domingo, 19 de enero de 2020

LA PLAZA DE TOROS DE TORRENA (ALGORTA)


Cuánto tiempo ha pasado, y todavía se sigue celebrando una fiesta que para muchos es una barbaridad y para otros un espectáculo. Es este un controvertido tema que hizo que en el siglo XVIII los tribunales se pronunciaran. Sobre esa “fiesta”, los toros, se decretó una ordenación jurídica que se decía: “...En 17 de Noviembre de 1785 se comunicó circularmente a los Tribunales, Corregidores y Justicias del Reyno la Real Pragmática de 9 del mismo, por la que se prohíbe entre otras cosas las Fiestas de Toros de muerte en todos los Pueblos del Reyno...” Aquello poco más tarde quedaría en agua de borrajas y se siguieron celebrando corridas a lo largo y ancho de la península y algún otro rincón de Europa.

Años más tarde aparecerá entre nosotros, en Getxo. Fue un mes de julio de 1890 cuando un grupo de empresarios de Algorta presentaron una solicitud para construir una plaza de toros: “...Los que suscriben vecinos de esta Anteiglesia, como empresarios que desean construir una plaza de toros en esta localidad, que habrá de emplazarse en un terreno perteneciente a la casa denominada “Torrena”, sita detrás de la Alhóndiga, suplican sirvan a concederles la autorización, para poder dar en ella algunas novilladas. Toda vez que redundará en la mejora de los fondos municipales, puesto que con ese atractivo, y estar situada en un lugar céntrico, es lo probable que acudan los forasteros en mayor número...” Por aquel entonces la casa Torrena ocupaba en N.º 47 de la calle “Carretera”, en la que se englobaba la calle Torrene, junto a ella estaba la Alhondiga con el número 45.

Los empresarios entregaron un plano de la plaza de toros. Firmaban aquella solicitud: D. Manuel Eguia, D. Felix Viot, D. Pablo Arzuaga y D. Juan José Bilbao. El Ayuntamiento acordaba conceder la autorización pero bajo las siguientes condiciones: “...Antes de hacer uso de esta autorización deberán presentar plano de la edificación firmado por persona inteligente. El edificio será construido con la debida solidez. Y antes de abrirlo al uso deberá ser reconocido por uno o dos arquitectos...” Respecto de la subvención que los promotores solicitaron el consistorio concedió: “...Considerando las ventajas que originan a los municipios semejantes edificios la cantidad de 500 pesetas…” La casa “Torrena” estaba situada en la actual calle Torrene de Algorta, junto a la actual plaza del mercado.


El 10 de julio de 1890 volvía al pleno municipal el asunto de la plaza de toros que D. Manuel Eguia y otros tres vecinos de Algorta pretendían construir en Algorta. La corporación municipal recordaba a los promotores que además de cumplir con las condiciones que les indicaron el día 3 de julio: “...Que no se podría abrir al público la plaza sin la autorización previa del Gobierno Civil de la Provincia...”

El 17 de julio el Gobernador de la Provincia autorizaba a :”...Celebrar cuatro corridas de novillos, en la plaza que construyen los señores Manuel Eguía, Félix Viot, Pablo Anzuaga y Juan José Bilbao...”

El 20 de julio de 1890 la plaza de toros de Algorta estaba concluida, por lo que la empresa constructora solicitó al Ayuntamiento: “...Que las obras sean reconocidas por persona inteligente de dicho Ayuntamiento...” El consistorio nombró al arquitecto municipal D. Eladio Iturria: “...Para que junto con otro técnico de su agrado reconozca dicha plaza...”

El 24 de julio de 1890 D. Manuel Eguia, uno de los promotores de la plaza, solicitaba del Ayuntamiento: “...Que hallándose terminada la construcción de la plaza de toros, esa corporación al otorgar el permiso para su erección, se sirva nombrar al facultativo que practique su reconocimiento...” El Ayuntamiento nombro al Arquitecto Municipal D. Eladio Iturria para la revisión de la obra, a fin de dar la autorización, quien emitía su informe el 28 de julio de 1890: “...Que la plaza, construida toda ella de madera, presenta en cuanto a su estructura y armazón, cuantas condiciones de solidez se deben exigirse a edificios de naturaleza...” Sin embargo, exigía se realizaran las siguientes modificaciones en la obra: “...Sujeción de los extremos inferiores de las riostras o cruces de San Andrés que aparecen en el exterior de la plaza encajonándolas entre dos tarugos fuertemente clavados a los durmientes sobre los que descansan los pies derechos. Colocación de un mayor número de palomillas para apoyar los tableros que constituyen los asientos del tendido...” Por otro lado y ante la dificultad para encontrar un lugar donde cobijar los toros hasta la celebración de la corrida los promotores solicitaban: “...Que no encontrando en esta localidad un sitio adecuado para encerrar los novillos que se han de lidiar en las próximas romerías, se digne a conceder la cuadra de la casa que se halla designada para hospital en la plazuela de San Ignacio...” El Ayuntamiento decidía: “...Conceder a dicha empresa la bodega o planta baja de la casa conocida con el nombre de Hospital, para encerrar en ella los toros o novillos, para las corridas que proyectan celebrar, teniendo sumo cuidado en el tránsito de los animales, tanto a la entrada como a la salida, no causen ningún daño...”


El día 27 de julio, un viejo conocido del pueblo, con alias “Ogaitnas”, escribía en el “El Noticiero Bilbaíno”, refiriéndose a las fiestas que el Ayuntamiento de Getxo había preparado para aquel verano: “...Los días 26 y 27 de julio en la campa de Santa Ana en Las Arenas; el 31 de julio y el 3 de agosto en la plaza de San Ignacio de Algorta; los días 10, 11, 12 y 13 de agosto, en el paseo de María Cristina, campa del Castillo y la Avanzada; y el 15 y 16 de agosto en santa María de Getxo. En ellas, entre otras atracciones habrá fuegos artificiales, platos enterrados y corridas de toros. En la plaza de toros recientemente construida se lidiarán toros de la ganadería de Nicolás Lastur...”

El 29 de julio de 1890 la empresa concesionaria informaba al consistorio que: “...Confeccionados los carteles anunciadores con los precios de las localidades, el abono para el palco de las corridas tenía como precio para 8 entradas 64 pesetas...”

El día 30 de julio de 1890, el Ayuntamiento, tras el informe favorable de las condiciones de construcción de la plaza de toros de Algorta, certificadas por el arquitecto municipal D. Eladio Iturria, decidía: “...En vista del certificado expedido el 28 de julio, confirmado la solidez de la plaza de toros construida por D. Feliz Viot y compañía, se manifiesta a dicha compañía que puede abrir al público dicha plaza para las novilladas anunciadas...” La empresa del Sr. Eguia invitaba a la corporación municipal a presidir desde el palco las cuatro novilladas dispuestas para los días 31 de julio y el 3, 10 y 12 de agosto. Aquel acontecimiento fue apoyado por al Compañía del Tranvía quien dispuso establecer servicios cada cuarto de hora entre Las Arenas y Algorta a partir de las cuatro de la tarde, el servicio en lugar de llegar al Casino, como era habitual, terminaba en la plazuela San Ignacio; “El noticiero Bilbaíno” del 1 de agosto de 1890 decía de la plaza: “...Es de madera y ha costado unas 8.000 pesetas. La sociedad constructora la componen D. Manuel Eguia, D. Félix Viot, D. Pablo Arzuaga, D. Juan José Bilbao y D. Juan José Sarria. El redondel nos pareció un tanto pequeño. Tiene la nueva plaza palcos, tabloncillo, tendidos, barrera y contrabarrera, de sol y sombra, en todas las localidades, y caben en ella dos mil quinientos espectadores. En la inauguración presentó un lleno completo. Amenizó la fiesta taurina la banda de música “La Bilbaína”. El ganado fue de Lastur y tuvo bastante empuje, actuaron como banderilleros Orbe y Rovira...”

El día 3 de septiembre de 1890 el Ayuntamiento de Getxo concedía permiso a D. Pablo Arzuaga, quien había solicitado la autorización a beneficio de los pobres del barrio, para celebrar una corrida de novillos el día 7 de septiembre.

El día 7 de septiembre de 1890 se celebraba la corrida de novillos en la plaza de toros de Algorta. No iba a ser la última de las destinadas a socorrer a los pobres de solemnidad del Santo Hospital, ya que el domingo día 14 de septiembre se iba a celebrar otra novillada.

El 14 de septiembre de 1890 se celebró en Algorta aquella novillada, que según sus promotores iba a ser a beneficio del Hospital Asilo, pero todavía en esa fecha a los organizadores, les faltaba algo por cerrar, no habían hecho el abono de los beneficios al Hospital-Hospicio ni al consistorio de los dineros recaudados, que como decían en aquella fecha: “...Eran para socorrer a los pobres de solemnidad del Santo Hospital...” El 16 de octubre de 1890 el Ayuntamiento reclamaba a D. Felix Viot, uno de los socios de aquella plaza: “...Que presentara las cuentas de resultados de la corrida de becerros...” Finalmente el 8 de noviembre de 1890 D. Felix Viot enviaba un escrito al consistorio en el que expresaba lo siguiente: “...Que en la mente de los organizadores de aquella corrida, estaba que el producto bruto de la misma fuera para los pobres de la localidad y no para el Hospital, por lo que solicitamos que las 141,70 pesetas que se obtuvieron, descontando los gastos, tenga a bien esa corporación repartirlas entre los pobres de la localidad...”

El 24 de marzo de 1891 recibía también el Ayuntamiento de Getxo una solicitud del ya un viejo conocido por organizar actividades lúdicas cruentas en el municipio, D. Felix Viot, quien solicitaba: “...En nombre de la empresa de al plaza de toros sita en esta localidad, permiso para dar una corrida de cuatro becerros en dicha plaza, dos capeados y banderillados y otros dos muertos a estoque por los aficionados de esta población…” El Ayuntamiento concedía dicha autorización siempre y cuando recibieran los solicitantes la preceptiva del Gobernador Civil de la Provincia y añadía: “...Esa función en la plaza recién construida creemos no será muy concurrida...”

El 15 de julio de 1891, animados por el ambiente festivo y los visitantes que acudían a nuestros barrios, el diario “El Noticiero Bibaíno” anunciaba: “...Ha salido para Navarra la comisión de la Plaza de Toros de Algorta, con objeto de comprar toros que se han de lidiar en dicha plaza el día 31 del corriente y el 9 del próximo mes de agosto...” Pero al parecer no todo eran beneficios en aquella plaza ya que los empresarios de la misma realizaban la siguiente petición al Ayuntamiento: “...De alguna ayuda que aliviara los crecidos gastos que deberemos hacer para dar dos corridas, el día 31 de julio y 9 de agosto...” El consistorio acordaba darles 250 pesetas de subvención.


El día 30 de julio de 1891, en el pleno municipal, se daba lectura a un oficio del Gobernador Civil de la Provincia, en él autorizaba a la empresa de la plaza de toros de Algorta para dar corridas de toros los días 31 de julio y 9 de agosto. La empresa de la Plaza de Toros solicitó permiso para: “...Entrar los toros para las corridas de los días 31 de julio y 9 agosto en la cuadra de la casa llamada Hospital, permiso que era concedido por el Ayuntamiento...”

En la corrida de toros celebrada en la Plaza de Algorta, el día 31 de julio de 1891, la entrada según decía la prensa fue: “...De lleno completo, con toros de D. Galo Quintana...” La de la repetición de los San Ignacios, que se celebró el día 9 de agosto, tuvo las siguientes características: “...Con motivo de la repetición de la romería que se celebró en Algorta el día de San Ignacio, la empresa de la Plaza de Toros había anunciado una corrida en la que se iban lidiar cuatro toros navarros de la ganadería de D. Galo Quintana. Para aquellos pobres animales anunciaban que iban a ser dos capeados y banderilleados y los otros dos muertos a estoque por la cuadrilla de Madrid que dirigía el matador Telesforo González (a) “El Americano”. La corrida comenzó a las cuatro de la tarde…”

No fue esta la única plaza de toros que vio nuestro municipio, en 1945-1950 y en 1961 le seguirían la de Las Arenas y un poco más tarde en 1950 aparecería otra sobre la arenas del Puerto Viejo de Algorta. Pero de alguna de ellas hablaré más adelante.

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