La
Iglesia Parroquial de Las Mercedes de Areeta-Las Arenas es una
construcción centenaria. El deslinde para la edificación del templo
se realizó en 1.886, se terminó de construir en julio de 1887. El
día 16 de julio del mismo año D. Pedro Lorenzo de Castañares
(Arcipreste de Bilbao), bendijo el templo, que en un principio estuvo
anejo a la Parroquia de San Nicolás de Algorta. El diario madrileño
“El Siglo Futuro” del 21 de julio de 1887 recogía también el
evento “...El
sábado fue bendecida la nueva iglesia construida en Las Arenas de
Bilbao, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Mercedes...”
Sin embargo, fue el 28 de marzo de 1912 cuando el Ministerio de
Gracia y Justicia aprobó por Real Decreto su paso a Parroquia.
Aunque
ya antes de su construcción se celebraban las fiestas de Las Arenas,
pero estas se circunscribían al entorno de la ermita de Santa Ana,
fiestas que se celebraban por todo lo alto con presencia de numeroso
público procedente de otros municipios, sobre todo de Bilbao. De
ellas ya he escrito en varias de mis entradas.
Las
fiestas de Las Mercedes comienzan a celebrarse a partir de la
creación de una pequeña capilla en el lugar que hoy ocupa la
iglesia del mismo nombre. Ya en los diarios bilbaínos eran
recogidas desde 1887, año de su inauguración. Era anunciada el
viernes 23 de septiembre de 1887 por el diario “El Noticiero
Bilbaíno”: “…Mañana
sábado se celebrará una misa solemne, en la nueva iglesia de las
Arenas. El resto del día se solemnizará con el toque del
tradicional tamboril y los acordes de la banda de Algorta, así como
también en la mañana del domingo…”
Es esta la primera referencia de prensa que se he encontrado. Incluso
el “Liberal”
de Madrid, de septiembre de ese año, ya hablaba del importante
cambio que estaba experimentando nuestro barrio: “...para
ir de Bilbao a Las Arenas, hay además de los infinitos vapores que
recorren la ría, dos ferrocarriles y dos tranvías
(se referían a los de Las Arenas y Portugalete). ¿Será
necesario decir más en demostración del rápido florecimiento de la
zona?”
Y refiriéndose a nuestra playa decía: “...La
playa de Las Arenas no es tan hermosa como la de San Sebastián, pero
sí una de las mejores de España. Cuantos la visitan se enamoran de
ella. Pocos de estos enamorados la son infieles…”
Para hacerse una idea del movimiento de viajeros en esas fechas,
baste recordar lo que escribía el diario madrileño “El Liberal”:
“...Se
calcula que durante el mes de Agosto han circulado sólo por el
tranvía de Bilbao a Las Arenas 140.000 personas. Añádase a esto la
circulación que habrá habido por el tranvía de la orilla
izquierda, por el ferro-carril de Portugalete y podrá formarse una
idea del asombroso movimiento de viajeros habido entre Bilbao y las
dos orillas del Abra durante este verano...”
Otras
fiestas acontecieron como las de septiembre de 1903, que
transcurrieron
con diversos espectáculos; mientras que en la Plaza del Mercado se
realizaba el juego de “Los
Ciegos Inteligentes”,
a la vez se realizaba un concurso de dantzas vascas por parejas; más
tarde actuaron los “Barrenadores”
de piedra. Le seguiría por la tarde la romería y el baile. Todos
los festejos fueron amenizados por la banda de música y los gaiteros
de Etxarri Aranaz, y como no, con los siempre presentes tamborileros.
Pero
no serán recogidas en un programa festivo hasta 1907. Y siempre,
según los hábitos de la época, precedidas de la consabida misa
mayor, en la iglesia de su nombre. También formaban parte de las
costumbres de esos tiempos, los pasacalles encabezados por los
tamborileros, así como la celebración de juegos para los pequeños,
en la plaza contigua a la iglesia. Aunque la fiesta de mayores se
celebra, a otras horas, en la llamada “Plazuela” (situada frente
al actual Puente Bizkaia).
Una
fiesta ligada a “Una
linda Capillita”,
Las Mercedes. Así definía la prensa bilbaina en 1910, la
celebración de esta festividad en Las Arenas, vinculada a la iglesia
del mismo nombre. Pero, aprovechando esa ligazón entre fiestas y
edificio religioso, veamos cómo evolucionó, como describían en
esos tiempos la “Linda Capillita”, y las costumbres de quienes
nos visitaban:
Hacía
tan solo diez años, aunque la tradición de nuestros visitantes ya
venía desde el lejano verano de 1870, cuando se inauguraron los
“Baños de Mar Bilbaínos”, que dichas gentes, en su mayoría
procedentes de la Villa de D. Diego, acudían a nuestro barrio, y
fervorosas ellas, cumplían su deberes religiosos en esa pequeña
“Capillita”. Pero la colonia veraniega de familias bilbaínas fue
en aumento, en tal proporción que hizo pensar en la necesidad de
ampliar la capilla, construida bajo la advocación de Nuestra Señora
de Las Mercedes.
La
misma, al principio, tan solo contaba con una pequeña nave central,
hablamos de la desaparecida tras la guerra de 1936, a la que se le
añadirían dos naves laterales. Su arquitectura era severa y la
patrona aparecía rodeada de flores y luces rojas y blancas que
realzaba el conjunto. A ambos lados del altar mayor había otros dos
altares más pequeños. De la iluminación se encargaban cinco
magníficas arañas, regalo de orfebre D. Matías Romo. Estaban
colocadas cuatro bajo los arcos laterales y una, de mayor tamaño, el
la nave central. Otras luces de menor tamaño estaban repartidas por
el coro y las naves. El adorno del altar mayor fue regalo de la
señora de Olavarri, las obras se realizaron por suscripción
popular, y fueron dirigidas por D. Lonardo Rucabado.
A
las siete de la tarde, de ese día, con un templo rebosante de
vecinos, se celebró un acto litúrgico. En una celebración de tal
importancia no podía faltar el Alcalde de Getxo D. Idelfonso de
Arrola, quien acudió portando la bandera del Ayuntamiento,
acompañado por al banda municipal.
Ese
año se inauguraba el órgano parroquial, que como venía siendo
habitual, fue costeado por varias familias del ya populoso barrio y
aprovechando los nuevos acordes, un coro compuesto de 40 voces de un
orfeón de Bilbao, que cantó la Misa de Cesar Franck y el Credo de
Gounod, dirigidos por el maestro Ansón y acompañados al órgano
por el maestro D. Martín Pérez de Anucita; distinguiéndose en los
solos los señores Laspiur y Arando. Durante el ofertorio se ejecutó
una composición de Guridi, quien acudió personalmente.
La
Junta de reformas tuvo un lugar preeminente en aquel acto. Ocupaban
un lugar junto al presbiterio, los señores D. Ramón de la Sota, D.
Alberto Aznar, D. Francisco Yermo y D. Enrique Borda. La homilía
corrió a cargo de D. Tomás Gillin, quien disertó sobre “Todos
los grandes hechos tienen un nombre y una historia”,
en ella hizo historia de la institución de la orden Mercedaria. Al
referirse a Las Arenas y al desarrollo que había adquirido en poco
tiempo, dijo: “...Bendito
pueblo que arrullado por la dulce sinfonía de unas olas en eterno
rumor, has tenido las bendiciones del Cielo, sin que falte a tus
anhelos esa prosperidad, que sueñan todas las municipalidades...”
Para finalizar dedicó un recuerdo a los iniciadores de la reforma de
la Iglesia y a los donantes.
Como
venía siendo habitual en años anteriores, se celebró, por la
mañana, una carrera ciclista. Por la tarde noche una romería y la
proyección cinematográfica “Olimpia”. Durante años, en esas
fechas se celebraron regatas en la ría. Mientras, los lugares de
celebración fueron varios, la Plazuela de Las Arenas (junto al
Puente Bizkaia), la calle Mayor y la propia plaza situada en la parte
trasera de la iglesia. Actualmente vuelven a ser lugar de espacio
festivo, la “Puente Zubia Plaza”, la de las Escuelas, la propia
calle Mayor, y las calles María Cristina y Amistad donde se celebra
el afamado concurso de caracoles, que ya va en su XXIII
edición, y que como decía el pasado año:
!Zorionak
a todos!
por ser capaces de convertir nuestro barrio en un jardín
gastronómico. ¡Getxo,
además de su increíble atractivo urbanístico, forma un conjunto de
barrios increíblemente alegres, que saben divertirse y hacer las
delicias de sus visitantes también en la mesa!
Merece
la pena hacer una visita ¡ No
os lo perdáis!
¡ONDO
PASA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario