martes, 11 de junio de 2019

HASTA LA ETERNIDAD, PEDRO



Siempre es difícil despedirse de un amigo, más cuando se han compartido tantas cosas, como las que tu y yo peleamos y disfrutamos.

Días de trabajo para conseguir que la Ikastola Geroa llegara a ser lo que hoy día es, pero con un trabajo de grupo que fraguó una honda amistad. !Te acuerdas! Organizando aquel Ibiladi, que Joserra nos trajo como una comisión chollo, que tanto trabajo nos dio, pero de la que tanto y disfrutamos. De cartas, con discusiones y alegrías, de comidas y cenas difíciles de olvidar.

Días de monte y mar que no olvidaremos, de bosques que ya no volveremos a pisar juntos. !De aquellos días cuando corríamos tras lo deseados champis y hongos, con aquellas campas blancas como nevadas. De parejos enredados, de deliciosas cabras y fanecas, de brisa y sol, que disfrutamos con buenos amigos. !Aunque a veces hubiera que rascar aquella vieja embarcación que al final casi no veía el salitre!.

Días de huerta y cosecha, con discusiones sobre cómo era mejor manera de sembrar, pero siempre mano a mano. De cosechas espléndidas, con la satisfacción de recuperar parte del sudor y llevar a casa aquellos tomates de casi el kilo.

De paelladas con el grupo de Ikastola. De comidas en la pista. !Ya empiezan a faltar muchos amigos!.

Me vienen al recuerdo unos versos de Neruda:

...Cuando se va un amigo.
Se separa el llanto
del alma.
Una herida se abre 
con el silencio 
de un recuerdo imborrable.
Queda conmigo
aquel recuerdo imborrable,
de esos bellos momentos compartidos...”

Te dejo, pues un nudo en la garganta empieza a hacer que me cueste seguir relatando tantas y tantas vivencias, me gustaría que no fuera cierto y volver a vernos en la Txoko, pero ya que no es posible, cuando nos volvamos a juntar en el polvo de las estrellas continuaremos nuestra amistad. AGUR, PEDRO.

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