El
barrio de Areeta-Las Arenas, no sólo tuvo una canción
independentista (Entrada del Martes 18 de junio de 2013), para
segregarse de Getxo, si no que en 1880 tuvo un primer intento,
promovido en las Cortes, por D. Eduardo Aguirre.
No sé
si aquella canción recogía el espíritu de la propuesta de quien la
formuló en 1880. Pero su letra, con un mucho de humor y retranca, sí
tenía deseos secesionistas:
“...“El
pueblo de Las Arenas, que a Getxo no pertenece, le vamos a gobernar
de manera independiente. Alcalde Simón Ugarte y secretario Batelera.
Serenos Silbote y Manta; y de alguacil Irineo y a Lasuen, y a Mendia,
para que el pueblo ande bien, por si acaso hay viajeros sospechosos
en el tren. Y Don Pedro de Oliver, de recaudador de multas, y la Casa
Ayuntamiento será la tasca de Lucas...”.
Volviendo
a la propuesta de Aguirre, diremos que dicho vecino, siendo diputado
en el Congreso, presentó el 23 de Enero de 1880 una propuesta para
la segregación del barrio de Areeta-Las Arenas del Municipio de
Getxo, por la que se declarara a dicho barrio como Municipio
Independiente.
Esta
proposición tuvo que ver más con intereses urbanísticos que con
los deseos de la población arenera. La familia Aguirre (Máximo
Aguirre), actuaba en defensa de sus intereses urbanísticos en el
área de Santa Ana. El proyecto provocó amplio malestar en el resto
de los barrios, lo que llevó a los opositores a presentar una
propuesta de amparo ante la Diputación Provincial de Bizkaia.
Al
enterarse los munícipes, el 14 de Marzo de 1888, y ante la gravedad
de la propuesta, los componentes de la Junta Municipal, encabezados
por su Primer Teniente de Alcalde (Alcalde en funciones), D. Pedro
Bonifacio de Sarría, se dirigieron a la Diputación Provincial de
Bizkaia solicitando su amparo para que interpusiera su autoridad ante
el Gobierno Central con el fin de que fuera desestimada la propuesta
del Sr. Aguirre.
El
Consistorio Getxotarra expresaba en una misiva remitida a la
Diputación que el barrio de Las Arenas, según dato del último
censo, contaba con 588 habitantes. Que se habían realizado
grandísimos sacrificios en este barrio en el que se había abierto
una nueva carretera, se sostenían escuelas de ambos sexos con los
maestros correspondientes, dos médicos titulares, alguacil,
tamborilero, y alumbrado público. Se había dotado al barrio de agua
potable. Por lo que se preguntaban: “...¿es posible amparar
ahora su emancipación?...”. La contestación del
consistorio era clara “...no procedía la misma...”.
Aducían
los detractores de aquella propuesta que la emancipación
“...provocaría en otros Ayuntamientos de la Provincia,
perturbación y desquicio...”. Por lo que acordaron formar
sin dilación una comisión que se personara en la Diputación para
realizar la entrega del acuerdo municipal. Aquella comisión quedaría
formada por los siguientes munícipes: D. Ireneo Ramón Diliz
(Síndico) y D. Ildefonso de Arrola (Regidor). El acta sería firmada
por unanimidad por todos los concurrentes.
El
conflicto se prolongó en el tiempo y tuvo otros protagonistas. En
este caso fue el Sr. Adolfo G. de Urquijo, quien actuaba en nombre de
la denominada “Junta de Reformas de Las Arenas”.
En el
Noticiero Bilbaíno del 10 de Julio de 1905 aparecía publicado, bajo
el titulo de “La Segregación de Las Arenas”, la
consulta del Ayuntamiento de Getxo a la Diputación Provincial de
Bizkaia. En dicho escrito se recogía lo siguiente: “...Si
acontecimientos de importancia y gravedad indiscutibles, no
amenazaran interrumpir la labor administrativa....del Ayuntamiento de
Getxo...”.
En el
escrito presentado por el Presidente de dicha Junta se hacía notar
lo siguiente: “...se llevarán a cabo en el citado barrio una
serie de mejoras, que se detallaban en un documento, con presupuesto
justificativo...”. Aquella Junta se ofrecía a cubrir el
fin indicado con un empréstito de 60.000 pesetas al tres y medio por
ciento, amortizable en 20 años.
El
consistorio formó una Comisión compuesta por el Segundo Teniente de
Alcalde, el Arquitecto Municipal, dos señores de la Junta de
Reformas y otros dos propietarios no pertenecientes a dicha junta. La
propuesta de incluir a los dos últimos se justificaba de la
siguiente forma: “...no todos en Las Arenas estaban conformes
con la propuesta de la citada Junta de Reformas, pues había en el
barrio quienes no se recataban en decir que dicha propuesta de la
Junta de Reformas, daba excesiva preferencia a la zona de Santa Ana,
en perjuicio de la populosa zona central...”.
Siguieron
disputas acerca de si el ritmo de la obras que se acordaron eran
adecuadas, de si se estaban dilatando, justificando unos los trámites
burocráticos y otros los ritmos que definían como de “...paso
de carreta con recursos ordinarios...”. Al enterarse del
contenido del oficio presentado por el Ayuntamiento sobre los
trámites y la posible dilación de las obras, Adolfo G. de Urquijo
concluyó diciendo que “...se impone la separación de Las
Arenas...”.
El
consistorio se mostró estupefacto y enojado al enterarse por la
prensa que la junta en la que se pidió la separación se había
celebrado en el Palacio Provincial de Bizkaia, reunión o junta que
fue presidida por el citado Sr. Urquijo.
El
Ayuntamiento advertía que después de los acontecimiento citados no
podía hacer concesiones sin presentar síntomas de debilidad, por lo
que preguntaba a la Diputación ¿Qué hacer?. Indicaba que de
continuar adelante el proceso de segregación, la Diputación sería
la responsable de resolver el expediente de segregación, de acuerdo
con el articulo Nº 7 de la Ley Orgánica de los Ayuntamientos.
Advertía
que no se trataba de una segregación vulgar y corriente, y
consideraba que en ella había algo de extraordinario, ya que Getxo
figuraba por sus ingresos en cuarto lugar entre los pueblos de
Bizkaia, después de Bilbao, Baracaldo y Sestao.
El
Ayuntamiento de Getxo se dirigía a la Diputación afirmando que
“...se disponía a escribir la última pagina de la historia
con dignidad, si es que había llegado el momento de escribirla...”.
Por lo que solicitaba de dicha institución que, sin apasionamientos,
con rectitud de juicios y sin decisiones apriorísticas, le indicara
la norma a seguir. Y le realizaba las siguientes preguntas:
¿Debe
el Ayuntamiento continuar el estudio de las reformas solicitadas,
haciendo caso omiso de las amenazas?.
¿Debe
por el contrario suspender todo procedimiento hasta que situaciones
más despejadas permitan ver con claridad el aspecto que ofrece el
problema?.
Y ponía
a la Diputación de Bizkaia en el siguiente dilema “...Planteado
el problema, la Diputación debe por patriotismo y en evitación de
que la vida municipal, se convierta en una lucha de represalias, ¿no
negará al Ayuntamiento su sano consejo?...”. Firmaba aquel
escrito el Alcalde interino D. Francisco Libano.
Era la
época dorada del tranvía y los Baños de Mar Bilbaínos, y aunque
parece que en aquellas peleas había componentes de intereses
urbanísticos, también afloraba la pelea entre barrios para logar
mejoras. Pero aquellas peticiones de desanexión no se llegaron a
producir.
tradicionalmente el municipio de getxo ha tenido 4 barrios (santa maría, algorta, neguri y las arenas)
ResponderEliminarno sé si existe espíritu de getxo (algún amigo mío de algorta decía sentirse getxotarra...)
creo que la feria "va por barrios"...
quizáaaaaaaaaaaaaaaaaaa único que una a todos sea el paseo que enlaza las arenas con punta galea...
ahora proliferan mil barrios...(ya antes se oía hablar de romo, santa ana, aiboa, portu zarra, la humedad, aldapas...)
no sé, igual no tiene importancia...
al menos este nos recupera la memoria...
en mi caso, tengo especial querencia por remontarme a la pre-explosión demográfica e inmobiliara vivida desde finales del XIX y principios del XX
sarri-ko basoa