En
la anterior entrada veíamos cómo el pleno municipal de Getxo
trataba, a solicitud del regidor D. Mateo Ajuria, uno de los asuntos
que venía para modificar el aspecto exterior e interior del Abra, su
Puerto exterior.
El
18 de septiembre de 1887 fue la fecha en la que el pleno municipal,
tras la vista al concesionario de la estación telefónica de Bilbao
y conocer las tarifas y bases que para el enganche estipulaban,
decían: “...Con
fecha del 15 del actual, y obligándose bajo las mismas bases a
establecer una estación telefónica en esta población. Y teniendo
en cuenta las ventajas que traería la instalación de dicho aparato
en esta localidad, acordamos autorizar a los señores regidores Diliz
y Aldecoa, presentándose ante la empresa concesionaria, traten de
arreglar y concertar el medio más conveniente para el
establecimiento de una estación telefónica en este Pueblo...”
El 22 de septiembre, los regidores encargados de entrevistarse con la
compañía: “...Tras
la entrevista mantenida con el Director de la red telefónica de la
Villa de Bilbao, informaban en el pleno, acordando que cuanto antes
se instalara dicha red en esta población...”
El
18 de septiembre de 1887 D. Juan Bautista Cortina, vecino de Bilbao,
como testamentario de su finada hermana Dña. Rogelia Cortina,
solicitaba permiso para establecer un colegio en el Puerto Viejo de
Algorta: “...Para
construir en el punto llamado Mugaburu-ondo de esta población, un
colegio para niños y niñas pobres por encargo que tiene de su
citada difunta hermana...”
El Ayuntamiento de Getxo concedía la autorización para realizar
dicho colegio de acuerdo con los planos presentados.
A
la vez que en esos mismos días, la comisión de obras estudiaba si
la colocación de baldosas en las aceras del municipio era más
barata y funcional que la que se había venido colocando con
anterioridad, de piedra de las canteras de Durango.
Las
carreras de caballos tan de moda en la época en la vega de Lamiaco,
que por la prensa era llamada de Las Arenas, que se venían
celebrando desde hacía tiempo, iban a ver su repetición el día 25
de septiembre de 1887. En la zona y los pueblos cercanos había gran
animación, hasta el punto que un tal Sr. Solano dueño de uno de los
equinos que iban a competir de nombre “Lucero”, era el motivo de
las apuestas que ya se estaban cruzando. Incluso los trenes de Bilbao
a Las Arenes veían alterar su horario, ampliándolo desde las 14:30
hasta las 19:30 con parada en el apeadero del Hipódromo de Lamiaco,
con una frecuencia de media hora entre esos horarios. Incluso la
compañía del tranvía iba a participar con un caballo llamado
“Perla” que había sido el vencedor de la anterior edición. En
la primera carrera el caballo vencedor fue “Polvorilla” de D.
Tomás de Zubiria, mientras que en el llamado match de los de los
10.000 reales (apuestas) fue ganado por “Nicot” de D. Benigno
Chavarri, que tuvo cómo jinete a D. Carlos Levison.
A
veces la solicitud de obras de algún vecino era aprovechada por el
consistorio para obtener alguna prebenda que abaratara sus siempre
mermadas arcas. Ese fue el caso de la solicitud de D. Francisco
Elorriaga, que habitaba en el Puerto Viejo de Algorta, a quien el 22
de septiembre de 1887 se le decía lo siguiente: “...De
acuerdo con el convenio firmado, y habiendo solicitado el abono de 30
pesetas por haber realizado pesebres para caballos en su casa de
Arechondo, tiene la obligación de alojar en dicha casa a la
caballería de la fuerza armada de artillería cuando venga a este
pueblo a sus ejercicios de tiro, no pudiendo presentar más
reclamación que la de quedarse con el estiércol de dichas
caballerías...”
La
iluminación pública por aquellas fechas era escasa. Se realizaba
mediante faroles de petróleo, hasta el punto que doce vecinos de
Algorta encabezados por D. Juan Manuel Ugarte solicitaban al
Ayuntamiento de Getxo: “...La
colocación de un farol de alumbrado público entre las casas
“Ugarteba-Nueva” y “Bastinchuena...”
Y era en esa fecha el 22 de septiembre de 1887 cuando ya se hablaba
de la próxima llegada del servicio eléctrico a uno de los barrios
de Getxo, un tal “Norbait” escribía en el “Noticiero
Bilbaino”: “...Se
trata de establecer el alumbrado eléctrico. El Iniciador de este
proyecto es el dueño de la fabrica de cementos, mosaicos y baldosas
fundada en esta población hará cosa de dos años. Parece ser que el
Ayuntamiento ha recibido con gran satisfacción la propuesta
presentada por el citado fabricante. Así pues, todo hace creer que
pronto tendremos el alumbrado eléctrico, siendo en este caso Algorta
el primer pueblo de Vizcaya que disfrutará de esta incomparable
iluminación…”
Por otro lado la idea de mejorar las comunicaciones se habría paso:
“...Se
trata también de Instalar una estación telegráfica y dos correos
diarios. En un principio se pensó en establecer un centro
telefónico, pero esta idea va perdiendo terreno en vista de que es
más ventajosa la comunicación telegráfica, al menos para
Algorta...”
El
29 de septiembre de 1887 acordaba la corporación municipal:
“...Asistir
este Ayuntamiento en Corporación, el día 1 de octubre, a la misa
mayor que se celebrará en la iglesia de Santa María, con motivo de
la inauguración del traslado de la feria y romería de ese día,
que hasta la fecha se venía celebrando el 1 de marzo, asistiendo a
dicha misa el organista de San Nicolás de Bari de Algorta con
algunos cantores...”
Así
mismo se informaba en el pleno de la invitación del cura ecónomo de
San Nicolás de Bari, invitando a la corporación a la procesión del
santo Rosario, que iba a tener lugar el día 2 de octubre a las
cuatro de la tarde.
También
en esa fecha se daba cuenta de la multa puesta por el Gobernador a
todos los componentes de la corporación municipal del año 1886:
“...Por
haber declarado soldado sorteable y no prófugo, sin estar presente
en el acto, al mozo D. Juan Arnabar Aguirre...”
Por ello debía abonar también, con arreglo a lo establecido por la
ley, la cuarta parte de la multa el secretario municipal.
La
cuenta de gastos e ingresos del primer trimestre del ejercicio
1887-88 daba un saldo positivo de 20.597,99 pesetas.
El
6 de octubre de 1887 D. Juan Arechavala y otros vecinos de Las Arenas
solicitaban al consistorio de Getxo la reposición de un camino que
comenzaba en Gobela y terminaba en Saconeta, se trataba de una
estrada de carácter rural de escaso transito.
Algunas
veces el Ayuntamiento de Getxo y el cabildo eclesiástico de San
Nicolás de Bari entraban en conflictos, seguramente motivados por el
exceso de celo respecto de sus pertenencias del segundo. Aquel 6 de
octubre las actas municipales recogían una de aquellas desavenencias
relacionada con unos locales situados en los bajos de la iglesia. El
cura ecónomo de la citada parroquia se dirigía al consistorio:
“...Que
esa corporación manifieste si reconoce la pertenencia a esta
parroquia de los locales que se hallan situados en el piso bajo del
comulgatorio, sacristía y el pasillo de transito intermedio entre
esta y aquel...”
A lo que el consistorio respondía: “...Acuerda
este consistorio significar al expresado cura ecónomo que desde el
año 1864, época de la bendición de esta iglesia, viene haciendo
uso el Municipio de los locales que se trata para depósito de
bancos, necesarios para colocar en la plaza contigua y otros útiles,
sin que en ningún tiempo se haya puesto impedimento alguno por sus
dignos antecesores; por lo cual y por la completa independencia del
templo y sus dependencias en los mencionados locales, cuyas puertas
únicas dan a la plaza cubierta de este Pueblo, que cedió
gratuitamente el terreno para la edificación de dicho templo, cree
esta corporación que fueron construidos expresamente para el objeto
a que se destinan. Además su conservación ha merecido siempre la
atención de parte de la Municipalidad, como prueban la obras
ejecutadas a sus expensas para conducir al caño general las
sustancias fecales del retrete de la sacristía...”
La utilización de los citados bancos era para los días en que se
celebraba el mercado en la plaza.
En
la próxima entrada seguiremos con estas historias de la vida
municipal de Getxo, y de cómo el vecino de Erandio D. José María
Aramberria solicitaba construir la casa que más tarde sería el
“Hotel Aramberria” de Las Arenas.
(...) se ABRÍA paso (...)
ResponderEliminarSin hache.
Perdón.