En
esta entrada seguimos viendo los acontecimientos que en nuestro
Pueblo sucedieron a lo largo del Siglo XIX.
Para
julio de 1867 ya se habían sacado a la venta y habían sido
adjudicados a especuladores terrenos y vegas, y se temía que
siguiera adelante el expolio de bienes de propiedad municipal. Al
igual que sucediera en el mes de enero, siendo ahora Alcalde de Getxo
D. Agustín de Basáñez, varios concejales presentaban una moción
para preservar terrenos, pastos y edificios de uso publico de
propiedad común, de una posible venta a compradores privados. El
Pueblo tenía montes argomales, pequeños terrenos y plazuelas, aún
sin sacar a subasta. Estas plazuelas y pequeños terrenos eran
utilizados como deposito de materiales de obras municipales. Además
contaba con otras propiedades de propiedad pública: “...tres
edificios destinados a escuela de niños de ambos sexos, con salón
de Ayuntamiento y Juzgado de Paz (este último se referían al de San
Nikolas); dos tabernas con depósitos municipales, otro de
matadería…”
Por ese motivo justificaban en la moción que: “...A
fin de que la agricultura del vecindario y los servicios públicos no
se vean perjudicados notablemente, sean exceptuados de la venta,
además de los seis edificios públicos que posee el Pueblo. Los
terrenos siguientes que se vienen utilizando para pasto, que son de
aprovechamiento común y uso gratuito. Terrenos denominados Galea,
Baserri, Aiboa, Canteras, Gobelaurre; y los terrenos inclinados de
Arechetaurre y Avanzada en una línea desde este último punto en
dirección oriente hasta el río Gobela y la parte arenosa hasta
salvamento de náufragos y otros usos a la derecha del camino que se
dirige hacía Algorta y Las Arenas...”
Sin embargo, decidían dejar de libre venta: “...los
extensos arenales que se encuentran a mano izquierda del camino, en
dirección oriente, cuando hubiere proponente de los mismos. Debiendo
ser exceptuados de dicha venta las campas y plazuelas denominadas
Plaza Pública de Santa María, campa de Jauregui, terreno llamado
San Martín, la alta del mismo nombre, la campa de Mujica (hoy plaza
pública), la plaza de Banderas o Castillo (donde se celebra las
festividades de San Nikolas), bajo las Banderas, Matzapatiena-Aspi,
Areachugana, Galarenalde, Acheaurre, campa de Santicuena, terrenos
frente y costado de Arrizubieta, Boulebar y sus inmediaciones,
Angelena-Ondo, un terrenito frente a la casa de Francisco de
Egusquiza que habita Ambrosio de Echevarria, campita de Azcorrena,
Linduondo...”
Como se puede observar la relación de propiedades municipales era
muy extensa, y facultaron al Alcalde para realizar cuantas gestiones
fueran necesarias para preservar esas propiedades municipales.
Los
requerimientos del “Administrador de propiedades del Estado” eran
continuos, hasta por pequeñas parcelas eran demandadas
explicaciones, por no haber hecho constar estas en la relación de
terrenos enajenables. A los que el consistorio se veía obligado a
justificar indicando que eran pequeñas parcelas, de propiedad
pública, utilizadas para servicios públicos. Era el caso de algunas
parcelas en las zonas de iturribarri y de la casaTorrena. Otras veces
el requerimiento era para realizar la tasación de terrenos por parte
del Síndico municipal y el administrador del Estado. Tal fue el caso
en septimbre de 1867 de unos arenales: “...en
el camino carreteril que se dirigía a Lejona...”
(en la Vega de Santa Eugenia). Las apetencias de los compradores eran
insaciables.
Entre
tanto el Ayuntamiento continuaba con la transformación del
municipio, realizando nuevos caminos carreteriles. Era el caso del
que conducía desde Mantequena (Algorta) hasta la ermita del Ángel
de Getxo, pasando por la campa de Mujica (también ésta en Algorta,
junto a San Nikolas) o el que iba desde Jauregi a la Galea que
realizaron con un ancho de venticuatro pies. También actuaban sobre
el suministros de agua a la población, que tenía que acudir a las
fuentes públicas para obtenerla; se crearon fuentes en Alango (en el
solar de Mazas), Satistegi para lo que realizaron dos caminos de
acceso, uno desde la casa de Arteta y otro desde la carnicería; otra
de esas fuentes fue la de Arechondo, la cual contaba con lavadero y
tinglado; también próxima a la Iglesia de San Nikolas, junto a la
casa de Juan Batxi. Las plazas públicas también fueron objeto de
mejora de los espacios públicos, entre ellas se reparó la del
mercado de San Nikolas, y se crearon otras nuevas como la de
Jardingana (Cuatro Caminos) y en la Avanzada a la que dotaron de
asientos y árboles.
Pero
no todo eran satisfacciones, algunas quejas también se producían
por las obras emprendidas. Tal era el caso del molino de Boluzarreta,
al que las obras para construcción de un puente que comunicara con
Leioa hacían retroceder las aguas impidiendo el curso de las ruedas.
En octubre de 1867 sobre el Gobela solo había un puente de madera, y
estaba en mal estado, al que las aguas en las grandes avenidas
llegaban a tocar, retrocediendo las mismas, llegando a interceptar el
paso entre Algorta y Leioa. Por ello se platearon construir un puente
más solido, de piedra, que facilitara el paso a los vecinos y
carros.
La
playa de Ereaga como lugar de concurrencia de bañistas de otras
poblaciones, fue otro de los lugares en los que se hizo necesario la
ejecución de algún camino para acceso de coches, y eso que aún
faltaban más de diecinueve años para la construcción de su primer
Balneario “La Perla”. En octubre de 1867 varios propietarios de
Algorta, entre ellos José Jorge de Goya, solicitaban permiso para
realizar dicho camino en Ereaga: “...para
construir a sus expensas un camino de coches para la playa de Ereaga
por el sitio en que fue trazado por el Ayuntamiento en 1864. Las
obras en que en él se realicen, quedaran a beneficio y propiedad del
Ayuntamiento y sin reserva ni derecho alguno para los exponentes...”
En aquel escrito los solicitantes decían que: “...la
prosperidad ó decadencia del barrio de Algorta depende esencialmente
de la mayor o menor concurrencia de bañistas a la playa de Ereaga, y
ésta de los buenos o malos caminos que se dirigen a ella...”
La localización de aquel camino según se escribía en el libro de
actas: “...debía
de partir desde la casa carnicería para finalizar en la plaza de
Iturrichu de Ereaga...”
En definitiva, más o menos, partía desde el comienzo de la cuesta
Suarez hasta llegar frente a Igeretxe. Aquel paseo se construyo,
según decían en las actas, con asiento de piedra sillar y decorado
con un espléndido arbolado a lo largo de la playa de Ereaga. Parte
de la piedra se trajo desde la playa de arrigunaga, que a decir de
las actas: “...hallándose
en la playa llamada de Arrigunaga, de esta Anteiglesia, bastante
cantidad de piedra, que con solo amontonarla y muy poca preparación
se presta a la reparación de dicha carretera...”
Eso sí: el consistorio debido a sus mermadas arcas, no se
comprometía a la conservación del mismo. Sin embargo, al año
siguiente daría lugar a un pleito en el que intervino el Gobernador,
ya que de lo acordado entre el Ayuntamiento y Goya y Socios, estos
últimos se desdijeron.
Y
era en febrero del siguiente año cuando otro camino carretero, este
desde Las Arenas hasta las inmediaciones de la casa de J.J. Goya (que
estaba situada en Atxekolandeta), era entregado a la diputación,
siempre que esta se comprometiera a continuar dicho camino hasta la
ermita del Ángel de Getxo.
Para
noviembre de aquel año estaban próximas a terminar algunas obras
proyectadas en 1864, entre ellas algunos tramos de camino entre
Mantequena y la taberna del Ángel de Getxo, con un ramal que iba
hasta la playa de Areatxu (Arrigunaga). La ejecución de las obras
fueron responsabilidad del maestro de obras D. Juan Antonio de
Menchaca, persona que a su vez realizó durante aquellos años, las
mediciones de los terrenos y montes comunales.
En
la próxima entrada seguiremos viendo cómo las vegas y terrenos
comunales iban pasando a propiedades privadas, mientras algunos
caminos se realizaban por iniciativa privada.
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