Estas
cantinas se hicieron para atender a niños cuyas familias no tenían
medios, los
primeros programas de alimentación asociados a la enseñanza
tuvieron su origen en acciones caritativas de personas con altos
niveles de renta.
El
establecimiento de programas de alimentación infantil sobre bases
caritativas, unido a la enseñanza aparece en Europa a final del
siglo XVIII y comienzos del XIX.
A
finales del siglo XIX, ante la realidad de una infancia hambrienta y
carente de lo más indispensable, con un nivel de absentismo escolar
considerable, se plantea la necesidad de ofrecer un plato de comida
caliente como señuelo para atraerlos a la escuela, surgiendo así
las Cantinas Escolares que pueden considerarse el antecedente del
comedor escolar como suministrador de la comida de mediodía a los
niños que asistían a la escuela.
En
1790 Benjamín Thompson (conde de Rumford) inició en Munich,
Alemania, un programa combinado de enseñanza y alimentación para
niños hambrientos y vagabundos. El alimento servido a los niños
consistía en una sopa a base de patatas, cebada y guisantes (Sopa
Rumford), que no incluía carne dado su elevado coste y la carencia
de una financiación adecuada para sus proyectos. Esto le llevó a
centrar sus esfuerzos en el desarrollo de comidas que proporcionaran
la mejor nutrición al menor coste, diseñando dietas equilibradas
para los pobres.
Benjamín
Thompson, conde de Rumford,
(1753-1814),
título que le concedio Carlos Teodoro de Baviera, invento la Cocina
económica y modificó la estructura que había hasta la fecha de las
cocinas.
Fue un físico e inventor estadounidense, que desarrollo su trabajo
en Europa, fue
tambien un activo inventor, desarrollando elementos para chimeneas y
hogares, inventando la olla de doble cocción (baño maría), una
cocina económica y una cafetera de goteo.
Otros
países como Inglaterra, Escocia, Francia y Suiza , solicitaron su
ayuda para establecer programas de alimentación colectiva.
En
Londres, por ejemplo, se alimento a 60.000 personas diariamente con
la “Sopa Rumford”. La obra emprendida le impulsó a desarrollar
instalaciones y utiles más eficaces para la preparación de las
comidas, lo que le llevó a inventar de la olla de doble cocción
(baño maría), una cocina económica y una cafetera de goteo.
Tambien
en Inglaterra, John Pounds, zapatero de Portsmouth, en 1818 comenzó
a enseñar a niños pobres de forma gratuita suministrándoles
alimentos. A su muerte, Thomas Guthrie ayudó a promover la idea de
Pounds para los niños necesitados, y comenzó una escuela caritativa
en Edimburgo. Más de 200 escuelas gratuitas para los niños pobres
se establecieron en Gran Bretaña durante los siguientes ocho años.
En
Francia Víctor Hugo mientras que estaba exiliado en Guernesey en
1865, aportaba fondos para las comidas calientes de los niños de una
escuela próxima.
En
Francia, la ciudad de Paris en 1880 adoptó un proyecto que pretendía
la instalación de cantinas escolares en las escuelas comunales con
el fin de proporcionar una comida al día a los niños más
necesitados. En las cantinas de Francia, los programas del almuerzo
eran supervisados por los profesores que recibían 25 centavos por
día por esta labor.
En
Alemania, en 1875, distintas sociedades privadas financiaban la
alimentación en las escuelas, como en el caso de Hamburgo (Sociedad
Filantrópica de la Escuela de Hamburgo) y Dresden (Sociedad para la
Alimentación Escolar Niños Necesitados).
En 1920
un millón de escolares en Gran Bretaña recibían alimentación,
pero no fue hasta 1941 cuando se establecieron los niveles de
proteínas, grasas y calorías que debían proporcionarse en las
comidas escolares, que serían revisados a lo largo de los años,
introduciéndose modificaciones, tendentes a tener en cuenta tanto la
edad de los escolares, como las frecuencias con que se deberían
servir algunos alimentos.
En
Noruega las comidas escolares fueron de responsabilidad municipal,
por ejemplo, en la década de 1890, los ayuntamientos de Bergen y de
Oslo, introducen un sistema para dar una comida caliente gratis, 3-4
días a la semana, durante los meses de otoño e invierno para los
alumnos necesitados.
En Suiza
en 1903 a una orden nacional que obligaba a los municipios a
proporcionar alimento a los escolares necesitados, autorizándose en
1906 el uso de fondos estatales.
En los
primeros años de 1900, la alimentación escolar se había extendido
por la mayoría de los países europeos al igual que la institución
de la cantina escolar:
La
Cantina Escolar que había surgido en Europa a finales del
siglo XIX, no se materializa en el estado hasta comienzos del XX.
El
movimiento de cantinas iniciado en Madrid se propago por el resto del
estado a: Bilbao, Barcelona, Granada y otras poblaciones.
En 1928
se establece en Getxo el primer organigrama de funcionamiento de
las Cantinas escolares, en el mismo se realizaba de una forma
detallada la forma de elección de los niños hacia quien debia de
dirigirse esta ayuda y el orde de prelación que se debia de tener
encuenta:
1-
Alimentación insuficiente del niño por carecer de recursos la
familia.
2- La
edad, siendo preferentemente de menor a mayor.
3-
Escolaridad, asistencia, comportamiento, limpieza, ect.
Como
complemento a esta cantina se establecia la necesidad que tras un
exaustivo reconocimiento medico, se proporcionara a los niños
necesitados, reconstituyentes, glicerofosfatos, emulsiones, ect.
Asimismo
se sento el principio de lo considerado como vestimenta minima que
debieran de tener aquellos niños, “becerro” (botas de agua) con
tachuelas, capa de lana, preferible al impermeable, se hacia una
estimación de los niños y niñas necesitados de ese minimo
equipaje, estableciendo una media de 30 de cada sexo. Firmaban aquel
informe los maestros Amalia Fernandez y Luis Ezcurdia.
En
Diciembre de 1928 el que suscribia como Alcalde de Getxo Juan L.
Prado Mathurin, se dirigia a los directores de las escuelas,
diciendoles que conforme a lo tradado en la reunión que habian
mantenido el pasado Noviembre, remitieran a la corporación una
relación de los niños que precisaban de ayuda, teniendo encuenta
para ello, la pobreza familiar, la distancia al centro educativo y
otras circustancias que debieran de tenerse encuenta.
Tuvieron
encuenta para ello como primer ensayo de trabajo el barrio de Santa
Maria de Getxo, debido a las grandes distancias que tenian que
recorrer los niños hasta la escuela, en malas condiciones de
alimentación y abrigo, por lo que se fundo una Cantina para
alimentar a aquellos pequeños, de 41 niños, se consideraba que
precisaban de aquella ayuda 13, entre las profesiones de los padres,
muchos de ellos sin trabajo, se encontraban las de jornalero,
pescador, barrendero y ferroviario.
En el
Barrio de Areeta (Las Arenas) ascendia a 30 el numero de niños
necesitados de ayuda, siendo mayoritaria la profesión de jornalero,
sin trabajo y en algunos caso con la madre enferma. No obstante se
seleccionaron 22 niños para la ayuda de cantina y 33 beneficiados
con ropa.
En las
Escuelas de San Ignacio (Neguri) se estimaba como necesitados de
ayuda a 21 niños cantina y 24 beneficiados con ropa, en las de
Zabala (Algorta) a 9 niños cantina y 14 beneficiados con ropa, en
las de Santa Maria de Getxo a 31 niños cantina y 17 beneficiados con
ropa.
Asi se
pedian ofertas a diversos comercios de la zona, para el suministro de
alimentos, a la Cantina de Santa Maria de Getxo de las siguientes
cantidades:
5 kg.
De alubias.
3 kg.
De carne.
2 kg.
De tocino.
3 kg.
De patatas.
Pan y
café con leche. (aunque este postre seria cambiado por el de higos
o galletas), estableciendo un coste de 1,10 Pts.
Se
solitaba tambien la ayuda de diversas familias pudientes del
Municipio, a quienes se remitio una carta indicandoles la posibilidad
asistir, al comienzo de dicho servicio, el Martes 15 de Enero de
1929 “por si gustase de
presenciar el acto de reparto de la comida a los niños de la citada
Cantina”.
El dia
19 de Enero de 1929, la cocinera propuesta para ocupase de la cocina
de la Cantina de Areeta (Las Arenas), Ageda Mendaza aceptaba el cargo
con la condición de ajustarse al horario de 81/2 a 14
horas, percibiendo como remuneración la cantidad de 2 pesetas
diarias, propuesta que fue aceptada por la corporación, actividad
que se iniciaria una vez recibida la propuesta de aceptación de
niños por parte de los maestros, medico y cura parroco.
Se
recibieron de forma gratuita, para suministar a los niños, unos
productos denominados “Tetrarcal” y “Phasfe”, regalados por
el capitular Pablo Gomez.
Sin
embargo el 28 de febrero de 1929 se suspendia provisionalmente el
funcionamiento de las cantinas, aunque mas tarde volverian a
continuar con su servicio.
En el
año 1935 se realizaba un balance de ingresos y gastos de las
referidas cantinas que daba el siguiente resultado:
INGRESOS
Subenciones
recibidas del estado: 3.000 pts.
Percibido
del Ayuntamiento para completar gastos: 5.012,40 pts.
Lo
que hacia un total de Ingresos de: 8.012,40 pts
GASTOS
Cantina
escolar de Areeta: 2.055,40 pts.
Cantina
escolar de San Ignacio: 2.003,10 pts.
Cantina
escolar de Zabala: 1.914,63 pts.
Cantina escolar de Santa Maria: 2.000,27 pts.
Impuestos
de pagos del estado: 39 pts.
Lo que hacia un total de Gastos de: 8.012,40 pts
Como
trabajadoras de las cantinas figuraban por barrio las
siguientes personas:
Areeta
(Las Arenas): Catalina San Jose.
San
Ignacio: Maximina Santa Maria.
Zabala: Manuela
Arrieta.
Santa
Maria: Elisa Basarte.
Victoria
Arias (como auxiliar).
Se
establecian como proveedores de aquellas cantinas a los siguientes
comercios del Municipio:
SAN
IGNACIO:
Viuda
de Aguirre (pan)
Manuel
Lamiquiz (frutas).
Toribio
Aldoza (frutas).
Lorenzo
Moreno (comestibles).
Marcelino
Zabala (carne).
Amalia
Fernandez (hortalizas).
Agustin
Basurto (carpinteria).
ZABALA:
Juan
Azcorra (pan).
Azaldegui
(pan).
Ignacio
Zalbidea (carne).
Alfredo
Valdemoro (Carbon).
Juan
Oregui (soperas).
SANTA
MARIA:
Lamberto
Isasa (pan)
Fermin
Arteche (carne).
Asi
mismo los precios de la época hoy llamarian la atención, si 1 kg.
de garbanzos costaba 1 pts., mientras que 1 litro de aceite costaba
1,8 pts., las alubias tenian un coste de 0,90 centimos, mientras que
las patatas tenian un precio de 0,24 centimos, los higos costaban 1,2
pts., una pastilla de jabon 9,60 centimos y 1 kg. de arroz 0,75
centimos.
En Julio
de 1935 las cuentas de las Cantinas Escolares presentadas por el
entonces primer teniente de Alcalde Jose Bautista Merino Urrutia, al
Ministerio de Instrucción Publica, de cara a obtener subenciones,
indicaba que la Cantina de Areeta (Las Arenas) habia funcionado
durante 80 días, asistiendo diariamente 60 niños, mientras que en
la de San Ignacio habia funcionado durante 80 días, asistiendo
diariamente 54 niños, en la de Zabala el mismo numero de días con
la asistencia de 50 niños y en la de Santa Maria la asistencia habia
sido de 52 niños.
En
Diciembre de 1935 el Ayuntamiento dirigia una circular a las familias
adineradas del municipio para recabar su ayuda en el mantenimiento de
las Cantinas Escolares.
El 7 de
Enero de 1936 la maestra Obdulia Ocariz se dirigió al consistorio,
para que se pusieran en contacto con la cocinera de la Cantina de
Sarachaga, adjuntaba las listas de los beneficiarios a fin de
continuar el servicio. Por parte de los benefactores se obtuvo una
respuesta positiva, recaudandose la suma total de 3.585 pts., cuya
relación y cantidades se adjunta mas abajo.
Hasta
aquí una pequeña pincelada de lo que fueron aquellas Cantinas
Escolares que cubrieron un aspecto Social en los distintos barrios
del Municipio.
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