Este
hotel de Las Arenas parece que en su día fue objeto de un uso, con
el que las fuerzas vivas del barrio no estaban de acuerdo, pues la
moral y las buenas costumbres de esa época no aceptaban la practica
del Oficio más viejo del mundo, a la vista de los habitantes de un
barrio tan señorial.
Pero
previamente, y ajeno a la actividad anteriormente citada, afirmar que
el nombre de dicho establecimiento venía dado por una de sus
regidoras y propietaria, que ya en 1921 anunciaba en las paginas de
la prensa, que en dicho establecimiento se ofrecían a la carta
convites y bodas. Se trataba de Dña. Ventura Grandes.
Siguiendo
con el escabroso asunto de las otras actividades, que dicho
establecimiento llegaría a tener, ajeno a la administradora
anteriormente citada, decir que el 26 de Noviembre de 1923, el
Secretario del Ayuntamiento, en sesión celebrada en dicho día,
certificaba que se adoptaba el siguiente acuerdo: “...El
Sr. Olabarria manifesta que en el barrio de Las Arenas vienen
funcionando clandestinamente dos casas de mala nota, las que según
tiene entendido, por existir disposiciones oficiales que lo
prohíben, no pueden dedicarse a lo que en la actualidad se dedican y
propone se designe una Comisión Compuesta por el Sr. Alcalde y el
Párroco de Las Arenas, para que realice cuantas gestiones sean
necesarias para conseguir la clausura de la citada casa...”
El
Ayuntamiento aprobó, de conformidad con las manifestaciones del Sr.
Olabarria, esta propuesta, dando a dicha comisión amplias facultades
para tramitar cuantas diligencias estimara necesarias. La Inspección
de Sanidad, a petición del Gobernador, cursó visita, se supone que
por intervención de dicha comisión, y concluyó que tras la misma,
el Hotel Ventura cuyo propietario era D. Luis Villalba: “...no
es un Hotel sino una casa de prostitución...”
A continuación, tras comprobar que dicha casa no se dedica a la
industria de Hotel, si no a una actividad menos confesable, en un
escrito dirigido al Sr. Gobernador, se requirió al Sr. Villalba para
que manifestara si pensaba seguir dedicándose a esta actividad, ya
que sujetándose a las disposiciones sanitarias y profilácticas de
las enfermedades venéreas, debiera de darse de baja como tal,
retirándose el rótulo anunciador.
En
un escrito dirigido a la Inspección de Sanidad del 12 de diciembre
de 1924, se indicaba entre otras cosas que: “...El
terreno donde se levanta dicho Hotel se encuentra al final de una
calle donde juegan niños...,
que
en el centro de la plaza situada al final de dicha calle se encuentra
un templo, Santa Ana...,
El
punto donde se levanta dicho Hotel está muy poblado de villas
ocupadas por personas dignísimas, para las que seria muy violento
tener que convivir con una actividad así....”
El
Sr. Villalba contestó al Ayuntamiento con un escrito en el que
negaba la denuncia el 14 de noviembre de 1923. El 17 de diciembre de
1923 el Gobernador Civil de Vizcaya comunicaba su decisión de
prohibir la actividad a D. Luis Villalba. No obstante el asunto fue
llevado hasta el Directorio Militar. Y finalmente las fuerzas vivas
del pueblo, lograron que la moral y las buenas costumbres fueran
preservadas, por lo que el hotel ceso en dicha actividad.
Años
más tarde pasó a llamarse “Bar Recreo”, un lugar de culto para
los Areneros.
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