jueves, 27 de junio de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -106-



En la anterior entrada veíamos cómo la Alcaldía de Getxo, dirigida por el entonces primer edil D. Pedro Amezaga, convocaba la renovación de las corporaciones municipales.

En junio de 1889 fueron inscritas en el registro de la propiedad por D. Ángel Zavala y Muñecas, la casa “Juanena” de la calle San Nicolás, que pertenecía a su finada madre y otra en el Puerto Viejo de Algorta llamada “Mesapedroena”, junto a varias fincas que estaban a su nombre.

D. Antonio de Arechavala, quien en Octubre 1.886 abría en la playa de Ereaga su primer Balneario de baños de mar, llamado “Balneario la Perla”, solicitaba que: “...Se me permita continuar con la barraca que tengo instalada en la Plazuela de Ereaga”...” Así denominaba a aquel establecimiento, que realmente era un autentico barracón de maderas. No sería hasta enero de 1913 cuando nació el balneario que le iba a sustituir: “Igeretxe”.


A primeros de junio de 1889 el correo continuaba dejando mucho que desear, a pesar de que ya funcionaba el ferrocarril de la margen derecha, a decir de lo que escribían en el diario “El Noticiero Bilbaino”: “...Sale un correo a las nueve de la mañana por el ferrocarril del Norte, y después siguen saliendo en carruajes o por correo peatón a las once, doce, una, dos y a las ocho y media de la noche y sin embargo, los pueblos que están a las puerta de Bilbao reciben el correo tres o cuatro horas más tarde, mientras que si se hiciera, por ejemplo, en el ferrocarril de Las Arenas, lo recibirían a los pocos minutos...”

En la entonces llamada carretera del tranvía, en el N.º 1, que estaba situada arriba de la cuesta Suárez (Txomintxu), se encontraba la afamada “Fonda San Ignacio”: “...En la cual se alquilaban dos hermosas habitaciones con nada menos que ocho o diez camas cada una, por 3,5 reales cada habitación para toda la temporada de baños...”


El día 6 de junio de 1889 las pequeñas diferencias en las percepciones de la banda de música, eran debidas al número de miembros que componían la misma. Mientras que el director de la Banda en una instancia afirmaba que los músicos bajo su dirección, 15 personas, aceptaban las condiciones que anteriormente había hecho el Ayuntamiento, se acordaba que : “...Siendo 17 los instrumentos que señalan las condiciones establecidas con la Banda, se bajará en la proporción a la cantidad de 2.000 pesetas a la cantidad estipulada con la misma, y siempre que la banda completare el número de los 17 músicos, gozará de la cantidad acordada, y que de los dos nuevos miembros que ingresaren, deberán tocar uno el cornetín primero y el otro el clarinete o requinto, también primero...” Se encarecía al director de la banda que para las fiestas del la Anteiglesia, las de Las Arenas, San Ignacio, San Nicolás y Nuestra Señora, tuvieran listos los dos instrumentos que faltaban.

En esa misma fecha el consistorio decidía crear una normativa para la urbanización del Pueblo: “...Estudiar detenidamente todas las partes urbanizadas de la localidad, y formar un proyecto de reglamento de aceras y calles...” Y se acordaba utilizar piedra machacada para los caminos del Pueblo. Así mismo se decidía la compra de bancos de madera con patas de hierro para colocar sobre todo en el punto llamado “Boulevard”.

La iluminación de las calles de Algorta corrían de cuenta de D. Saturnino Azcorra, rematante de los servicios del alumbrado público, que mantenía encendidos los faroles de este barrio con petróleo. En ese mes de junio de 1889 se acordaba estudiar y sacar a subasta pública, mediante el sistema de pujas a la llana, el servicio de alumbrado para los barrios de Las Arenas y Algorta. Aún faltaban unos años para que el alumbrado mediante luz eléctrica llegara a nuestras calles. Lo haría en marzo de 1895.

Otra de las cosas que preocupaba a nuestros ediles era la situación de la playa de Ereaga, que presentaba un aspecto descarnado, sin arena, por lo que solicitaron del Comandante de Marina la prohibición para dicha actividad en nuestra playa, en base a los siguientes argumentos: “...Creemos llegado el tiempo de tomar alguna resolución para mejorar la playa de mar denominada “Ereaga de Algorta”, situada en esta anteiglesia, a la que suelen concurrir mucha gente en verano para tomar baños de mar y otros recreos, lo cual es el único porvenir de este pueblo. Pero teniendo en cuenta la gran cantidad de arena que por diferentes personas y contratistas se viene extrayendo, tanto para obras como para otros usos, además de la que arrastran fuera las corrientes del mar, sobre todo desde que se ha prolongado el nuevo melle de la barra, se puede percibir que la citada playa de baños se queda descarnada y casi completamente sin arena, descubriéndose en el verano una inmensa cantidad de piedra bola de grandes dimensiones que hacen imposible el baño. Para evitar la completa perdición de este uso de baños, que es el porvenir de esta población, debe gastar el Ayuntamiento todos los años una cantidad bastante considerable de sus fondos para quitar la piedra bola, e impedir que se aleje la gente veraniega que acostumbra a venir, y teniendo en cuenta que hay otra playa cerca de ésta llamada “Ascampe”, en la que también se puede extraer arena sin perjuicio de nadie, y teniendo noticia de que no se permite extraer arena en la playa de San Sebastián, motivo por el que suele estar en muy buen estado siendo fácil su conservación; y considerando que en la playa de baños de esta, no solo se extrae la arena en gran cantidad si no que se revuelve con la entrada de bueyes y carros, acordamos por unanimidad se suplique encarecidamente al Exmo. Sr. Comandante de Marina de la Provincia, se digne prohibir la extracción de arena de la playa de mar del punto llamado Ereaga, o autorizar a esta corporación municipal llevar adelante dicha prohibición...”


El día 15 de junio de 1889 se anunciaba la nueva tarifa para el servicio de los muelles de Bilbao: “...En el embarque y desembarque de mercancías pudiendo utilizarse grúas establecidas o que en lo sucesivo se establezcan en los muelles, satisfaciendo las tarifas correspondientes…” Aunque no era obligatorio su uso, pudendo los capitanes de los buques utilizar para la descarga los aparejos y maquinillas de abordo. Para el control de las tareas en que se utilizaran las grúas de los muelles: “...El funcionario llevará un registro así como un libro de las horas utilizadas para la carga y descarga...” Los derechos que habían de satisfacerse a partir del 1 de julio de 1889 por el uso de grúas y tinglados era: 0,75 pesetas para las grúas de mano, 10 pesetas para las grúas de vapor móviles, 25 pesetas para las de 25 toneladas. La Junta de Obras corría con los sueldos de maquinistas y fogoneros. Las mercancías podían permanecer en los tinglados gratuitamente durante el día en que se realizaba la descarga. A partir de ese momento se debía de abonar por metro cuadrado la cantidad de 0,50 pesetas. Firmaba aquella orden el Vicepresidente de la Junta de Obras del Puerto D. Enrique Coste y Vildósola.

Aquel mismo día quedaba abierto para los baños el establecimiento de baños fríos y calientes “Las Delicias” de Las Arenas. Y se preveía comenzaran para el 17 de junio los exámenes para todos los niños de las escuelas Públicas de la Anteiglesia, comenzando por los de Algorta.

En los lavaderos públicos se utilizaba para su limpieza escobillones y bruzas de crin de caballo, que eran comprados a D. Leandro John; y se adquirían para la estación telegráfica de Algorta diversos materiales como un plumero, frasco de goma arábiga y sobres para enviar los telegramas. El propietario del local de telégrafos era D. José Ramón Uriarte.

En la próxima entrada veremos cómo a mediados de junio de 1889 avanzaba por decisión municipal, tras negociaciones con el ferrocarril de Bilbao-Las Arenas, el ramal que iba desde Las Arenas a Algorta.

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