lunes, 13 de enero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -138-



En la anterior entrada veíamos cómo el mal tiempo, del comienzo de un año 1891 con falta de trabajo para los más humildes, provocaba sufrimientos en esa capa de población.

Siguiendo con las invitaciones religiosas a nuestros ediles, el día 12 de marzo de 1891, se recibía un oficio del Mayordomo de la Cofradía de San José de San Nicolás de Bari, invitando a la corporación a asistir a la función religiosa que se iba a celebrar el día 19 de ese mismo mes. Invitación que fue aceptada acordando asistir en corporación a dicho acto.

Por esas mismas fechas se recibía en el Ayuntamiento de Getxo un oficio del Gobernador Civil de la Provincia para que emitiera un informe relacionado con la intención de la “Compañía del Tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta” que deseaba cambiar el trazado de la vía en el barrio de Las Arenas: “...Deseamos trasladar la vía hoy establecida sobre la carretera de su municipio que conserva la Provincia, en el tramo que va desde la casa de la Sra. viuda de Anduiza en Las Arenas a la Avanzada de Algorta, a la vía de treinta metros de anchura dejada a la derecha de la citada carretera, para poder correr el apartadero existente cerca de la caseta de amarre del cable Inglés, construyendo un nuevo apartadero en Arecheta, junto a la Fonda de San Ignacio. Solicitamos igual autorización para prolongar la vía desde el Casino Algorteño, donde hoy termina, hasta la Iglesia de San Nicolás o Casa Consistorial contigua a dicha iglesia...” El consistorio de Getxo tras valorar las ventajas que dicha obra tendría para los vecinos acordó: “...Se conceda a la Compañía del Tranvía de Bilbao a Algorta una zona de ocho metros y medio de anchura paralela a la carretera de Las Arenas a Algorta, con la condición de que en ningún tiempo pueda reclamar su propiedad. La zona de 8,50 metros quedará distribuida de la siguiente manera: Tres metros para el talud, uno y medio para la vía, quedando a uno y otro lado dos paseos de dos metros de anchura. Será por cuenta del Tranvía la conservación de la zona destinada a paseos, manteniendo dicha vía siempre reservada y limpia. La Compañía plantará por su cuenta una línea de tamarices a medio metro del margen de la nueva vía. Respetará los paseos o cruces de las calles transversales, afirmándolos convenientemente para que los carros puedan cruzar sin peligro. Entendiéndose que esta concesión no dará derecho de propiedad a la Compañía del Tranvía...”


Ese 12 de marzo de 1891 el municipio sufría alguno cambios de carácter electoral: “...En cumplimiento de lo que indica la 2ª disposición transitoria del real Decreto de 5 de noviembre último y con arreglo al artículo 38 de la Ley municipal vigente, creemos necesario dividir esta Anteiglesia en dos distritos y fijar los concejales que en cada uno se han de nombrar conforme al número de habitantes, debiendo tener presente que según el censo aprobado el 31 de diciembre de 1887 consta todo el termino municipal de 3.686 habitantes de derecho y le corresponden por consiguiente 11 concejales. Acordamos que por lo tanto la línea divisoria de los distritos sea la misma que la de las secciones empezando en el callejón que existe entre las casa habitadas por D. Antonio Trabada y Dña. Concepción Aguirre hacia el de Amesti que sigue la dirección de las cañerías de agua hasta encontrarse por entre las casa de Zubilleta-Aurrecoa y Salsidu, en jurisdicción de Berango, quedando por lo tanto toda la parte de la Anteiglesia comprendida al N. O. de dicha línea como Distrito N.º 1 y la parte S. O. como distrito N.º 2 por ahora en la Casa Hospital. El Distrito N.º 1 según el censo oficial consta de 2012 habitantes de derecho y le corresponden 6 concejales, y el distrito N.º 2 de 1.674 habitantes por lo que le corresponden 5 concejales...” Aquel acuerdo se publicó en los lugares de costumbre para conocimiento del vecindario.

Algunos gastos que se producían en el municipio eran debidos a trabajos de mantenimiento de calles y playas: “...Se pagaron 180,32 pesetas por los jornales y raciones de pan y vino suministrados con motivo del mantenimiento de caminos rurales, con prestaciones vecinales, durante los meses que iban de octubre a diciembre. También se abonaron 300 pesetas a D. Francisco Elorriaga por los trabajos realizados en la playa de Ereaga desde julio a septiembre para dejar la zona de baños de mar libre de piedras...”

La vigilancia nocturna de la población de Algorta era demanda y el Ayuntamiento acordaba: “...Tratándose de establecer un grupo de seis hombres, de buena conducta, para la vigilancia nocturna de la población de Algorta, se solicita autorización al Gobernador Civil de la Provincia para que los elegidos puedan hacer uso de armas durante el citado servicio…” El 21 de marzo el Gobernador autorizaba dicho servicio de vigilancia: “...Pudiendo utilizar armas durante el tiempo de su servicio...” Por lo que el Ayuntamiento encargó al Regidor Sr. Ajuria para que elaborara un Reglamento para dicho cuerpo y ordenara la compra del vestuario y armamento de los mismos.

El día 13 de marzo se publicaba en “El Noticiero Bilbaíno” que el día 11 de abril de 1891 iba a salir a pública subasta las obras del Hospital-Hospicio de Algorta.


El 21 de marzo de 1891 el Ayuntamiento de Getxo recibía una circular de la “Diputación de Vizcaya” ordenando: “...Suministrar al Sr. Coll los datos que pida para formar una Guía de Vizcaya...” Esa guía fue publicada por el impresor bilbaíno D. Juan B. Eustaquio Delmás con el título “Guía Histórico-Descriptiva del Viajero en el Señorío de Vizcaya”. En su pagina 385 hablaba sobre nuestro municipio al que definía como: “...Una Anteiglesia de la merindad de Uribe, que comprende el populoso barrio de Algorta de donde habitan 2.156 almas; tiene dos iglesias una dedicada a la Virgen María y otra a San Nicolás, la primera de 1789. En su playa de Lamiaco, propiedad de la viuda e hijos de D. Máximo Aguirre, se esta formando una población que muy pronto será uno de los centros más elegantes del país Vascongado. Este municipio es atravesado por un concurridísimo camino de carruajes que va de Bilbao a Las Arenas, ; se ha vendido ya por sus propietarios una infinidad de solares, que sometidos a un plan de construcción bien meditado, convertirán muy pronto los antiguos y extensos pantanos en una población saludable y uniforme...” Hablaba en dicho libro de que: “...Vemos levantarse, una tras otra, bonitas quintas con sus jardines como las de los señores Basterra hermanos, Coste, Aguirre, Uribarri y otros más. Se ha construido una capilla, dos hermosas fondas. En sus cercanías existe una fábrica de cementos y cal hidráulica propiedad de los Sres. Cortina y Arregui que elaboran sus productos por medio de un motor de vapor. Hay otra dedicada al mismo objeto, pero de distinto sistema, propiedad de los Sres. Mieg y Compañía. Guecho produce trigo, maíz, alubias, hortalizas y frutas...” Respecto de sus comunicaciones ofrecía los siguientes datos: “...Cuenta Las Arenas con un telégrafo que le comunica con Bilbao. Desde Las Arenas se conducen despachos a otros pueblos por peatones o expresos, cada despacho de 30 palabras cuesta 2 reales y 47 céntimos. El camino que conduce desde Bilbao a Las Arenas y Algorta se ve cubierto todos los días por cómodos y elegantes carruajes públicos y particulares, los primeros salen a horas fijas y hacen cuatro viajes diarios, empleando cada uno menos de una hora, el trayecto se realiza por la exigua cantidad de cuatro reales...”

Cuando en la Guía describían el barrio de Algorta decían: “...Cuando el marinero fatigado tras una penosa navegación divisa una mancha blanquecina, su corazón se dilata porque abriga la seguridad de que ha avistado la Galea, sobre ese promontorio que tanto anhelaba descubrir esta situado el barrio de Algorta. El pueblo esta formado por casas sin orden alguno de alineación, de tal manera que en algunas su fachada principal da a la zaguera de la más próxima. Dispone de una sola calle, si podemos llamar calle a una senda tortuosa que arranca desde el Puerto hasta la cúspide del promontorio, es sumamente larga, costanera y mal empedrada, pero a pesar de ello en ella existen muy buenas casas. Este desorden forma parte del espíritu independiente de los algorteños, casi todos hombres de mar, antiguos capitanes de buques mercantes que navegaron por las Antillas, del Pacifico, y las costas de Guinea, para quienes adquirir un trozo de tierra y construir sobre él su vivienda era una costumbre inveterada. Las casas de Algorta son generalmente todas de un piso y algunas disponen de sótano, porque el aire del invierno allí es siempre recio y huracanado, si los edificios fueran de mayor altura correrían el riego de deteriorarse con mayor facilidad. Algorta tiene una antigua ermita sobre el Puerto, de advocación a San Nicolás de Bari y una iglesia construida de nueva planta, que fue inaugurada el día 2 de julio de 1863, dedicada al mismo santo; se halla situada en el punto más alto de la población, a su lado se hallan la escuela y el Ayuntamiento, también construidos de nueva planta. A dicha población acuden gentes desde el interior de España, buscando en ella sus playas, ensenadas para disfrutar de los baños de mar. Su playa es crecida, de menuda arena, con un ligero desnivel, y mientras que en otros lugares cuando el mar se halla agitado ningún bañista puede penetrar en el mar, en esta playa se bañan con la mayor tranquilidad…”

Y ahora venía en aquella publicación una defensa de la venta, de los terrenos hasta entonces comunales, que sufrieron una intensa especulación: “...Algorta poseía sobre esa famosa playa unas tierras eriales, incultas, ajenas a toda vegetación, porque las abrasaba el sol del verano el hálito del viento del Norte en invierno. Esas tierras se sacaron a pública subasta con arreglo a la Ley de Desamortización de octubre de 1863 y hubo tal empeño en adquirirlas que tasado cada pie a 15 céntimos, se obtuvieron por ellos de cuatro, cinco y seis reales por cada pie. A partir de ese momento cambio la suerte del barrio, y hoy ya se levanta una multitud de casas y otras están en construcción. Algorta esta comunicada con Bilbao por un cómodo camino, sobre el que ruedan diariamente multitud de ómnibus y carretelas, el viaje de Bilbao a Algorta cuesta entre 3 y 5 reales…”

A continuación hablaban sobre la actividad de las gentes de Algorta: “...En este puertecito no se dedican a la pesca, sus hijos se ocupan en un ejercicio penoso pero importante, de dotar de prácticos a los buques que navegan hacia Bilbao, así como de auxiliar a los que se ven comprometidos en el Abra. Algorta alberga los restos de tres castillos mandados construir en los Siglos XVII y XVIII por la Diputación General y el Consulado de Bilbao para contener las invasiones de los corsarios ingleses, en 1742 se construyó uno de ellos, el Castillo del Príncipe en la Galea…”


Respecto a la actividad el Puerto de Bilbao relataban lo siguiente: “...El Puerto de Bilbao es uno de los que importa más artículos del extranjero y de nuestras colonias de ultramar, frutos coloniales, caldos, bacalao, tejidos, maderas, hilazas, quincalla, maquinaria y sustancias químicas. Su exportación principal son las harinas, granos, vinos, frutas y los productos procedentes de sus fabricas. A continuación publicaban una tabla con las cantidades recaudadas por la aduana de Bilbao desde su instalación en 1841: En la que indicaban las mismas desde 1841 hasta 1863, en octubre de 1841 se había facturado la suma de 470.755 reales, en 1850 se había llegado a facturar 16.454.343 reales y en 1863 se habían alcanzado los 26.110.904 reales...” Hasta comienzos del siglo XIX el principal comercio de exportación eran las lanas, para contenerlas se construyó un edificio en Bilbao la Vieja, contiguo al Puente de San Antón que llevaba el nombre de “Almacen de Lanas”, desde el mismo se cargaban en gabarras y eran transportadas a grandes buques que las llevaban al extranjero. El transito de buques, en ese último año de 1863, que habían entrado en Bilbao eran de: “...De bandera española: De vela procedentes de América 30, de otros lugares del extranjero 186 de vela y 187 de vapor; de pabellones extranjeros 394 de vela y 26 de vapor. Entre los buques procedentes del extranjero se contabilizaban: 136 Ingleses, 222 Franceses, 36 Noruegos, 10 Holandeses, 10 Daneses, 3 Suecos, 2 Prusianos y 1 de Hannover...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como las escaleras para subir a la plaza de San Nicolás estaban deterioradas.


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