el número 1 un lavadero público; en la calle Mayor (antes Tetuán) en el 21 en la casa “Malvena Nueva” existía una farmacia; en el número 45 estaba la tahona de Hermoso y en el 44 la Sociedad Casino. En la Plaza de la Constitución en los números 1, 2 y 3 aparecían respectivamente la Casa Consistorial, las Escuelas Públicas de Primera Enseñanza y la ermita San Ignacio de culto católico. En la calle de la Carretera en el número 45 estaba la Alhóndiga y en el 105 el depósito de carbón de “Dos Amigos”. En la calle “Alangüetas” en el número 43 el depósito y Servicio Municipal de Aguas, en el 54 una fortificación militar y en el número 57 aparecía el Matadero Municipal. En la calle Carretera del Tranvía en el número 1 figuraba la Gran Fonda San Ignacio. En Las Arenas, que tan solo contaba con 77 números, en el número 1 estaba la Fonda de Epalza; en el 30 la estación de Ferrocarril, en el 54 la Iglesia de Las Mercedes; en los números 55 y 71 aparecían los Balnearios de Bustingorri y el Hotel de los Aguirre. Mientras que en Santa María con 140 números, aparecían en el número 102 el Faro de la Galea, en el 110 las Escuelas Públicas, en el número 111 la Iglesia de Santa María, en el 113 la ermita del Ángel de la Guarda, en el número 113 la vivienda y taberna del Ángel y en el 143 el semáforo de la Galea. En la zona de Baserri, tan solo con 19 números, aparecían el Molino de Bolusarreta en el número 4, la ermita de Santa Columba en el 6 y el Molino de Cucullaga en el número 11.

En la próxima entrada veremos como a pesar de la canícula, la existencia de aguas en el depósito municipal tras las obras de traída realizadas era abundante, y se decidía abrir al servicio público los dos lavaderos del barrio de Algorta.

2 comentarios:

  1. Nos sigue deleitando Memorias de Getxo con gentes, lugares y pasajes de nuestra historia "getxoztarra" ...
    Estas Navidades era testigo de un rincón verde que desparece de Andra Mari: el bosquecillo y el arroyo de Iturgitxi (calle Maidagan), último vestigio del Sarri primigeio. Toca cemento y hormigón ... begondezuela!
    Sarriko basoa.

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  2. Y ahora toca "Venancios" ... los bulldozers aguardan para entrar en el eucaliptal de "Oilarretxe" ...
    Sarriko basoa

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