lunes, 15 de septiembre de 2014

ALAS ROTAS -I-


Con las alas de sus aparatos rotas, atravesando un mismo cielo en diferentes circunstancias, desgarradas por los latigazos de un cruel destino, cual ángeles caídos enredados por sus alas, hermanados por la sangre, encontraron sobre nuestros cielos el mismo final los protagonistas de esta historia. 
 
El primero de ellos, un piloto de la Aviación republicana, Felipe del Rio Crespo, que obtuvo sus alas como piloto militar durante el servicio militar, en Cuatro Vientos, en el año 1933. Antes de esa fecha ya volaba como piloto de la aviación civil. 
 
El golpe de estado de 1936 le sorprendió durante sus vacaciones en su Cantabria natal. Se incorporó al embrión de la Fuerza Aérea que se estaba formando en el frente del Norte. Vuela en los Breguet-XIX, aviones en los que ya tenía experiencia. Realiza los primeros reconocimientos, en los aún incipientes frentes, realizando acciones de guerra sobre Gipuzkoa. 
 
Con la llegada a Bilbao de los aviones de caza soviéticos I-15 “los Chatos”, es incorporado a la Escuadrilla Vasca radicada en Lamiako, donde tuvo una actuación destacada en los combates contra los aviones de la Legión Cóndor alemana. 

 
El 28 de Diciembre de 1936, cuando un bimotor faccioso marca “Dragón”, protegido por dos cazas alemanes, volaba hacia Arrasate dispuesto a bombardear algunas posiciones del ejercito vasco en la zona. Este contingente fue sorprendido por una patrulla de cazas republicanos, mientras dos de ellos atacaban a los cazas facciosos, los otros dos se abalanzaron sobre el bombardero. La prensa bilbaina relataba así la hazaña: “...Dos de nuestros aviones se encargaron de los cazas rebeldes, poniéndoles en fuga y los otros dos envolvieron al de bombardeo, que, al tratar de huir, lanzó su carga en plena zona facciosa, con objeto de aligerar su peso para facilitar la huida. De nada le valió esto, pues uno de los cazas republicanos, pilotado por el intrépido alférez Felipe Del Rio “picó”, derribando al bimotor “Dragón”, que cayó envuelto en llamas a la vista de nuestras fuerzas entre San Prudencio y Mondragón...”. 
 
En la ofensiva gubernamental sobre Vitoria, en noviembre, en la que se desarrollaron fuertes combates aéreos, abriría Felipe del Río su lista de victorias aéreas, derribando un “Heinkel-51” alemán, el día 30, y una semana más tarde lograría abatir otro avión del mismo tipo, y el 10 de diciembre, alcanzaría su tercera victoria al derribar, sobre Otxandiano, un trimotor “Fokker F-Vil”. Sería ascendido a alférez por méritos de guerra, y tres meses después, a teniente, al desaparecer el empleo de alférez en el ejército republicano. 
 
Tras sucesivos ascensos llegaba al grado de capitán, siendo nombrado jefe de la Escuadrilla en febrero de 1937. El ascenso al grado de Capitán era informado por el Ministerio de Marina y Aire el 16 de Abril de 1937. En el se decía: “...El Ministerio de Marina y Aire ha ascendido a Capitán al teniente de aviación D. Felipe del Rio Crespo, perteneciente a las fuerzas del Norte. El referido oficial lleva derribados en aquel sector seis aviones enemigos...”. 

  
Poco antes de ser abatido, el 18 de Abril de 1937 lograría otra de sus hazañas aéreas, la séptima, al derribar un bimotor “Dornier 17” alemán en el cielo de Bilbao. El 22 de abril, en un desigual combate de su escuadrilla con bimotores “Heinkel-111”, modernos aviones de la Legión Condor que iban escoltados por monoplanos “Messerschmitt Bsf 109”. Sería alcanzado sobre los cielos de Bilbao. Felipe del Río murió al estrellarse contra el suelo su avión. Tenía sólo 21 años, ocho victorias aéreas en su haber, y era considerado un auténtico héroe popular entre la población por la defensa del cielo de vasco. Sería ascendido a mayor a titulo póstumo.
 
En una próxima entrada, veremos como otro hecho aéreo, sobre el cielo de Getxo, aunque en épocas diferentes, haría protagonista de un luctuoso desenlace a otro Del Rio.

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