viernes, 20 de diciembre de 2019

YA HA LLEGADO LA NAVIDAD



Ya ha llegado la Navidad. Parece que tan solo han pasado unos pocos días desde el caluroso verano. El tiempo ha cambiado, el frío y los resfriados nos acechan, y nuevamente estamos metidos en esas fechas tan extrañas en las que parece que de repente todos se vuelven buenos.

Sin embargo, muchas son las preocupaciones que embargan a miles de personas en todo el mundo. Los del llamado primer mundo, que también lo pasamos mal, aunque nada que se pueda parecer con lo que sufren los miles de seres humanos de un poco más abajo o a derecha e izquierda, con hambrunas, miserias y guerras, muchas de ellas provocadas por este primer mundo. Mientras que los más afortunados pasaremos unos días de alegría alrededor de una buena mesa. No todos, pues algunos lloraran, por distintos motivos, la falta de sus seres queridos o por alguna enfermedad.

Estas fiestas celebran la llamada Pascua que las diferentes confesiones religiosas celebran en diferentes fechas:

El 25 de diciembre la Iglesia Romana y la Protestante, ambas regidas por el calendario reformado por el papa Gregorio XIII el año 1582.

La Iglesia griega-ortodoxa o comunión ruso-griega se atiene al calendario Juliano adoptado por Julio Cesar, y según su cuenta su 25 de Diciembre corresponde a nuestro 6 de Enero.

La Iglesia armenia tiene también diferente calendario eclesiástico y según él la Pascua cae el 18 de Enero.

Mientras que otras culturas y tradiciones religiosas celebran sus tradiciones invocando otras deidades o ritos: El Anuká de los judíos, el Diwali indú y otras ajenas a la cultura judeo-cristiana.


A lo largo de los siglos esta fiesta adquiere diferentes ritos mundanos, algunos relacionadas con la precariedad, como la de las navidades de 1891, en las que una de las preocupaciones de algunos bilbaínos menos favorecidos estaban centradas en la posibilidad de que les tocara la lotería, según contaba el diario “El Nervión” el 24 de diciembre, en su sección “De ayer a hoy”: “...Desde hace quince días la preocupación del 50 por 100 era el premio gordo de la lotería de Navidad. Seguramente no habrá uno solo de los que interesarán por lo menos una peseta en alguno de los números de esa extracción, que no se hiciese la ilusión de que buenamente saliera premiado su billete, llegando a poseer de ese modo una porrada de miles de duros. No hay que decir que en Bilbao, en donde se jugaban más de dos millones de reales, las esperanzas fuesen grandísimas. Nuestro gozo en un pozo, el gordo sé quedó en Madrid...”

Otros se preocupaban por cuando iba a ser año bisiesto o la llegada del fin del mundo. Como este año que vamos a entrar (2020) que los es, veamos por ejemplo como lo veían un 24 de diciembre de 1895. Era “El Diario de Álava” de inspiración según decían en su portada de “Unidad católica-Fuerista”: “...Todo el mundo sabe que el año próximo será bisiesto por ser 1896 divisible por cuatro; pero lo que tal vez no sea tan general es que será el último año bisiesto del siglo XIX, pues el año 1900 no será bisiesto y habrá que esperar ocho años para volver a ver un mes de Febrero de veintinueve días...” Eso sí, una de las preocupaciones que seguro todos hemos oído en alguna ocasión, al menos de niños, era la posible llegada del “Fin del Mundo”, y este diario incluía un anuncio de la editorial Libro Nuevo que incluía la noticia: “...El fin del Mundo después de los 10 Papas futuros, publicado por El Abate De La Tour de Noé, a 1,50 pesetas, de venta en la Librería del Corazón de Jesús...” Este abate publicó su libro en al menos nueve ediciones en 1895. Estaba basado en las profecías de San Malaquías. Hablaba sobre los diez papas futuros. Pero no parece que estaba muy seguro de las fechas en que se había de producir o se aseguraba no caer en futuros errores, ya que decía en el mismo: “...El soberano árbitro de la vida de los hombres puede en los últimos días del mundo abreviar o prolongar la existencia de los pontífices para el cumplimiento de sus impenetrables designios. Entonces, la fecha del fin del mundo, que he tomado por el término medio de la vida de los Papas, se encontrará modificada. Por el contrario, el número de los pontífices es inmutable. Pedro II es el último de todos los Papas; después de él, viene el fin...” !Así que de momento estamos a salvo, aún no ha llegado ese Papa!.

Otras formas de entender la navidad estaban relacionadas con la gastronomía y los excesos culinarios. Era la que nos dejaban algunas informaciones de principios del Siglo XX. Así en las navidades de 1900-1904 el diario “El Noticiero Bilbaíno” nos regalaba las siguientes perlas: “...Fiesta de la religión y del pueblo, que hace olvidar con sus francas alegrías los rasguños del dolor, que apaga los ecos de le batalla entre las notas alborotadas del rabel, el redoble de las panderetas y el bullicioso repiqueteo de las castañas, la Nochebuena no perderá jamás la poesía...”

Fiesta en la que viejas costumbres salían a la luz: “...Como las de los peluqueros que colocaban la bandeja de aguinaldo sobre el tocador provocando a los parroquianos a dejar su aguinaldo, costumbre no muy bien vista pues decían que “dicha bandeja era provocadora e insultante, puesto que la propina de los barberos se da todos los días...”


Eran aquellos días en los que las risas, los ruidos de sartenes y calderos, a cuyo alrededor había multitud de cacharros llenos de viandas, el besugo y la berza, no faltaban en las mesas de las familias.

Y no era para menos, ya que, por ejemplo, en algunos lugares de Euskal Herria, como en Hondarribia, los arrantzales, tras una fructifica pesca, llenaban las plazas con sus capturas y dejaban una nota nostálgica con los precios de la actualidad, ya que algunos ejemplares se cotizaban más que actualmente: “...En la pescadería han entrado 2.600 kilos de besugo que se vendió de 1,39 a 1,66 pesetas el kilo. Otros 1.600 kilos de merluza que se vendió a 1,75 pesetas y 160 kilos de congrio que se vendió de 2,00 a 2,60...”

Incluso servían para recordar algunas tradiciones curativas, ya que en otra columna relataban: “...En tiempos de Catón, se conocían en Roma seis variedades de higueras, pero que tras largos años de cultivo, dos siglos después de Catón, Plinio registraba en sus obras más de treinta. Y hablaban sobre las virtudes del higo como sanador: El higo, antes de estar maduro, y las partes blandas del Árbol, segregan un zumo blanco lechoso, de sabor acre, del cual sirve para destruir las verrugas de la piel…”

Mientras recordaban que: “...Hoy obliga el ayuno a todo cristiano que tenga 21 años y no esté imposibilitado para ello. También obliga el precepto de la vigilia...” !Malas fechas para castigar el cuerpo!.

Otra visión, casi premonitoria, ofrecía en 1931 el diario “Navarra” de Tudela, que al grito !Estamos en Navidad!, escribían con una visión casi imperecedera de la Navidad, a la que añadían la machacona realidad de los pueblos pobres y enfrentados: “...¡Pobre Peralta!... Un pueblo noble, honrado, laborioso, donde parece que la paz debía tener su asiento. Sigan, sigan peleándose los campesinos, imiten esa conducta todos los pueblos. Pero ¿no hay unas cuantas personas de buena voluntad que terminen con esas discordias de nuestros pueblos, promovidas en muchas ocasiones para servir fines particulares, por odios y venganzas personales?. No es así como se termina con el poder de los caciques (y ¡cuidado, que hay muchas clases de caciques! unos lo fueron antes, y otros están rabiando por ser ahora. Estamos en Navidad, suculentos banquetes, comidas opíparas, festines interminables, Turrones, confituras, vinos de marca, cigarros habanos. ¿No es esto lo que caracteriza estos días de Navidad? Pero…, por qué se caracterizan estos días de Navidad? Obreros parados, hogares sin pan, familias enteras sin amparo. Hambre, miseria, frío, dolor. ¿No es también esta otra característica de esta Navidad?...”

Así que ahora, pasados muchos años desde aquellos tiempos, mañana, cuando nos sentemos a la mesa, entonaremos el Hator, Hator…, recordando a nuestros seres queridos:

“…Hator, hator, mutil etxera
gaztainak ximelak jatera
gabon gaba ospatutzeko
aitaren ta amaren ondoan.
Ikusiko duk aita barrezka
ama ere poz atseginez.

Eragiok mutil aurreko dambolin horri
gaztainak erre artean,
gaztainak erre artean,
txipli, txapla, pun.
Gabon gaba pozik igaro daigun...”

“…Ven, ven a casa chico
a comer castañas asadas
para celebrar la nochebuena
junto al padre y a la madre
verás al padre reír y también a la madre llena de alegría
dale, muchacho
cuida el fuego
hasta asar las castañas
hasta asar las castañas
chipli chapla pun!
y que pasemos una
buena nochebuena...”


Rememoraremos anteriores fiestas en las que todos estábamos alrededor de la mesa, mientras que la chapa de la vieja cocina económica chisporroteaba, las cazuelas se agolpaban en ella y el besugo se asaba en el horno. Cuando aún no había entrado en nuestras vidas esa cosa que acabó con las tertulias familiares, la televisión. !Que mayores nos hemos hecho!.

Y con esta entrada me despido hasta el próximo año, volveré a estas páginas el día 7 de enero del 2020.

!Zorionak eta Urte Berri On!

ONDO PASA

1 comentario:

  1. Zorionak Karla, en la ultima foto he localizado a tu ama Lola.

    José Luis Alday Ugalde.

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