En la
entrada del lunes, generada por el golpe de estado de 1936, hablaba de Felipe
del Rio Crespo. En esta otra, acaecida tan solo 15 años después, el
protagonista sería otro de los hermanos Manuel del Rio Bolado.
Cual
Capuleto destino, en un fatal desenlace, en los cielos de Getxo, la
historia uniría a hermanos de un mismo padre, haciéndoles
partícipes de un cruel desenlace, ambos en la plenitud de su vida y
aunque en situaciones diferentes. Sus ala rotas marcaron sus vidas y
las de quienes les conocieron.
Todo
sucedió un 3 de Julio de 1951. Manuel acababa de llegar de Zaragoza.
Era la víspera de su enlace matrimonial. Lo hizo a bordo de un
“Bücker” (uno de los aviones que a través de los
tiempos ha enseñado a volar a gran numero de pilotos). Aquel día,
tras aterrizar en Sondika, se dirigió a comer a casa de sus padres,
en Algorta, junto a Pedro Madariaga (Periko), que, y aquí es
donde enlaza esta historia con la anterior, estaba casado con una
hermana de Felipe del Rio.
Un
cúmulo de mala suerte se conjuró en el fatal desenlace, Periko
Madariaga no había disfrutado nunca de la sensación de volar. Tras
la comida se dirigieron a Sondika en tren. Al llegar al aeropuerto y
tras un previo y corto vuelo de su amigo Eugenio Martínez
(Martinón), que llevó a bordo a su madre, les tocó el turno a
Manolo y Periko.
Tras las
parafernalias preliminares, ajustar cinturones y paracaídas, se
dispusieron a tomar vuelo. El tiempo presentaba todos los síntomas
de que se iba a complicar “estaba de cambio”. Y a
pesar de que fueron advertidos por un experimentado piloto como
Rafael Echevarría, piloto del Aero Club, de que se iba a levantar
galerna, algunos de cuyos primeros síntomas ya se empezaban a notar.
Tomaron la decisión que les conduciría al fatal desenlace “...!solo
querían dar un pequeño paseo por la costa, sobrevolando
Algorta!...”.
Las alas
de Manuel del Rio (Manolo) junto a las de su cuñado Periko
Madariaga, se quebraron aquel caluroso día de verano, con un vuelo a
escasa altura. Las condiciones meteorológicas no aconsejaban hacerlo
a mayor altura, se dirigieron hacia Algorta. La avioneta rateaba al
reducir gases, el “baile había comenzado”, un
experto en aeronaútica afirmó al ver la avioneta: “...parecía
una mariposa agitada por el viento...”. Periko ya había
divisado su casa, vivía muy cerca de la Iglesia de San Nikolas, en
la casa que actualmente tiene su sede el Coro Biotz Alai.
El
tiempo estaba empeorando ostensiblemente, y aconsejaba retornar
urgentemente a Sondika, pero un fuerte golpe de viento hizo que la
avioneta diera con sus ruedas, sobre el tejado de una de las casas
del Puerto Viejo, en la calle Aretxondo la denominada “Juanena
(1828)”. Tras el impacto, se estrellaría con gran
violencia contra un talud de roca, cayendo sobre un huerto.
Periko
había fallecido tras el impacto, Manolo extremadamente grave lo
haría mas tarde, tras ser trasladado a la Clinica del Dr. San
Sebastian, y a consecuencia de una fuerte tormenta que dejaría sin
luz a la villa, hubo que trasladarlo al Hospital Militar de Bilbao
donde fallecería.
En la
prensa catalana (Vanguardia) la noticia llegó con más profusión de
detalles que en la local “...El Miércoles 3 de Julio de 1951
a consecuencia de una avería en el motor de una avioneta de la
matrículas de Zaragoza y que iba tripulada por el teniente de
Aviación Manuel del Rio Bolado y Pedro Madariaga Astigarraga. Cayó
violentamente sobre una roca situada en la calle Caridad de Algorta.
la avioneta quedo completamente destrozada, quedando muerto el
paisano Pedro Madariaga y herido de gravedad el piloto Manuel del
Rio...”.
Aquel
día todo se conjuró para un fatal desenlace, verano época en que
las galernas solían azotar el Abra, una decisión equivocada, ¿quizá
la alegría que anunciaba el enlace del día siguiente?, o el
destino, hicieron que en aquel día, las condiciones climatológicas
resultaran nefastas, descargando sobre todo el área de Bilbao gran
profusión de aparato eléctrico, acompañado de rayos y truenos. Los
rayos cayeron sobre postes e instalaciones eléctricas dejando sin
funcionamiento a trenes, tranvías y población. Dos amigos, dos
cuñados, perdieron la vida y un enlace matrimonial se malogró.
Ahora ambos hermanos y su cuñado compartían ya cielo y alas.
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