En
1928 los escolares getxotarras tuvieron una tarde de circo, que
seguro no olvidaron. El circo llegó unos días antes, el 9 de mayo a
la “Campa de los Ingleses” de Bilbao, que ya desde
primeras horas apareció adornada con los primeros carromatos
circenses. Un diario de la época escribía: “...el lugar se
encuentra apartado de la Villa, en medio de herrizales continuos que
la inclemencia del tiempo hacen temibles...”.
El
Circo abrió sus puertas al público en la función de noche del día
siguiente. La campa, antes vacía, se veía sorprendentemente
cubierta por una gran carpa. Estaba flanqueada, formando un perfecto
rectángulo, por otras tiendas, donde se alojaban los elefantes,
leones, caballos y otros animales. Constaba de tres pistas bajo una
carpa monumental, y en cada una de ellas tenía lugar una actuación
distinta. Al frente del desfile circense apareció el Sr. Krone con
sus veinte elefantes. Después dio comienzo en aquel amplio estadio
la actuación de payasos, animales, acróbatas y bailarinas que
hicieron las mieles de los pequeños bilbaínos.
Nada
más llegar a Bilbao “...anunciaron que compraban toda clase
de animales vivos para dar de comer a las fieras...” La
picaresca también tuvo su espacio en aquella atracción feriante:
“...algunos necesitados, carentes de prejuicios, decidieron
alquilar carros tirados por burros y venderlos al circo para dar de
comer a las hambrientas fieras...” Sus dueños, para cuando
quisieron enterarse de la suerte que habían corrido sus jumentos, ya
habían sufrido un buen número de bajas: “...en los días
siguientes era muy difícil encontrar algún equino, gato o perro que
alquilar en los alrededores...”.
El
parque zoológico del “Circo Krone” era uno de los
mayores del mundo. Contaba con más de 600 animales, entre ellos 40
tigres, 38 leones, 21 osos polares, 23 elefantes de la India y
África, elefantes marinos, osos hormigueros, cebras, bisontes
americanos, dromedarios y una gran manada compuesta por 250 bellos
ejemplares equinos. La música corría a cargo de 80 profesores.
Dentro del espectáculo brillaba la carrera de carros, similar a la
de las cuadrigas romanas. Aunque quizá la mayor de las atracciones
era la de los elefantes. Contaban que uno de ellos: “...en
una ciudad de Sajonia, se escapó del circo, entró en una panadería
y se comió toda la hornada del día...”.
El
martes, día 15 de mayo de 1928, gracias a una iniciativa municipal,
los niños de las escuelas públicas de Getxo se trasladaron a la
“Campa de los Ingleses” en Bilbao para disfrutar de
un día de circo. El viaje lo realizaron a bordo de dos remolcadores
de la “Compañía Sota y Aznar”. Acompañados por
sus maestros, uno salió de la dársena de Arriluze y el otro del
embarcadero de Las Arenas. La ruidosa y alegre comitiva marítima
disfrutó durante todo el recorrido de un paisaje que antes ninguno
de ellos había tenido la suerte de contemplar. Aunque la iniciativa
solo alcanzaba a la visita al denominado “Parque Zoológico
del Circo Krone”. Poder contemplar los animales salvajes de
cerca, ver como los cuidadores les daban de comer, sentir sus
rugidos, fue un recuerdo indeleble para ellos.
Quizá
alguno de los afortunados pequeños recordó la gran película de
Charlot “El Circo” de 1928, que quizá unos pocos
tuvieron la suerte de ver en el Gran Cinema de Algorta, inaugurado un
año antes. Pero seguro que en el camino de retorno a casa,
imaginando las mil y una peripecias de aquel mago del cine mudo, y de
aquel día de circo, más de uno soñó con emularles. Hasta aquí
una pequeña historia que dejó un recuerdo inolvidable a los
pequeños de Getxo.
El
circo dio su última función en Bilbao el día 17 de mayo de 1928.
Después abandonó la Campa de los Ingleses para dirigirse a
Alemania.
Muy interesante
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