lunes, 4 de julio de 2016

LUGARES DE DIFUNTOS -III-




En esta entrada veremos los debates e intereses que llevaron a la construcción del nuevo cementerio de Getxo.

Un informe del arquitecto municipal D. Antonio de Araluce, del 8 de agosto de 1931, venía a echar por tierra los argumentos del Sr. Urtasun y del Inspector Provincial de Sanidad: “...el argumento del Sr. Inspector Provincial de Sanidad carece en absoluto de fuerza..., se reduce a indicar que el nuevo cementerio de Nuestra Señora del Carmen reúne condiciones excelentes..., pero eso no deduce que el otro las tenga malas...” En su escrito planteaba un argumento comparativo y no exento de gracia: “...Al suscrito no se le ha ocurrido informar que proceda desalojar la habitación del conserje de la casa consistorial, teniendo en cuenta las excelentes condiciones del Palacio del Marques de Arriluze...” Se mostraba a su vez molesto porque: “...está el suscrito cansado de ver todas esas disposiciones dictadas desde Madrid, y que es aquí únicamente donde se trata de hacerlas cumplir, cuando en el resto de España son letra muerta..., en materia de salubridad e higiene, como en otras cosas, estamos muy por encima de otras poblaciones del estado español...” Hablaba en el escrito de: “...Si se quiere alegar para su clausura, la tristeza que produce el Cementerio en las casas próximas...” Y ese parecía ser el verdadero motivo de alguna de las mociones, viendo la situación de la propiedad del citado Sr. Urtasun en un plano de 1951, más bien pareciera que lo que realmente le molestaba era contemplar todos los días desde la ventana de su vivienda aquel lugar. Citaba como en Francia, en Iparralde, en Londres y Nueva York existían cementerios en el centro de la población.

Nuevamente en mayo de 1949 volvía a estar el tema encima de la mesa, esta vez a propuesta del teniente de Alcalde Sr. Arenaza. El arquitecto municipal advertía que debía de pasar un plazo determinado después del último enterramiento para poder clausurar y levantar el terreno del viejo cementerio. En agosto de 1950 un nuevo informe venía a decir que: “...La iglesia de Santa María, la más antigua y matriz del termino municipal de Guecho, se encuentra en un estado lamentable de conservación..., sería muy conveniente volver sobre el proyecto de secularización del cementerio de la citada iglesia...” En marzo de 1951 el Alcalde de Getxo D. Juan Bautista Merino Urrutia, solicitaba en una carta la presencia del Párroco de Andra Mari para tratar sobre el tema. Tras ella daba cuenta de lo tratado: “...la procedencia de secularizar el cementerio y obtener la cesión del resto del terreno para a fin de convertirlos en campa pública...” En un plano de la época se puede ver las propiedades que rodeaban al cementerio, así como el terreno ocupado por el mismo. El 2 de abril de 1951 tramitaba la Comisión Municipal Permanente la secularización del viejo cementerio de Santa Maria de Getxo. Y presentaba un informe sobre los problemas a abordar de cara a dicho asunto: ...Se deberían tener en cuenta aspectos de orden sanitario, urbanístico, afectivo, religioso y jurídico...”


Los cuales agrupaban de la siguiente manera:

...Clausura del Cementerio. Indemnización debida a los particulares con propiedad dentro del mismo. Traslado de los cadáveres y restos. Execración (ceremonia de Pérdida del carácter sagrado) por la autoridad eclesiástica del terreno...”


Uno de los aspectos que aparentemente resultaba más complejo y costoso era el traslado de los cadáveres que llevaran menos de 10 años enterrados. Ya que sanidad exigía que fueran utilizados féretros herméticos de cemento armado, de laminas de plomo o de zinc, para realizar la monda (Exhumación de huesos humanos). El 31 de mayo de 1951 el Alcalde enviaba un escrito al párroco de Getxo solicitando información acerca de: “...los cadáveres inhumados en dicho cementerio..., en el periodo comprendido entre la fecha y 10 años atrás..., determinando nombre y apellidos de los fallecidos...” El 5 de agosto de 1951 la Secretaría de Camara del Obispado de Bilbao, autorizaba para que: “...se proceda a la clausura del cementerio parroquial de Santa Maria de Getxo...” Las condiciones planteadas eran las siguientes: “...que transcurridos 5 años desde la clausura se proceda a la monda general o exhumación de todos los restos humanos que existieren..., el cementerio así clausurado conservará su carácter de lugar sagrado y no podrá ser destinado a usos profanos hasta que se exhumen dichos restos...”


El 3 de marzo de marzo de 1952 el Alcalde de Getxo D. Juan Bautista Merino, enviaba un escrito al entonces párroco de Getxo D. Juan Jose Azpuru, informándole del acuerdo de clausura aprobado por el consistorio a fin de que transmitiera a los dueños de panteones o sepulturas que pasaran por el Ayuntamiento para ser informados de su situación para sucesivas defunciones. El 27 de marzo de dicho año, se informaba que se iban a construir 30 nuevas sepulturas a fin de alojar los restos de aquellas tumbas, cobrándose a los propietarios la diferencia entre el valor inicial y el del momento. En enero de 1957 el Alcalde Sr. Merino volvía a enviar, al entonces párroco de Santa Maria de Getxo D. Isidoro de Iturbe, un escrito haciéndole saber no habían contestado a su petición del 3 de marzo.


El 8 de enero de 1958 se recibía en la alcaldía el dato del último enterramiento realizado en el “Cementerio Viejo” de Andra Mari. Fue el del niño de siete meses de edad Jesús María Echeandia Salcedo, que fue inhumado el día 2 de marzo de 1952. El proceso de clausura del Campo Santo de Andra Mari no finalizaría hasta 1966.


En la reforma de la iglesia de Andra Mari, realizada por el escultor de Algorta Jose Luis Fernández Butrón junto a Cándido Arrieta entre los años (1968-1973), la piedra sillar de la portada del cementerio se empleó en la restauración de la torre y en los muros de la fachada de la iglesia. Los restos de aquellas jerarquías se depositaron al final del pórtico, en un pequeño espacio (habitación), que se halla tras una puerta de madera. El resto de los huesos, descansan junto a los del antiguo cementerio, depositados, en el exterior del templo, creando una pequeña zona ajardinada, sobre la que se colocaron una estela funeraria y otra lapida con los símbolos de los masones. Este lugar es el último vestigio de un cementerio que tardó casi 125 años en ser clausurado desde su creación.



En la siguiente entrada empezaremos a ver otro de los cementerios históricos de Getxo, el segundo, el Cementerio de San Nicolas de Algorta, también conocido como “La Campa del Muerto”.



1 comentario:

  1. Mi ama, nacida en 1.909, solia comentar que al lado de la Casa Cisco había un cementerio. ¿Sabe alguien algo de esto?

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