domingo, 24 de septiembre de 2017

DE CAMINOS, VEGAS, OBRAS Y OTROS ACONTECERES DEL SIGLO XIX EN GETXO -V-



En esta entrada seguimos viendo los acontecimientos que en nuestro Pueblo sucedieron a lo largo del Siglo XIX.

Para julio de 1867 ya se habían sacado a la venta y habían sido adjudicados a especuladores terrenos y vegas, y se temía que siguiera adelante el expolio de bienes de propiedad municipal. Al igual que sucediera en el mes de enero, siendo ahora Alcalde de Getxo D. Agustín de Basáñez, varios concejales presentaban una moción para preservar terrenos, pastos y edificios de uso publico de propiedad común, de una posible venta a compradores privados. El Pueblo tenía montes argomales, pequeños terrenos y plazuelas, aún sin sacar a subasta. Estas plazuelas y pequeños terrenos eran utilizados como deposito de materiales de obras municipales. Además contaba con otras propiedades de propiedad pública: “...tres edificios destinados a escuela de niños de ambos sexos, con salón de Ayuntamiento y Juzgado de Paz (este último se referían al de San Nikolas); dos tabernas con depósitos municipales, otro de matadería…” Por ese motivo justificaban en la moción que: “...A fin de que la agricultura del vecindario y los servicios públicos no se vean perjudicados notablemente, sean exceptuados de la venta, además de los seis edificios públicos que posee el Pueblo. Los terrenos siguientes que se vienen utilizando para pasto, que son de aprovechamiento común y uso gratuito. Terrenos denominados Galea, Baserri, Aiboa, Canteras, Gobelaurre; y los terrenos inclinados de Arechetaurre y Avanzada en una línea desde este último punto en dirección oriente hasta el río Gobela y la parte arenosa hasta salvamento de náufragos y otros usos a la derecha del camino que se dirige hacía Algorta y Las Arenas...” Sin embargo, decidían dejar de libre venta: “...los extensos arenales que se encuentran a mano izquierda del camino, en dirección oriente, cuando hubiere proponente de los mismos. Debiendo ser exceptuados de dicha venta las campas y plazuelas denominadas Plaza Pública de Santa María, campa de Jauregui, terreno llamado San Martín, la alta del mismo nombre, la campa de Mujica (hoy plaza pública), la plaza de Banderas o Castillo (donde se celebra las festividades de San Nikolas), bajo las Banderas, Matzapatiena-Aspi, Areachugana, Galarenalde, Acheaurre, campa de Santicuena, terrenos frente y costado de Arrizubieta, Boulebar y sus inmediaciones, Angelena-Ondo, un terrenito frente a la casa de Francisco de Egusquiza que habita Ambrosio de Echevarria, campita de Azcorrena, Linduondo...” Como se puede observar la relación de propiedades municipales era muy extensa, y facultaron al Alcalde para realizar cuantas gestiones fueran necesarias para preservar esas propiedades municipales.


Los requerimientos del “Administrador de propiedades del Estado” eran continuos, hasta por pequeñas parcelas eran demandadas explicaciones, por no haber hecho constar estas en la relación de terrenos enajenables. A los que el consistorio se veía obligado a justificar indicando que eran pequeñas parcelas, de propiedad pública, utilizadas para servicios públicos. Era el caso de algunas parcelas en las zonas de iturribarri y de la casaTorrena. Otras veces el requerimiento era para realizar la tasación de terrenos por parte del Síndico municipal y el administrador del Estado. Tal fue el caso en septimbre de 1867 de unos arenales: “...en el camino carreteril que se dirigía a Lejona...” (en la Vega de Santa Eugenia). Las apetencias de los compradores eran insaciables.

Entre tanto el Ayuntamiento continuaba con la transformación del municipio, realizando nuevos caminos carreteriles. Era el caso del que conducía desde Mantequena (Algorta) hasta la ermita del Ángel de Getxo, pasando por la campa de Mujica (también ésta en Algorta, junto a San Nikolas) o el que iba desde Jauregi a la Galea que realizaron con un ancho de venticuatro pies. También actuaban sobre el suministros de agua a la población, que tenía que acudir a las fuentes públicas para obtenerla; se crearon fuentes en Alango (en el solar de Mazas), Satistegi para lo que realizaron dos caminos de acceso, uno desde la casa de Arteta y otro desde la carnicería; otra de esas fuentes fue la de Arechondo, la cual contaba con lavadero y tinglado; también próxima a la Iglesia de San Nikolas, junto a la casa de Juan Batxi. Las plazas públicas también fueron objeto de mejora de los espacios públicos, entre ellas se reparó la del mercado de San Nikolas, y se crearon otras nuevas como la de Jardingana (Cuatro Caminos) y en la Avanzada a la que dotaron de asientos y árboles.

Pero no todo eran satisfacciones, algunas quejas también se producían por las obras emprendidas. Tal era el caso del molino de Boluzarreta, al que las obras para construcción de un puente que comunicara con Leioa hacían retroceder las aguas impidiendo el curso de las ruedas. En octubre de 1867 sobre el Gobela solo había un puente de madera, y estaba en mal estado, al que las aguas en las grandes avenidas llegaban a tocar, retrocediendo las mismas, llegando a interceptar el paso entre Algorta y Leioa. Por ello se platearon construir un puente más solido, de piedra, que facilitara el paso a los vecinos y carros.


La playa de Ereaga como lugar de concurrencia de bañistas de otras poblaciones, fue otro de los lugares en los que se hizo necesario la ejecución de algún camino para acceso de coches, y eso que aún faltaban más de diecinueve años para la construcción de su primer Balneario “La Perla”. En octubre de 1867 varios propietarios de Algorta, entre ellos José Jorge de Goya, solicitaban permiso para realizar dicho camino en Ereaga: “...para construir a sus expensas un camino de coches para la playa de Ereaga por el sitio en que fue trazado por el Ayuntamiento en 1864. Las obras en que en él se realicen, quedaran a beneficio y propiedad del Ayuntamiento y sin reserva ni derecho alguno para los exponentes...” En aquel escrito los solicitantes decían que: “...la prosperidad ó decadencia del barrio de Algorta depende esencialmente de la mayor o menor concurrencia de bañistas a la playa de Ereaga, y ésta de los buenos o malos caminos que se dirigen a ella...” La localización de aquel camino según se escribía en el libro de actas: “...debía de partir desde la casa carnicería para finalizar en la plaza de Iturrichu de Ereaga...” En definitiva, más o menos, partía desde el comienzo de la cuesta Suarez hasta llegar frente a Igeretxe. Aquel paseo se construyo, según decían en las actas, con asiento de piedra sillar y decorado con un espléndido arbolado a lo largo de la playa de Ereaga. Parte de la piedra se trajo desde la playa de arrigunaga, que a decir de las actas: “...hallándose en la playa llamada de Arrigunaga, de esta Anteiglesia, bastante cantidad de piedra, que con solo amontonarla y muy poca preparación se presta a la reparación de dicha carretera...” Eso sí: el consistorio debido a sus mermadas arcas, no se comprometía a la conservación del mismo. Sin embargo, al año siguiente daría lugar a un pleito en el que intervino el Gobernador, ya que de lo acordado entre el Ayuntamiento y Goya y Socios, estos últimos se desdijeron.

Y era en febrero del siguiente año cuando otro camino carretero, este desde Las Arenas hasta las inmediaciones de la casa de J.J. Goya (que estaba situada en Atxekolandeta), era entregado a la diputación, siempre que esta se comprometiera a continuar dicho camino hasta la ermita del Ángel de Getxo.


Para noviembre de aquel año estaban próximas a terminar algunas obras proyectadas en 1864, entre ellas algunos tramos de camino entre Mantequena y la taberna del Ángel de Getxo, con un ramal que iba hasta la playa de Areatxu (Arrigunaga). La ejecución de las obras fueron responsabilidad del maestro de obras D. Juan Antonio de Menchaca, persona que a su vez realizó durante aquellos años, las mediciones de los terrenos y montes comunales.


En la próxima entrada seguiremos viendo cómo las vegas y terrenos comunales iban pasando a propiedades privadas, mientras algunos caminos se realizaban por iniciativa privada.

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