lunes, 14 de marzo de 2016

UN DÍA EN EL CIRCO



En 1928 los escolares getxotarras tuvieron una tarde de circo, que seguro no olvidaron. El circo llegó unos días antes, el 9 de mayo a la “Campa de los Ingleses” de Bilbao, que ya desde primeras horas apareció adornada con los primeros carromatos circenses. Un diario de la época escribía: “...el lugar se encuentra apartado de la Villa, en medio de herrizales continuos que la inclemencia del tiempo hacen temibles...”.

El Circo abrió sus puertas al público en la función de noche del día siguiente. La campa, antes vacía, se veía sorprendentemente cubierta por una gran carpa. Estaba flanqueada, formando un perfecto rectángulo, por otras tiendas, donde se alojaban los elefantes, leones, caballos y otros animales. Constaba de tres pistas bajo una carpa monumental, y en cada una de ellas tenía lugar una actuación distinta. Al frente del desfile circense apareció el Sr. Krone con sus veinte elefantes. Después dio comienzo en aquel amplio estadio la actuación de payasos, animales, acróbatas y bailarinas que hicieron las mieles de los pequeños bilbaínos.


Nada más llegar a Bilbao “...anunciaron que compraban toda clase de animales vivos para dar de comer a las fieras...” La picaresca también tuvo su espacio en aquella atracción feriante: “...algunos necesitados, carentes de prejuicios, decidieron alquilar carros tirados por burros y venderlos al circo para dar de comer a las hambrientas fieras...” Sus dueños, para cuando quisieron enterarse de la suerte que habían corrido sus jumentos, ya habían sufrido un buen número de bajas: “...en los días siguientes era muy difícil encontrar algún equino, gato o perro que alquilar en los alrededores...”.


El parque zoológico del “Circo Krone” era uno de los mayores del mundo. Contaba con más de 600 animales, entre ellos 40 tigres, 38 leones, 21 osos polares, 23 elefantes de la India y África, elefantes marinos, osos hormigueros, cebras, bisontes americanos, dromedarios y una gran manada compuesta por 250 bellos ejemplares equinos. La música corría a cargo de 80 profesores. Dentro del espectáculo brillaba la carrera de carros, similar a la de las cuadrigas romanas. Aunque quizá la mayor de las atracciones era la de los elefantes. Contaban que uno de ellos: “...en una ciudad de Sajonia, se escapó del circo, entró en una panadería y se comió toda la hornada del día...”.


El martes, día 15 de mayo de 1928, gracias a una iniciativa municipal, los niños de las escuelas públicas de Getxo se trasladaron a la “Campa de los Ingleses” en Bilbao para disfrutar de un día de circo. El viaje lo realizaron a bordo de dos remolcadores de la “Compañía Sota y Aznar”. Acompañados por sus maestros, uno salió de la dársena de Arriluze y el otro del embarcadero de Las Arenas. La ruidosa y alegre comitiva marítima disfrutó durante todo el recorrido de un paisaje que antes ninguno de ellos había tenido la suerte de contemplar. Aunque la iniciativa solo alcanzaba a la visita al denominado “Parque Zoológico del Circo Krone”. Poder contemplar los animales salvajes de cerca, ver como los cuidadores les daban de comer, sentir sus rugidos, fue un recuerdo indeleble para ellos.


Quizá alguno de los afortunados pequeños recordó la gran película de Charlot “El Circo” de 1928, que quizá unos pocos tuvieron la suerte de ver en el Gran Cinema de Algorta, inaugurado un año antes. Pero seguro que en el camino de retorno a casa, imaginando las mil y una peripecias de aquel mago del cine mudo, y de aquel día de circo, más de uno soñó con emularles. Hasta aquí una pequeña historia que dejó un recuerdo inolvidable a los pequeños de Getxo.

El circo dio su última función en Bilbao el día 17 de mayo de 1928. Después abandonó la Campa de los Ingleses para dirigirse a Alemania.


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