En
las anteriores entradas hemos visto cómo surgieron, dónde se
instalaron las plazas de toros y su explosión festiva de la mano de
los nuevos “prebostes” de la dictadura franquista. En ésta,
veremos su evolución desde los años 60 hasta casi el final de la
década.
Durante
los años 60 continuaron celebrándose las becerradas en el Puerto
Viejo de Algorta. En años anteriores los festejos habían sido
organizados por un industrial carnicero de Getxo, quien en su oferta
de 1960 indicaba que disponía como atractivo de la cuadrilla
del “Indio Apache torero”, Ray Pololo, atracción
que al parecer en la pasada edición había sido del agrado del
público. Como resultado de la celebrada el 17 de julio de ese año,
quien pagó el pato fue la pobre res, que despiezada y en canal
posteriormente fue vendida.
El noble astado dio un peso de 400,5
kilos y se vendió a 25 pesetas kilo. El acto contó con cucaña
vertical que al decir de sus promotores fue “...vistosa y
divertida...”. Por cierto, la permanente municipal acordó
contar, para la organización del acto con algunos aficionados
taurinos del “Club Marítimo del Abra”.
La
becerrada de 1961 en el Puerto se celebro a beneficio de los
damnificados de Chile por el terremoto de 1960. En él serían
sacrificadas tres reses de la ganadería del Marqués de Villagodio.
Intervinieron como matadores algunos vecinos de Getxo: Ignacio
Aranduy quien en su cuadrilla contaba con Pepe Aguirre, Juan Pedro
Ruiz y Luis Sánchez; José Antonio Prado con Antonio Espinosa,
Rafael Esteban y Pedro Esturo; y Jaime Echevarría cuya cuadrilla
estaba compuesta por José María Arteaga, Nicolás Jauregui y Juan
Rivas.
En
el mismo año se celebró una corrida de toros en la Plaza del Puente
Bizkaía de Las Arenas. Previamente un grupo de jóvenes del barrio
recorrieron las calles, llevando a bordo de unas flamantes “Vespas”
a un ramillete de preciosas jovencitas, a quienes llamaron las
“Manolas”. El recorrido fue por las principales
calles del barrio. Antes, las “Manolas” posaron
frente a la Casa Social. Eran unas flamantes adolescentes con sus
Mantones de Manila, mantillas, abanicos y blancos collares al cuello,
que nos dejaban para el recuerdo sus ilusionadas miradas. En la
fotografía superior aparecen de izquierda a derecha Marisa
Villareal, Maria Asunción Egaña y Begona Cañada.
Los
conductores de las flamantes motos, que llevaban a la grupa a las
“Manolas”, eran jóvenes del barrio: Sisito
González y Triki, que son los que aparecen en la foto superior en
ambos extremos. La foto fue tomada en la confluencia de las calles
Barria y Avenida de Las Arenas.
En
la presidencia de aquella corrida, ver fotografía superior, aparecen
nuevamente las “Manolas” y tras ellas el sacerdote
José Guatas y Paulino Reguera de Electrodomésticos Reguera al
micrófono.
El
12 de agosto de 1962 le tocaba el turno a la becerrada que
nuevamente elegía el Puerto como lugar taurino. En esta ocasión los
matarifes iban a ser Juan Astorqui “Cocherito de Bilbao II”,
Manuel Val “El Galleguito” y Ricardo Zubiria
“Caito”.Estas reses fueron llevadas al matadero de
Getxo, para ser despiezadas.
El
cartel presentado en 1963 incluía a los diestros Guillermo
Sanz “Caracolillo”, Pepe Las Heras “El
Bilbao” y Paco Jesús. El día 31 de julio, San Ignazio, se
celebró una becerrada en el Puerto a beneficio del Santo
Hospital-Asilo Municipal. El dinero obtenido finalmente fue
distribuido entre el Santo Hospital y el Convento de las Adoratrices.
Correspondiendo al primero 16.876 pesetas y a las segundas 10.000
pesetas. La plaza tenía cabida, según el acta del Arquitecto
Municipal de Getxo, para 846 espectadores. Los capotes, muletas y
espadas fueron alquilados a la empresa de “Pedro Gaztañaga”
de la calle General Concha de Bilbao, el cual según su factura era
sucesor de “Regino Martín”, y que entre otras
cosas fabricaba banderillas y moñas (Castañeta de torero o coleta
que usan a modo de postizo). Las mantillas y mantones le fueron
alquilados a la empresa “El Abanico” de la calle
San Francisco de Bilbao. Quien remató la faena fue el Marqués de
Villagodio que obtuvo por la venta de los cuatro novillos 27.000
pesetas. Entre la terna de toreros previstos había un aficionado de
Las Arenas, de apodo “El Bujía”, cuyo nombre no
citaré por deseo expreso, que finalmente por deseo paterno no
concurrió. Al finalizar el acto se corrió una vaca embolada.
El
2 de agosto de 1964 se volvía a celebrar una novillada en el
Puerto Viejo de Algorta, además de un encierro, que la prensa
bilbaina recogía en sus paginas. El director de la lidia fue “M.
Chacarte”. Actuaron como lidiadores Curro Carmona,
Bienvenido B. Martin y Germán Martín, “El Molina”.
Los tres novillos lidiados fueron comprados por el industrial
carnicero de Getxo Florencio Isla. Dieron en báscula un peso en
canal de 231 kilogramos, los cuales se abonaron a 40 pts/kilo. El
encierro tuvo lugar a las 8,30 de la mañana tras el lanzamiento del
txupin. Se corrieron 5 novillos.
La
novillada del Puerto de 1965 se celebró el 25 de julio a las
17,30 horas, en la misma participaron Francisco Fernández “El
Quijano”. Este torero de Jaen residía en Alango, Jose Luis
Garcia “Carnicerito”, el baracaldés Demetrio Campo
y Jaime Echevarria, con Luis Gastañaga como banderillero. También
la Iglesia intervenía en las recomendaciones para la contratación
de los toreros. En el caso de Francisco Fernandez “El
Quijano”, era la de D. Luis de la Parroquia de San Nikolas
de Bari de Algorta, quien recomendaba este torero, dirigiéndose al
concejal Antonio Goñi: “...en relación al asunto de
“aspirante” a torero, tengo que decirle que tiene 26 años y es
de Jaén. Reside desde hace 5 años en Alangüetas, en casa de Manuel
de la Torre García. Me ha dicho D. Martín que el día 19 quiere
tirarse a la plaza en Bilbao, y le va a costar un disgusto serio...”,
al parecer el chaval, a pesar de que como decía el sacerdote “...le
advertí que no sueñe con un novillo, porque valen mucho, y que a lo
sumo podrá dar unos capotazos...”, finalmente logró su
objetivo. Se llegaron a vender 1.137 entradas para aquella corrida.
El responsable de trasladar en taxi a las “Manolas”
desde Las Arenas fue el “Garage Rex” que tenía su
sede en la calle Mayor, para adornarlas se alquiló a la empresa
bilbaína “El Abanico” (mantones, peinetas,
mantillas y abanicos). El personal auxiliar era numeroso, se
necesitaron 17 porteros y acomodadores, así como dos taquilleros.
Mari Flor Niebla
Como anécdota contar que la reina de las fiestas de Getxo, ese año
Mari Flor Niebla, en una entrevista en la prensa decía: “...No
me lo esperaba, me habían llenado la cabeza de que no debía
presentarme, porque la reina iba a ser elegida a dedo...”.
En
1970, el domingo 6 de julio, iban a ser los protagonistas de
esas becerradas “Los Tangoreños”, que fueron los
encargados de amenizar con sus instrumentos de cartón (Y alguno
metálico), el espectáculo taurino en el que se lidiaron 4 novillos.
Arrancaba
el año 71 con varias corridas, el 31 de julio, el 1 de agosto y el 2
de agosto de 1971 se celebraron sendas lidias. En la del día
de San Ignazio, el cartel presentador decía: “...Primera
corrida de la historia de Guecho, 6 bravos y hermosos toros...,cuyas
defensas no han sido despuntadas, limadas ni sometidas a manipulación
fraudulenta...”, los toreros intervinientes fueron Santiago
Martin “El Viti” y José Fuertes “Morenito
de Caceres”; en la del domingo día 1 de agosto
participaron Manuel Herrera “El Lince” y Justo
Redondo.
La corrida del lunes 2 de agosto contó con la presencia de Jose Ramón Astola “El Trintxi”, Eduardo Gonzalez “El Balaña Bilbaino”, Ricardo Elorza “El Chico de la Tele” y Felipe Gutierrez “El Bejarano”. El Ayuntamiento nombro capellán para esas corrida, en la plaza de toro portátil del Puerto, al presbítero D. Ramón Blanco. En este caso la carne de las reses no fue vendida en comercios de Getxo, si no a tablajeros radicantes de otros municipios. Un recorte de prensa de un expediente municipal recordaba aquella corrida.
La corrida del lunes 2 de agosto contó con la presencia de Jose Ramón Astola “El Trintxi”, Eduardo Gonzalez “El Balaña Bilbaino”, Ricardo Elorza “El Chico de la Tele” y Felipe Gutierrez “El Bejarano”. El Ayuntamiento nombro capellán para esas corrida, en la plaza de toro portátil del Puerto, al presbítero D. Ramón Blanco. En este caso la carne de las reses no fue vendida en comercios de Getxo, si no a tablajeros radicantes de otros municipios. Un recorte de prensa de un expediente municipal recordaba aquella corrida.
Esta
corrida marcaría el final de los encierros con reses bravas en su
modalidad de lidia en Getxo. No obstante, se continuaron celebrando,
encierros con vaquillas, en las fiestas de los barrios tanto en
Algorta (Puerto Viejo y Trinitarios), como en Neguri Langile, Romo y
Andra Mari. Siendo en la actualidad las del Puerto Viejo de Algorta
las que perduran. Hasta aquí un repaso por la actividad taurina en
nuestro pueblo, que no pretende ser algo cerrado, seguro que
existirán algunas otras, que por falta de documentación no he
traído a estas paginas. Los datos de estas tres entradas sobre los
toros en Getxo, están sacados de los expedientes festivos del
“Archivo Municipal de Getxo”, de diversas
hemerotecas bilbainas “Euzkadi”, “El
Noticiero Bilbaino”, “La Gaceta del Norte”
y “El Liberal”; y del diario madrileño de 1864 “La
Iberia”.
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