En
la anterior entrada, al hablar de la actividad cultural en Getxo, lo
hacía sobre la “Agrupación de Obreros Vascos” de
Algorta, que tenía un claro componente nacionalista. Ahora veremos
el otro foco de actividad cultural, esta vez en el barrio de
Areeta-Las Arenas. El componente de este foco, más de derechas, en
el que intervenían algunos aristócratas locales, estaba gestionado
desde la propia iglesia de Las Mercedes. De él ya he hablado en
otras ocasiones, en mis entradas sobre “El Teatro en la Casa
Social” de los días 25 y 27 de junio de 2014. Y del
“Cuadro Artístico” que en la inauguración de la
Casa Social en 1.929, tuvo como figura estelar a Alberto San
Cristobal.
Desde
ese día 16 de abril de 1.929, en que las campanas voltearon sin
cesar en el barrio anunciando la inauguración de la Casa Social y
dando la bienvenida al prelado D. Mateo Múgica para proceder a su
bendición, ya se estaba dando comienzo a lo que iba a ser su vida
cultural. A pie de la casa social el cura párroco D. Manuel de
Escauriaza, el presidente de dicho centro D. Emilio de Zaballa, y el
alcalde de Getxo D. Juan L. Prado Mathurín, esperaban al obispo.
Este centro fue fundado como casa social parroquial. Dentro de sus
actividades dió cabida a esa agrupación de la que más tarde nació
el cuadro artístico ““Guecho Melody”.
El
local, además de la actividad teatral, albergaba entre sus paredes
un Centro Católico Recreativo, un círculo de los Luises, una
biblioteca, unos locales para los kostkas (Congregación Mariana), y
un hermoso y artístico salón de espectáculos. Según decía la
prensa iba a servir para: “...el trato entre las distintas
clases sociales, dirección de la juventud, orientándola hacia el
estudio y el trabajo, proporcionándoles un sano esparcimiento,
educación cristiana de la infancia, organización de espectáculos
morales, cultivo de las artes y divulgación cultural mediante
conferencias...”. También contaba con clases nocturnas
gratuitas (contabilidad, dibujo, lenguas, etc.); de secretariado
popular (Informaciones, escritos, colocaciones); Asociaciones de
caridad (ropero, visitas a los necesitados, catequesis).
Un
Getxo, que en abril de 1929 ya contaba 15.247 habitantes de hecho y
15.558 de derecho, en el que el tendido del cable eléctrico entre
Algorta y Plentzia llegaba ya hasta Larrabasterra. Veía celebrar las
primeras conferencias en la Casa Social, algunas de ellas a cargo del
jesuita bilbaino padre Maguregui. Todas las conferencias eran
referidas al trabajo desde un perspectiva eminentemente católica “El
trabajo y la felicidad”, “Síntesis cristiana del
trabajo” y “El lujo, ante la economía y la moral”,
todas ellas se celebraron durante los días 15 al 29 de julio de
1929.
Corroborando
la afirmación que hacía al principio de esta entrada, acerca de su
contenido social, una de las veladas benéficas celebradas en el
mismo, nos refleja esa composición. En octubre de ese año participó
el cuadro escénico “Superunda-Landecho” y entre
quienes representaron la obra “La Rebotica” aparecían los
siguientes interpretes:
Por
el cuadro femenino: Charito Mac Mahón de Ibarra, Rosario
Landecho, Manola Escauriaza, María Isabel de Ibarra de Aguirre y
Piedad Ustara.
Por
el masculino: Superunda, Paco Crooke, José Escauriaza. Fernando
José de Ibarra. Ramón Real de Asúa, Alfonso Alcalá Galiano,
Rafael Zubiría, Juan Aguirre y Luís Fernando de Zayas.
Le
siguió la comedia “Francfort” en la que
participaron los siguientes intérpretes:
Rosina
Echevarría, Mari Gorbeña, José María Escauriaza, Manuel de la
Sota, Carlos Zubiría y Paco Crooke.
A
continuación un cuadro costumbrista titulado “Katinka”.
El acto también tuvo su parte musical y de danzas, en ella
interpretaron un fado portugués (Pilar Laiseca, Carmen Zabalburu,
Josefina de Careaga y María Victoria Chavarri, vestidas a la usanza
portuguesa. A continuación interpretaron una danza mexicana Sarita
Hormaechea y Carlos Zubiria.
Prueba
del carácter social es que la misma prensa titulaba el 18 de abril:
“...Esta tarde, a las siete, en la Casa Social Parroquial, se
celebrará una velada aristocrática en la que tomará parte el
marqués de Bolarque, haciendo el papel de “Romo” en la
representación de “Molinos de viento”...”.
Finalizaba
el año, y la actividad de la Casa Social, que durante el verano
había quedado adormecida, volviendo a resurgir con un ciclo de
conferencias, esta vez a cargo de José de Posse y Villelga. El
motivo de aquella charla se refería a la educación de los hijos.
Llevaba por titulo “El porvenir de nuestros hijos.
Orientación y selección profesional”, se celebró el día
18 de dicho mes. Otro de los grupos que actuaban en aquel centro eran
los “Luises” (fundado por los Jesuitas en Abril de
1878). El Círculo de Estudios de la Congregación de los Luises, se
reunía en dichos locales semanalmente.
Para
los días 28 y 30 de diciembre el cuadro escénico de la Casa Social,
preparó dos funciones:
“Cobardías”
de D. Manuel Linares Rivas. Entre sus intérpretes femeninos se
encontraban: María Luisa Reyes, Rafaela de Achalandabaso y María
Dolores de Ituarte y entre los masculinos Superunda, Emilio de Zárate
y Juan Manuel Marín.
“Nicolás”,
gracioso entremés de don Eusebio Sierra, interpretado por María
Luisa Reyes y Pilar Grijalba; Superunda y Alberto San Cristóbal. La
parte musical corrió a cargo del maestro don Cándido de Bilbao que
interpretó diferentes composiciones en el piano, entre ellas
“Triana”,
“La Java”,
“Bourdoune”,
“Men Suit”
y “Klank Sisters”.
Contaron
con la ayuda de Teresa de la Campa y Alberto San Cristóbal, que
actuaron como apuntadora y traspunte.
Hasta
aquí un recorrido por lo que fue la vida cultural del barrio de
Areeta-Las Arenas, dentro de la Casa Social, durante aquellos lejanos
años de 1929.
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