Continuamos
con los personajes y tiempos en la historia del suministro del agua
potable a la población de Getxo, en la que siempre intervinieron las
aguas de los manantiales de otros municipios, más o menos cercanos
(Berango, Erandio y Loiu).
Los
inicios. Vamos a ver cómo fue su evolución en aquel lejano final
del Siglo XIX. Para ello abriremos una ventana en el tiempo. Estamos
a finales de Junio de 1883:
El
consistorio, preocupado por dar una solución a la demanda y de
regular y mejorar el suministro de agua potable a la población
decide encargar al ingeniero Dn. Laureano G. Santa Maria la
preparación del proyecto del abastecimiento para el municipio.
Proyecto que sería aprobado el 7 de Febrero de 1884.
El 27 de
Marzo de aquel año, se designa una comisión, que presidida por Dn.
Asensio Inchaurtieta, quedaría compuesta por los miembros de
Hacienda, Fomento, Policía Municipal y algunos vecinos, con objeto
de emitir un informe. El informe fue publicado el día 28 de Marzo de
aquel mismo año.
En dicho
informe se incluían aspectos económicos de interés para el
Consistorio, que iban desde la adquisición de materiales (hierro),
con el fin de abaratar la posterior subasta, a la forma de financiar
la misma (emisión de obligaciones), dentro de lo que incluían de
forma anual 10.000 pesetas, para intereses y amortización. En la
sesión del 1 de Mayo de 1884, quedaba aprobado aquel proyecto.
De la
urgencia por acometer aquella obra, da fe la diligencia con la que se
iniciaron las actuaciones. El día 5 de Junio de 1884, se acuerda
iniciar los trámites para llevar a cabo el aprovechamiento de los
manantiales de “Basarte”, “Atxabale”
y “Jaunkoerreka”, situados todos ellos en los
montes del vecino municipio de Berango.
Aquel
acuerdo contaría con una, nunca mejor dicho, piedra en el molino. Al
publicar anuncios y enviar un ejemplar de los mismos al Ayuntamiento
de Berango, se encontró con una reclamación presentada por la
vecina de este municipio Dña Luisa Oleaga, quien aducía que dentro
de las aguas de los manantiales que Getxo, proponía utilizar, ella
tenía derechos de propiedad, cuyos títulos obraban en su poder,
para las aguas que alimentaban al molino de “Botazpi”
o “Errotachu”.
Como
consecuencia de este imprevisto, el Ayuntamiento de Getxo envió al
Gobernador Civil de Bizkaia todo lo actuado hasta la fecha. El 28 de
Julio, se remiten al mismo, las relaciones de propietarios afectados
por el proyecto. Dentro de los vecinos afectados de Berango estaban
los propietarios de los terrenos del nacimiento de los manantiales
“Achabale” y “Basarte” (Ignacio
Arana y J.A. Barrenechea) y el de la heredad y viñedos dentro de la
que se situaban los depósitos de aguas de Alango (Antonio Basauri,
de Portugalete). Así como los propietarios de los molinos, que se
utilizaban para molienda de harinas, “Goiko-Errota”,
“Beko-Errota”, “Errotatxu” e
“Itze”, de los que eran propietarios Dionisio
Zubiaga (de los dos primeros), Luisa Olega (del tercero) y el vecino
de Madrid, Marqués de Torrecilla, del último de los molinos.
Eran
muchas las casas y terrenos que se veían afectados, cuyos
propietarios tenían vecindad en diversos lugares, tales como
Berango, Bilbao, Gorliz, Mungia, Portugalete, Santurtzi, Sopela,
incluso algunos con vecindad en América, como era el caso de Manuel
Retureta y Constantino Cortina, este último propietario de la casa
denominada “Madariaga”.
A pesar
de no existir documentación sobre el desarrollo de aquellas obras,
la primera que vuelve a aparecer es en 1892. En la misma el Ingeniero
Director de la obra Dn. Laureano G. Santa Maria, indicaba que “...una
vez concluidas aquellas, el vecindario de los barrios de Algorta y
Las Arenas, habían venido surtiéndose de las aguas procedentes de
los arroyos Basarte y Jauncoerreca...”, “...sin
embargo no había sido posible utilizar las de “Achabale”, porque
dicho manantial brotaba a un nivel inferior, a la de la linea de
conducción...”.
Todos
aquellos problemas, además del aumento experimentado en el consumo
de agua, tanto en lavaderos y fuentes, como de las perdidas que se
producían en la conducción, hacían insuficiente el suministro. Por
ese motivo se procedió a clausurar temporalmente el suministro de
aguas a los lavaderos, a pesar de los problemas de higiene que ello
podía causar. También se suprimió el riego en jardines y paseos.
Aquella reducción en el caudal de las aguas, supuso un serio
problema en el suministro a los domicilios, que vieron reducido el
suministro con cortes y limitaciones temporales. Además de suponer
un problema para el suministro de agua a los mataderos existentes, el
de “Asuarkana” (1878) en el Puerto Viejo de
Algorta, “Iturribarri” (Estrada de Tosu 1880) y el
de “Alango” (1893).
Todo
ello, pese a que en previsión de estos problemas, ya en 1891, el
director del proyecto había recomendado la utilización de los
manantiales “Atxarbide”, “Sierri”
y “Sustatxa” de Berango.
Para el
suministro de agua a las citadas poblaciones, el municipio contaba
con 13 fuentes públicas y 12 pilas para el jabonado de ropas
situadas en el barrio de Algorta (dos de ellas con dos grifos), otras
dos fuentes en Areeta-Las Arenas. En aquella época, a pesar de
contar con bocas de riego para prevención de incendios, estas aún
no habían sido utilizadas.
En la
próxima entrada continuaremos viendo los avances y problemas, que el
suministro de aguas provocaba en el municipio de Getxo.
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