lunes, 10 de junio de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -103-



En la anterior entrada veíamos cómo el Ayuntamiento concedía un terreno en la Galea al Teniente Coronel Director del Parque de Artillería de Bilbao para construir un edificio que albergara los útiles necesarios para que la escuela de artillería hiciera prácticas de tiro.

Dicen que hubo músicos que se pasaron la vida llorando un poco de dinero y el ruido de sus tripas les impidió escuchar los sonidos en su cabeza. Algo de eso parece que le pasaba al organista de San Nicolás de Bari de Algorta D. Pablo Mujica a mediados de abril de 1889. Parece que la dificultad que ofrecía el recaudar un poco de dinero entre los vecinos del barrio, aunque fuera para satisfacerle sus actuaciones en diferentes funciones cívico-religiosas, provocó que nuestros ediles tuvieran que tomar cartas en el asunto: “...Se le siga pagando como profesor de la escuela de Música el sueldo de 998 pesetas, y además por honorarios de dichas funciones otras 250 pesetas al año. Acordando consignar en los presupuestos una partida para “Funciones y Festejos”...” Eso sí: haciéndole saber “...Que su jefe o superior inmediato respecto de todos los servicios que debe evacuar en la iglesia será el cura párroco a quien deberá respetar...”

En esos días también se decidió construir una escalera para poder bajar a la playa de Ereaga desde Algorta. El responsable del proyecto fue el ingeniero D. Laureano Gómez Santa María.

Cómo decía en mi entrada N.º 102, las gestiones con Dña. Basilisa Aresti para la adquisición de sus terrenos para la construcción de un Hospital-Hospicio, en Alango. El 17 de abril de 1889, nuestros ediles, finalmente consiguieron un acuerdo: “...Se han practicado todas las diligencias posibles para conseguir esa heredad en la menor cantidad que fuera posible, tiene la misma una superficie de 13 peonadas y 12 estados cuadrados de a 49 pies, o sea 3.560, 86 metros. El Ayuntamiento acuerda adquirir estos terrenos en 4.750 pesetas...”


En ese mismo pleno del 17 de abril se decidía: “...Ratificarse en el acuerdo del pleno del 15 de noviembre de 1888, por la necesidad perentoria de la instalación de un edificio para albergar a desvalidos y enfermos de esta localidad, se instrumente el oportuno expediente para la construcción de un Hospital-Hospicio. Y teniendo conocimiento que la Diputación Provincial había adoptado la resolución de ayudar con alguna cantidad a los pueblos que intentaran construir edificios destinados a Hospitales, se practiquen la diligencias conducentes a conseguir la subvención...”

Aquel mismo día se habría un nuevo libro de actas. Recogería los acuerdos y temas tratados desde el 25 de abril de 1889 al 5 de febrero de 1891. En su primer punto hacían referencia a que el maestro de solfeo y organista de la parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta, D. Pablo Mujica aceptaba el sueldo y derechos aceptados que el consistorio le había otorgado.

Por otro lado era aceptada la petición solicitada por D. Julian Aguiriano, quien deseaba hacer un añadido a su casa llamada “Ramosena”, que estaba situada en la calle Aretxondo del Puerto Viejo de Algorta.


También en dicho pleno se hablaba de la Sra.Viuda de Basagoiti, Dña. Manuela Arteta, quien vivía en el Nº 58 de la calle Mayor de Algorta (Actual Avenida Basagoiti), la cual tenía otra contigua llamada “la pequeña”, propiedades que incluían cochera y un huerto. El motivo de la cita era un corrimiento de tierras, según dicha señora producido por la construcción de una vivienda próxima, mientras que el consistorio afirmaba que el mismo se debía a la fuerza del mar.

En el barrio de Las Arenas se había alquilado a D. Nicasio Urquiza una alcoba con destino a cuarto de retención o deposito municipal, del 24 de julio al 26 de noviembre de 1888, por él se pagaron 63 pesetas.

La religión y el condumio era cosa importante por esos días, así que el 19 de abril de 1889 (Viernes Santo), la Compañía del Tranvía disponía ampliar sus servicios para que a la salida de la procesión de los Santos Juanes pudieran retornar las personas que desearan acudir a la misma entre Bilbao y Las Arenas. Y como era tiempo de recogimiento, las Hermanas de la Caridad de Zabalburu montaban un monumento para que los devotos pudieran visitarlo. Pero no era cosa de parar a pesar de fechas tan señaladas y tratándose de los alimentos, establecía que el Sábado 20, se pusieran vagones en Algorta y Las Arenas para el transporte de los tocinos a Bilbao. Y no era de extrañar ya que en el mercado del Arenal de Bilbao se cotizaban los derivados de este principesco animal: La libra de tocino a 0,75 pesetas, la de jamón a 0,95 y 1 peseta, la de manteca a 0,75 pesetas y los apetitosos chorizos entre 7 y 10 reales la docena.


El 21 de abril de 1889 se abría con el nombre de “Restaurant del Puerto”, en el pabellón Portugalete del balneario de Las Arenas, un establecimiento sucursal de la “Fonda Nueva” de aquel barrio, donde se iban a servir comidas.

El día 2 de mayo de 1889 se presentaba al Gobernador Civil, de acuerdo con lo establecido en el Boletín Oficial de la Provincia del 27 de abril de la Junta de Sanidad propuesta por el Ayuntamiento de Getxo. La terna que se proponía para el próximo bienio era:

Facultativos: D. Manuel Hormaeche y D. Antonio Barrena; Farmaceútico: D. Miguel García-Salazar; Veterinario: D. Juan Cruz Mezo. Y tres ternas de vecinos:

La primera compuesta por: D. Sebastían Sainz, D. Juan José Unzaga y D. Manuel Inchaurtieta.

La segunda estaba compuesta por: D. Asensio Inchaurtieta, D. Pedro Icaza y D. Eulalio Madariaga.

La tercera compuesta por: D. Isidro Inchaurtieta, D. José Gonzalez y D. Braulio Ajuria.

En aquella fecha las existencias en la caja municipal eran de 15.432,98 pesetas.

Los concejales Sarria y Arrola quedaban encomendados para acercarse a la Banda de Música, conocer cuántos miembros tenía, el estado de sus instrumentos y la disponibilidad para realizar un nuevo contrato, ya que el anterior estaba próximo a caducar.


Dña. Rosaura Amechazurra y Diliz recibía una certificación municipal autorizándole a tomar posesión de la casa llamada “Calvetena Nueva”, que estaba en la calle Mayor, cerca de la “Fotería de Julian” (Bar Gurugú).

El telégrafo de Algorta ingresaba en las arcas municipales la cantidad de 15,40 pesetas correspondientes al mes de abril de 1889.

En la próxima entrada veremos cómo el consistorio decidía preparar un proyecto de condiciones para la Banda de Música.

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