Con
la llegada del buen tiempo parece que apetece dar un paseo por el
Pueblo, así que nos adentraremos en uno de largo recorrido:
imaginemos un paseo por Las Arenas y Algorta a finales del Siglo XIX,
y como lo hacía la sociedad más cosmopolita bilbaína, lo que nos
permitirá obtener una imagen de cómo era una parte de nuestra
población en aquellos años. Tendríamos que empezar por los escasos
medios de comunicación de la época para trasladarnos desde el
Arenal, por la margen derecha de la ria del Nervión o bien por esa
misma ría.
Pero
veamos cómo eran las comunicaciones tan solo un poco antes de ese
final de siglo. Un poco antes, en 1.864, se acababa de realizar un
censo de carros y carruajes en Getxo; existían 136 carros
registrados, mas otros 25 tirados por mulas. Los desplazamientos en
1.865 por algunas zonas de Getxo eran dificultosos, incluso no
estaban exentos de cierto riesgo. El área comprendida entre La
Avanzada y Lamiako era una extensa vega con grandes arenales. Por
esas fechas para trasladarse de Algorta a Portugalete era necesario
utilizar un barco que recorría aquellos angostos lugares, el
desplazamiento se realizaba a través de los ríos que la
circundaban, en aquella zona de arenales el “Gobela”
se unía al rio “Kresaltzu”,
y a su vez ambos al “Udondo”,
finalizando su recorrido la ria del “Nervión”.
Hasta el año 1.859 no había camino entre Las Arenas y Algorta, y
era preciso atravesar por el arenal de la playa.
En
1.872
se
construye una línea de tranvía por tracción animal, por caballos,
que comunicaba Bilbao con Las Arenas; en 1.875
se
amplía el servicio hasta Algorta, en 1.876
debido
al aumento de veraneantes, se crea un tranvía tirado por caballos,
que discurría desde la Avanzada, por el Camino Real, hasta la plaza
de San Nikolas; en 1.887
se produce la electrificación de la línea; en 1.896
se
construyen las cocheras del tranvía en Areeta-Las Arenas.
Otra
de sus vías de comunicación era el ferrocarril de Bilbao a Las
Arenas. Se puso en marcha el 1 de julio de 1.887, promovido por la
familia Aguirre en un Getxo que en ese año, tan solo contaba con una
población de 2.651 habitantes. Y el Puente Bizkaia que unió ambas
márgenes de la ria llegaba en1.893.
Una
vez vistas estas fechas, veremos como describían las comunicaciones
en 1.878: “…Un
tranvía, varios coches y vaporcitos de ria son los medios de
locomoción que puede usar el viajero que desee visitar los pueblos
aledaños...”
El tranvía recorría toda la margen derecha del río Nervión, una
extensa zona de 12,791 kilómetros; al llegar a Las Arenas seguía
por la carretera hasta la Avanzada (Algorta). Ese medio de locomoción
había venido a llenar un gran vacío para comunicar Bilbao con las
zonas entonces de moda de Las Arenas. Las obras como decía
anteriormente empezaron en setiembre de 1.876.
El
trayecto recorría un terreno llano, de deliciosos paisajes, cuyo
mayor contraste era el continuo movimiento de la ria con sus
vaporcitos subiendo y bajando desde el Abra hasta los muelles
bilbainos. Aquello hacía de aquel trayecto un precioso paseo, que
por su duración resultaba una auténtica aventura, y cuyo precio, 3
reales en primera y dos en segunda, en elegantes coches, hacía que
dicho trayecto resultara asequible para algunos visitantes. La
empresa tenía 32 coches y un número suficiente de caballerías.
La
estación del tranvía está situada en la calle de la Estufa
(Bilbao), de donde salían los tranvías, todos los días, para Las
Arenas a las 5, 6, 6:30, 7, 7:30, 8, 8:15 y así sucesivamente cada
cuarto de hora, hasta las 19:30 de la tarde, mas otro a las 20:00.
Mientras que desde Las Arenas hacia Bilbao lo hacían desde las 6:30
de la mañana, hasta las 20:30 de la noche, cada cuarto de hora.
El
recorrido como decía anteriormente era delicioso desde el momento de
su salida y tras pasar por la Sendeja, el tranvía se adentraba en el
Campo Volantín, allí, tras las casas de los Ibarra, se encontraban
las cocheras y caballerizas del tranvía. Al final del Campo se veía
la impresionante fábrica de conservas “La
Begoñesa”,
propiedad de los Sres. Barroeta y Echevarría. Muy cerca de esa
fábrica concluían los límites de Bilbao, y el carruaje se
adentraba en la anteiglesia de Deusto. El tranvía seguía su
trayecto por esta ribera dejando a su izquierda la casa de
Beneficencia, bajo ella un magnifico dique y un poco mas adelante la
ermita de San Nicolás. Al final de la rivera, y cerca de la
capilla-escuela para niñas pobres, se encontraban fondeados los
buques que por su calado no podían subir hasta Bilbao.
Al
llegar a Lutxana aparecían los cargaderos de “La
Orconera”.
Era el momento de adentrarse en el territorio del “Desierto”
(Erandio), en el se encontraba la fabrica de hierros de “El
Carmen”
propiedad de los Ibarra, pasada la fábrica, se aparecían los
cargaderos de mineral del ferrocarril de Triano, perteneciente a la
Diputación de Bizkaia. Desde ese punto ya podía verse, a lo lejos
Portugalete y la playa de Sestao. Ya faltaba poco para adentrarse en
la magnifica vega de Lamiako, propiedad de los Aguirre. En ella
varios particulares habían levantado preciosas casas de recreo que
en el recorrido se iban dejando atrás, a la derecha del Tranvía.
Y
ya entrábamos en Las Arenas, decían: “...lugar
de reunión de la juventud bilbaína que viene aquí a disfrutar de
las mil delicias que proporciona tanto su situación como los
esfuerzos que los residentes en esta hacen para atraer al forastero…,
la
vida allí es alegre y cómoda, no digo barata, y los elegantes de
Bilbao acuden con frecuencia, particularmente los días festivos...”
En esas palabras está implícito que la alegría y el bullicio era
para quien se lo pudiera pagar. El barrio estaba animado durante el
verano por una banda militar que los jueves y domingos actuaba,
contratada por la Compañía del Tranvía, sus afamadas fondas y la
Galería de Baños de Mar Bilbainos.
En
la próxima entrada atravesaremos nuestro pueblo, siguiendo el camino
real, hasta llegar a Algorta.
Gracias! Magnífica descripción y fotos. ¿Que tiempo levaba al tranvía recorrer Bilbao Algorta?
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