YATE GOIZEKO-IZARRA
Crónica
de una Evacuación, Los niños de la Guerra. Este tema, que ya lo he
tratado en otras entradas, aunque no de forma tan extensa, como la
que comienzo a continuación, no pretende ser algo cerrado. Faltan
muchos datos, que quizá más adelante pueda ir completando.
Antes
de empezar, unas consideraciones: aquella tragedia que supuso que
miles de personas tuvieran que abandonar sus hogares, sus pueblos, su
País, no fue algo casual. Fue fruto de maquinaciones en las que
participaron terroristas financieros y militares, que junto a una
trama compuesta por caciques y terratenientes, banqueros y asesinos
uniformados africanistas y la connivencia de cierta prensa derechista
y la jerarquía eclesiástica, hizo que tras los resultados
electorales en los que triunfó el Frente Popular, se sublevaran
contra el legítimo Gobierno de la República.
Un
seguidor de este Blog me facilitó un material elaborado por él,
para un Master de la UNED. Se titulaba “El yate Goizeko
Izarra y su participación en la evacuación de los Niños de la
Guerra en Bilbao”. Título que reflejaba con gran
precisión, tanto las vicisitudes como el dolor que tuvieron que
sentir los niños al separarse de sus familias, forzados por un
cruento golpe de estado. Eso me dio la idea de retomar las
circunstancias que llevaron a miles de niños y adultos a abandonar
su Patria y refugiarse en otros Países. Aprovechando su ofrecimiento
y partes de su trabajo, traigo a estas paginas un relato sobre los
“Niños de la Guerra del 36”. A lo largo de él,
iré entremezclando titulares de la prensa bilbaína de aquellos
días, con datos provenientes de otras publicaciones y del trabajo
anteriormente citado.
En
la evacuación de los “Niños de la Guerra”,
Francia fue el primer país en colaborar. Le seguirían Bélgica,
Dinamarca, Gran Bretaña, México, Suiza y Rusia. En Bizkaia, desde
1937, ayudados por escoltas de la armada inglesa y con el beneplácito
del gobierno francés, la mayoría de las evacuaciones de los “Niños
de la Guerra” se produjeron en grandes barcos y vapores
desde el Puerto de Santurtzi. Entre estos destacaron el “Goizeko
Izarra” y el “Habana”, que fueron los que
más niños trasladaron. Otros barcos que transportaron a niños y
mujeres, que huían del horror de aquel Golpe de Estado franquista
fueron el “Cabo Corona”, “Galea”,
“Luchana” y “Zurriola”; los
mercantes franceses “Carimare”, “Château-Palmer”,
“Margaux” y “Ploubazlanec”.
También los mercantes ingleses “Marion Moller” y
el “Marvia”; el vapor ingles “Alice Marie”
junto a los destructores británicos “Blanche” y
“Campbell”, que formaron parte de la primera
expedición. Sus destinos fueron los puertos franceses de La Pallice,
Pauillac o San Juan de Luz; el inglés de Southampton y el puerto
Ruso de Leningrado. Sin olvidar a decenas de barcos no controlados,
pesqueros y pequeños vaporcitos, que salieron directamente de
diversos puertos de la costa vasca como Bermeo, Ondarroa o Getaria.
Empezaremos
por el papel que jugaron los barcos en la evacuación de los niños.
Aitor planteaba las hipótesis de trabajo, que barajó al comienzo
del mismo, consistente en: “...investigar sobre los
diferentes buques empleados por el Gobierno Vasco durante la Guerra
Civil..., sobre el buque “Upo Mendi”, mercante
reconvertido en cárcel-pontón, fondeado en la dársena de
Galindo..., incluso sobre el mítico “Habana”,
buque de pasaje que trasladó a miles de niños en sus bodegas hacia
diferentes destinos europeos protegiéndolos de las bombas
fascistas...”. Aunque finalmente optó por investigar sobre
los buques que se dedicaron a las evacuaciones civiles,
mayoritariamente de niños, que se realizaron desde el puerto de
Bilbao. Tema que, como él dice, presentaba unas características
especiales, ya que la milicia formada por el Gobierno Vasco, no era
un ejercito regular, no tenía una flota militar profesionalizada y
tuvo que improvisar una armada: “...con buques pesqueros o
mercantes además de con embarcaciones civiles de todo tipo para
cubrir la defensa y protección de la costa vasca...”. Y en
su caso, especialmente, en la figura del Goizeko-Izarra.
Uno
de los protagonistas, no el único, de esta historia fue “El
Yate de recreo Goizeko Izarra” de 2.340 Tm. de
desplazamiento, vapor propiedad del industrial vizcaíno Sir Ramón
de la Sota Llano, y que su hijo D. Ramón de la Sota Aburto, puso a
disposición de la Cruz Roja Internacional y bajo la protección de
la Flota de Su Majestad Británica. Este barco, fue el quinto de una
serie de yates bautizados con el mismo nombre: “...Fue,
después del Habana, la embarcación que más personas trasladó
durante los días en los que se llevó a cabo el extenso plan de
evacuación de personal no combatiente organizado por el Gobierno
Vasco durante el año 1937...”. Su historia comienza:
“...en 1904, cuando se bota en unos astilleros escoceses, y
termina en 1940, cuando fue hundido por la aviación nazi en el Canal
de La Mancha a 10 millas de Portland Bill...”.
El
Goizeko-Izarra empezó a evacuar personal civil de Bilbao a
Francia el 5 de mayo de 1937. El segundo viaje tuvo lugar el 16 y el
tercero el 20. Después fue vendido al súbdito inglés Mr. Owen, el
cual lo rebautizó con el nombre de “Warrior”,
quien accedió el 11 de junio a que diera el cuarto viaje, ya con
bandera británica. El quinto y último lo dio el día 19, bajo la
directa protección de destructores de la Royal Navy. Este magnífico
buque fue habilitado como patrullero durante la II Guerra Mundial.
Fue hundido por la aviación alemana a 10 millas de Portland Bill. No
fueron únicamente los niños los pasajeros del “Yate de
exiliados”. También trasladó a “...Milicianos,
desertores, marinos o simplemente gentes que se podían permitir el
lujo de pagar un pasaje que les alejara de los ataques
indiscriminados a la población civil...”.
Estas
evacuaciones formaron parte de “...la segunda gran oleada...,
seguida de la experimentada en Gipuzkoa tras la toma de Irún por
parte de los fascistas en julio de 1936...”. Evacuaciones que
se produjeron entre los meses de marzo y junio de 1937, previas a la
caída de Bilbao. Que tuvieron su origen en el bombardeo de la Villa
de Gernika, un día de mercado, el lunes 26 de abril de 1937, por
parte de la aviación alemana, la sanguinaria y temida “Legión
Condor”, a quien Franco delegó la guerra aérea del Frente
Norte. Muchos de los niños de la guerra evacuados fueron pequeños
de corta edad que estaban ingresados en el Sanatorio del municipio
bizkaino de Gorliz. Poco a poco, describiré las trágicas
circunstancias a las que se vieron abocados aquellos pequeños que se
vieron obligados a abandonar sus hogares, su pueblo, sus familias y
amigos.
Los
barcos que jugaron un papel decisivo en la evacuación de los niños
vascos, y tal y como describe Aitor, el momento de la toma de
decisión del plan de evacuación se tomó pensando en la mar como
salvación y como única salida: “...Es lo que seguramente se
plantearían el lehendakari José Antonio Aguirre y los consejeros
del recién constituido Gobierno Vasco en octubre de 1936. Con un
mapa de la cornisa cantábrica desplegado en su despacho del bilbaíno
Hotel Carlton, Aguirre veía cómo la mar era la única escapatoria
real para llevar a cabo las iniciativas de organizar expediciones al
extranjero. Era principios de 1937...”. Ya que tras la
caída de Irún, el 13 de septiembre del año anterior en manos de
los fascistas, la posibilidad de cruzar la muga al estado francés, a
Iparralde, había quedado desvanecida. Así que: “...la única
posibilidad no solo de escape sino de tener contacto con el exterior
bien para recibir armamento o, lo más importante, alimentos para la
población civil, era la vía marítima....”.
Se
utilizaron diferentes tipos de barcos, desde buques mercantes,
pesqueros, incluso buques militares, en unos casos bajo pabellón
republicano o francés, pero sobre todo británico. Los inicios de la
evacuación del exilio habían tenido lugar con anterioridad, semanas
después del inicio de la Guerra. Ante el temor de la población por
el rápido avance de las tropas fascistas provenientes de Navarra. La
cercanía de los combates hicieron que miles de personas cruzaran la
muga por la frontera del Bidasoa. La junta de defensa que organizó
esa primera evacuación fletó algún barco en el puerto de Donosti.
El contingente evacuado se cifró en unas 16.500 personas, civiles en
su mayoría, aunque también escaparon un número de milicianos
cifrado entre 2.000 y 3.000, la mayoría de los cuales se reincorporó
al frente catalán cruzando la frontera por Port Bou.
En
la próxima entrada comenzaremos por el bombardeo de Bilbao el 4 de
enero de 1937, uno de los primeros ataques contra la población
civil, contra niños, ancianos y mujeres, un ataque indiscriminado
que pretendía amedrentar a la población y que daría lugar al
primer planteamiento por parte del Gobierno Vasco de la necesidad de
evacuar a la población del horror de las bombas.
mi madre, mis tias y sus primos viajaron en el Marion Moller, recuerdo muy bien la vivencia contada por mi madre,
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