domingo, 2 de junio de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -101-



En la anterior entrada veíamos cómo a finales de enero de 1889 la ladera del monte de Ereaga amenazaba con derrumbarse.

El día 7 de marzo de 1889, D. Asensio Inchaurtieta, miembro de la comisión nombrada por la Junta de Fábrica de la parroquia de San Nicolas de Bari de Algorta, solicitaba permiso para iniciar las obras de reparación del pórtico de dicha feligresía: “...Para adquirir recursos y construir un nuevo pórtico, por el estado de ruina que presenta el actual. Así como se nos conceda un lugar para depositar los materiales y las tejas, que tiene el pórtico actual, en los bajos de la sacristía y comulgatorio...” El Ayuntamiento autorizaba el comienzo de las obras con la condición de que no se deteriorara ningún árbol ni se interrumpieran las vías públicas.

En esas fechas cesaba en su cargo como miembro de la Junta de Primera Enseñanza D. Julián Arrien. Por ello el consistorio de Getxo proponía como sustituto al párroco de Algorta D. Ángel Amuniategui.

El arriendo de los arbitrios de los aguardientes, licores y alcoholes del año 1889 había dejado al Ayuntamiento de Getxo 4.250 pesetas.

El antiguo matadero estaba ruinoso. El Ayuntamiento, el 16 de marzo de 1889 decidía sacarlo a la venta junto a sus tierras, por lo que lo puso en conocimiento del Gobernador Civil, quien les ordeno que fuera publicado a fin de que los vecinos de la anteiglesia tuvieran conocimiento de aquella decisión. En 1879 se proyectó la construcción de un matadero en “Asuarca”, en las inmediaciones del Puerto Viejo. Se decía en el momento del proyecto de construcción: “...Que situándose en un punto donde no existe manantial ni río en sus inmediaciones se ha determinado se forme un nuevo proyecto en el punto llamado Asuarca, cerca del Puerto, de forma que se puedan escurrir la sangre e inmundicias a la Rivera, donde no frecuentan las personas, sirviendo para limpieza las aguas sobrantes de Arechondo, y a su falta el mar con sus mareas...” Para hacerse una idea de cómo era aquel matadero proyectado, nada mejor que ver la fotografía superior, en la que esta representado el plano que realizó D. Francisco Ciriaco de Menchaca. Pero las quejas vecinales, en una carta encabezada por D. Juan Bautista Zavala y D. José Antonio de Uriarte, sobre los inconvenientes que tenia el mismo: “…Estar situado en en el paraje más concurrido de este vecindario, en la parte donde generalmente vienen los vientos, así como el inconveniente de que trae la conducción de los ganados por los lugares que tienen que pasar, que incluso la Cofradía de Mareantes ha hecho su exposición para evitar males sin cuento, que pudiera sufrir la población, se fije otro lugar para su localización…” Decidieron, tras consultar a la Junta de Municipal de Sanidad, trasladarlo a otro punto llamado “Iturribarri”, en la que llamaban “Estrada de Mosu” en el Barrio de la Humedad (Villamonte), se hallaba emplazado algo distante de la población, contiguo a un arroyo donde brota una fuente de agua constante, que era utilizada para su limpieza. Y es ese el matadero que en 1889, debido a su precario estado se trataba de cerrar, el cual posteriormente sería trasladado a Alango.


El mismo día 16 de marzo de 1889 D. Juan Cortina, vecino de Bilbao, como testamentario de su finada hermana Dña. Rogelia Cortina, solicitaba al consistorio de Getxo: “...Se le conceda el enganche de agua de la red municipal para los servicios del edificio situado en la calle Caridad de Algorta (Puerto Viejo), destinado a escuelas públicas gratuitas para la enseñanza primaria de niños y niñas pobres del Pueblo de Getxo, bajo la dirección de las Hijas de la Cruz, en función del legado de sus hermana Dña. Rogelia, fundándose en las razones que expone, ya que el servicio que ha de prestar ha de ser público y gratuito, alcanzando a gran numero de niños y niñas de la localidad…” D. Juan Bautista de Cortina y Aldecoa, cumpliendo los deseos de su hermana Dña. Rogelia de Cortina y Aldecoa, había comprado a D. Dionisio de Zubiaga y Aldecoa una tierra en el término llamado de “Mugaburu” para edificar un colegio para el bien de los pobres de la Anteiglesia de Guecho. Este proyecto era en favor de los niños de Algorta y de manera especial de los del Puerto Viejo. Parece que en aquel escrito de las actas de 1889 había un error ya que para hacerse cargo de la obra fueron llamadas las Hijas de la Caridad. Cuatro hermanas llegaron a Algorta en el mes de septiembre de 1889. El colegio se inauguró el 14 de octubre de 1889, y tras la misa celebrada por el Párroco de San Nicolás de Algorta, se dio por iniciado el curso.

En esas mismas fechas, marzo de 1889, una maestra, Dña. Pilar Ordeñana y Aspegorta, maestra de la escuela de Niñas Pobres de San Martín de Algorta, reivindicaba la mejora de sus retribuciones salariales debido al elevado número de alumnos que tenía ya que otras profesionales de la enseñanza en escuelas del municipio ganaban más. Después de una, como decían siempre, “razonada discusión” y teniendo en cuenta el elevado número de alumnos de la maestra, decidieron elevar su sueldo de las 500 pesetas anuales que venía percibiendo a 750. Por otro lado se procedía a la compra de dos tomos del Diccionario de D. Pedro Novia de Salcedo por la cantidad de 55 pesetas. Hizo la entrega del diccionario el propio Novia de Salcedo.

Siguiendo con las tradiciones religiosas de nuestro pueblo y de sus ediles, a petición del Regidor D. Mateo Ajuria, que era Mayordomo de la Cofradía del “Glorioso Patriarca San José”, acordó la corporación asistir en pleno a la función religiosas que en honor a dicho santo se iba a celebrar el día 19 de marzo en la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta.

La escritura para el establecimiento del telégrafo en Algorta fue realizada con el notario D. Félix Uribarri. Por ella se abonaron 11 pesetas.


El 26 de marzo de 1889 se sometía a votación en el pleno municipal una propuesta del regidor D. Eladio Sustacha para tratar de agradar a los veraneantes: “...Algorta ha tenido un gran aumento desde unos años acá, lo que ha creado condiciones favorables a su desarrollo y prosperidad, siendo en la temporada de verano cuando acuden los forasteros, que son la fuerza más favorable para el desarrollo de este pueblo. Todos sin excepción echan de menos un lugar de sombra, razón por la que no asisten en mayor número. Esta corporación tiene el deber de atender las cuestiones relacionadas con las comodidades, distracciones y recreos que a estos conviene proporcionar, a la vez que también puedan disfrutarlas sus vecinos. Entre las mejoras que se imponen realizar dado el desarrollo del barrio de Algorta, está la formación de una buena plaza de recreo y la formación de un gran bosque en forma de paseo. El lugar más indicado como mas apropiado y céntrico para este paseo, en un espacio de dos o tres años, son los terrenos de las heredades de Dña. Salomé Bareño, frente a la calle Mayor, siguiendo la misma alineación hacia el S.E. hasta que pueda tener un enlace por una nueva calle que se abra frente al casino Algorteño por los terrenos de Mariandresena que hoy sirven de huerta. Con la construcción de esta obra se proporcionarán todos los atractivos al forastero y al público en general, y es de esperar que una vez realizado el proyecto sea más frecuentado por los bilbaínos, y a la vez el pueblo de baños de mar en Vizcaya que más bañistas reúna en la temporada de verano, y por consecuencia sea el llamado a rivalizar con Biarriz, San Juan de Luz, San Sebastián, Santander y otros...” El consistorio acordaba tomar en consideración la propuesta y comenzar de inmediato un proyecto en base a lo expuesto que queda en manos del ingeniero D. Laureano Gómez anta María. Dentro de aquella tónica de reforma del barrio de Algorta el Alcalde ordenaba: “...Realizar un plano general de población desde San Martín a la Avanzada. Además de proceder a la colocación de aceras en la calle Mayor, que se encontraban en mal estado, la más concurrida del pueblo, se iban a realizar con cemento procedente de la fábrica de. Uria; aquellas aceras se iban a colocar desde la Iglesia de San Nicolás de Bari hasta encontrase con la calle San Nicolás, en Amorotoena: desde el punto de Mantequena o Iturrieta hasta el casino Algorteño y desde la casa que habitaba D. Juan Luis Uriarte hasta la plaza de San Ignacio…”

En la próxima entrada veremos cómo la alcaldía acordaba con el Teniente Coronel Director del Parque de Artillería de Bilbao, la instalación en la Galea de un edificio para depósito de materiales de guerra para hacer prácticas

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