En
esta entrada veremos los debates e intereses que llevaron a la
construcción del nuevo cementerio de Getxo.
Un
informe del arquitecto municipal D. Antonio de Araluce, del 8 de
agosto de 1931, venía a echar por tierra los argumentos del Sr.
Urtasun y del Inspector Provincial de Sanidad: “...el
argumento del Sr. Inspector Provincial de Sanidad carece en absoluto
de fuerza...,
se
reduce a indicar que el nuevo cementerio de Nuestra
Señora del Carmen
reúne condiciones excelentes...,
pero
eso no deduce que el otro las tenga malas...”
En su escrito planteaba un argumento comparativo y no exento de
gracia: “...Al
suscrito no se le ha ocurrido informar que proceda desalojar la
habitación del conserje de la casa consistorial, teniendo en cuenta
las excelentes condiciones del Palacio del Marques de Arriluze...”
Se mostraba a su vez molesto porque: “...está
el suscrito cansado de ver todas esas disposiciones dictadas desde
Madrid, y que es aquí únicamente donde se trata de hacerlas
cumplir, cuando en el resto de España son letra muerta...,
en
materia de salubridad e higiene, como en otras cosas, estamos muy por
encima de otras poblaciones del estado español...”
Hablaba en el escrito de: “...Si
se quiere alegar para su clausura, la tristeza que produce el
Cementerio en las casas próximas...”
Y ese parecía ser el verdadero motivo de alguna de las mociones,
viendo la situación de la propiedad del citado Sr. Urtasun en un
plano de 1951, más bien pareciera que lo que realmente le molestaba
era contemplar todos los días desde la ventana de su vivienda aquel
lugar. Citaba como en Francia, en Iparralde, en Londres y Nueva York
existían cementerios en el centro de la población.
Nuevamente
en mayo de 1949 volvía a estar el tema encima de la mesa, esta vez a
propuesta del teniente de Alcalde Sr. Arenaza. El arquitecto
municipal advertía que debía de pasar un plazo determinado después
del último enterramiento para poder clausurar y levantar el terreno
del viejo cementerio. En agosto de 1950 un nuevo informe venía a
decir que: “...La
iglesia de Santa María, la más antigua y matriz del termino
municipal de Guecho, se encuentra en un estado lamentable de
conservación...,
sería
muy conveniente volver sobre el proyecto de secularización del
cementerio de la citada iglesia...”
En marzo de 1951 el Alcalde de Getxo D. Juan Bautista Merino Urrutia,
solicitaba en una carta la presencia del Párroco de Andra Mari para
tratar sobre el tema. Tras ella daba cuenta de lo tratado: “...la
procedencia de secularizar el cementerio y obtener la cesión del
resto del terreno para a fin de convertirlos en campa pública...”
En un plano de la época se puede ver las propiedades que rodeaban al
cementerio, así como el terreno ocupado por el mismo. El 2 de abril
de 1951 tramitaba la Comisión Municipal Permanente la secularización
del viejo cementerio de Santa Maria de Getxo. Y presentaba un informe
sobre los problemas a abordar de cara a dicho asunto: “...Se
deberían tener en cuenta aspectos de orden sanitario, urbanístico,
afectivo, religioso y jurídico...”
Los
cuales agrupaban de la siguiente manera:
“...Clausura
del Cementerio. Indemnización debida a los particulares con
propiedad dentro del mismo. Traslado de los cadáveres y restos.
Execración (ceremonia
de Pérdida del carácter sagrado)
por la autoridad eclesiástica del terreno...”
Uno
de los aspectos que aparentemente resultaba más complejo y costoso
era el traslado de los cadáveres que llevaran menos de 10 años
enterrados. Ya que sanidad exigía que fueran utilizados féretros
herméticos de cemento armado, de laminas de plomo o de zinc, para
realizar la monda (Exhumación de huesos humanos). El 31 de mayo de
1951 el Alcalde enviaba un escrito al párroco de Getxo solicitando
información acerca de: “...los
cadáveres inhumados en dicho cementerio..., en el periodo
comprendido entre la fecha y 10 años atrás...,
determinando
nombre y apellidos de los fallecidos...”
El 5 de agosto de 1951 la Secretaría de Camara del Obispado de
Bilbao, autorizaba para que: “...se
proceda a la clausura del cementerio parroquial de Santa Maria de
Getxo...”
Las condiciones planteadas eran las siguientes: “...que
transcurridos 5 años desde la clausura se proceda a la monda general
o exhumación de todos los restos humanos que existieren...,
el
cementerio así clausurado conservará su carácter de lugar sagrado
y no podrá ser destinado a usos profanos hasta que se exhumen dichos
restos...”
El
3 de marzo de marzo de 1952 el Alcalde de Getxo D. Juan Bautista
Merino, enviaba un escrito al entonces párroco de Getxo D. Juan Jose
Azpuru, informándole del acuerdo de clausura aprobado por el
consistorio a fin de que transmitiera a los dueños de panteones o
sepulturas que pasaran por el Ayuntamiento para ser informados de su
situación para sucesivas defunciones. El 27 de marzo de dicho año,
se informaba que se iban a construir 30 nuevas sepulturas a fin de
alojar los restos de aquellas tumbas, cobrándose a los propietarios
la diferencia entre el valor inicial y el del momento. En enero de
1957 el Alcalde Sr. Merino volvía a enviar, al entonces párroco de
Santa Maria de Getxo D. Isidoro de Iturbe, un escrito haciéndole
saber no habían contestado a su petición del 3 de marzo.
El
8 de enero de 1958 se recibía en la alcaldía el dato del último
enterramiento realizado en el “Cementerio
Viejo”
de Andra Mari. Fue el del niño de siete meses de edad Jesús María
Echeandia Salcedo, que fue inhumado el día 2 de marzo de 1952. El
proceso de clausura del Campo Santo de Andra Mari no finalizaría
hasta 1966.
En
la reforma de la iglesia de Andra Mari, realizada por el escultor de
Algorta Jose Luis Fernández Butrón junto a Cándido Arrieta entre
los años (1968-1973), la piedra sillar de la portada del cementerio
se empleó en la restauración de la torre y en los muros de la
fachada de la iglesia. Los restos de aquellas jerarquías se
depositaron al final del pórtico, en un pequeño espacio
(habitación), que se halla tras una puerta de madera. El resto de
los huesos, descansan junto a los del antiguo cementerio,
depositados, en el exterior del templo, creando una pequeña zona
ajardinada, sobre la que se colocaron una estela funeraria y otra
lapida con los símbolos de los masones. Este lugar es el último
vestigio de un cementerio que tardó casi 125 años en ser clausurado
desde su creación.
En
la siguiente entrada empezaremos a ver otro de los cementerios
históricos de Getxo, el segundo, el Cementerio de San Nicolas de
Algorta, también conocido como “La
Campa del Muerto”.
Mi ama, nacida en 1.909, solia comentar que al lado de la Casa Cisco había un cementerio. ¿Sabe alguien algo de esto?
ResponderEliminar