jueves, 30 de mayo de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -100-



En la anterior entrada de esta serie veíamos cómo las comunicaciones entre Getxo e Inglaterra quedaban interrumpidas debido a un corte en el cable de conexión producido a unas 11 leguas de la playa de Las Arenas.

A finales de enero de 1889 la precariedad de las arcas municipales hacía inviables algunas obras de urgencia en Algorta. Una de ellas era la de la ladera del monte de Ereaga que amenazaba con derrumbarse debido a los embates de la mar, por lo que tuvieron que realizar una obra provisional amontonando piedras en la orilla para evitar que continuara deteriorándose la ladera. Otra de las causas que perjudicaba a aquellas laderas eran los cortes indiscriminados de hierba para los ganados, que muchas veces incluía a los incipientes tamarices plantados, por lo que decidieron prohibir dicha actividad desde: “...El punto vertiente de aguas arriba abajo de Satistegui, hasta donde se encontraba ubicado el vertedero de inmundicias de Algorta, el cual se hallaba cercano a la casa de Dña. Carmen Zalvidea, bajo la multa de 1 a 5 pesetas...”

El 7 de febrero de 1889 se informaba en el pleno que la recaudación de telégrafos de Algorta del mes de enero alcanzaba las 37,36 pesetas.

Los temporales, el viento, y las mareas tenían su punto de atracción contra la playa de Las Arenas. Algo de eso ocurrió un 14 de febrero de 1889, cuando el vapor Corina llegaba al Abra con una carga de vino de Oporto y naranjas. Y una avería del motor junto a otros problemas, le llevó a garrear durante la noche. Embarrancaría frente a la playa de Las Arenas. Unos días más tarde, el 1 de marzo, con la ayuda de cuatro remolcadores, fue puesto a flote y entró en la ría, noticia que ofrecía el “Noticiero Bilbaíno”.


El 26 de febrero de 1889 se informaba en el “Noticiero Bilbaíno” de la composición de la Junta fundadora de la “Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de Vizcaya”, cuyo capital era de 75.000 pesetas. Figuraban en su Junta Directiva Provisional: “...El marques de Villamejor como Presidente, D. Emiliano Olano (Vicepresidente), además de D. Tomás Zubiria, D. José María Gortazar, D. Adolfo Urquijo, D. Felix Urcola, D. Mariano Vilallonga, D. León Longa, D. Romualdo Garcia; y como vocales D. D.C. Levison, como contador D. Luis Nieto, tesorero D. Augustus Levison que era socio fundador de la sociedad…” Entre sus planes estaba la construcción del Hipódromo de la Vega de Lamiaco, para el que calculaban un coste de 60.000 pesetas.

El 7 de febrero de 1889 en Las Arenas se estaban realizando varias obras de acondicionamiento de los andenes de las calles, así cómo la colocación de arbolado en las mismas. El contratista que realizó dichas obras fue D. Marcos Zamacona, y el responsable de su replanteo fue el maestro de obras (Arquitecto) D. Manuel Otaduy.

Había una vieja tradición que se repetía en los actos de oficiales del Ayuntamiento de Getxo, era el llamado “remate a vela encendida”, quizá por aquello de que representaba ese acto un símbolo explícito de trascendencia del hecho en sí, o como símbolo de poder. Básicamente consistía en: “...El sacar el remate a pública subasta, una vez reunidos los licitantes se encendía una vela, permitiéndose la puja a la baja durante el tiempo que la llama permanecía viva. Así se encendía una segunda y tercera vela, pudiendo continuar la puja...” Uno de esos actos fue el celebrado el 21 de febrero de 1889 durante el remate de aguardientes, alcoholes y licores, en el cual se decía: “...Para el día primero de marzo, a las 10 de la mañana, se anuncie el remate a vela encendida, de los arbitrios de aguardientes, alcoholes y licores de este pueblo...” En aquel acto la puja venía precedida de una reclamación de D. Manuel Eguia, que había sido apoyada por la Diputación. Comenzaba en 1.489,1 pesetas, cantidad considerada como el prejuicio que le causaba la ley de alcoholes al rematante, y en previsión de que no se presentaran rematantes, se fijaba otra subasta a continuación. Esta que se iba a iniciar con 1.750 pesetas.

El 21 de febrero de 1889 eran colocadas, por el herrero D. Ignacio Abascal, las verjas de hierro a la entrada de las escuelas de la Fundación (Niñas pobres) de la calle San Martín de Algorta.

Días más tarde D. Manuel Iturriaga solicitaba la construcción de su nueva casa cerca de la casería llamada “Bastinchuena” y se le concedía el permiso para colocar materiales de construcción en un solar cercano: “...Siempre que no perjudique al transito público, a los dueños de las heredades, y al acceso al Campo Santo, por el camino de carros que se dirige a dicho cementerio...” Este caserío según el callejero de 1897 se encontraba en llamada calle de la “Carretera”, en el numero 39, cerca de la estación de ferrocarril de Algorta cerca de la “Cadena”.


El 28 de febrero de 1889 se daba cuenta en el pleno municipal de la construcción, por cuenta del municipio, del fielato de Las Arenas, que estaba situado en la llamada “Plazuela” frente al Puente Bizkaia (Se puede ver fotografía superior, obra del fotógrafo eibarrés D. Indalecio Ojanguren). De dicha instalación, que se hallaba dotada de una bascula para el control de arbitrios se decía en el pleno: “...En este edificio se devengaran todos los arbitrios municipales, de todos los artículos destinados al consumo o venta de aquel barrio, que deben de ser presentados, reconocidos y pesados en el referido fielato para la exacción de los correspondientes derechos...”

El 7 de marzo de 1889, el Ayuntamiento de Getxo recibía un oficio del Ingeniero Agrónomo de la Diputación de Bizkaia, anunciando la disposición para este pueblo, si lo necesitara, de sulfato de cobre y pulverizadores para“...A precio de coste, para combatir el mildeon de los viñedos...” Se refería al conocido cómo “mildiu”, que tiene varias acepciones mildeo, mildeu, niebla, añublo. El consistorio respondía aquel ofrecimiento: “...Teniendo en cuenta que la riqueza vinícola es casi nula e infructífera en esta Anteiglesia, no le conviene adquirir ninguna cantidad de sulfato de cobre ni pulverizador, por que estamos convencidos de no poder efectuar su empleo o venta. Pero por si algún vecino deseara comprar dichos productos se publique a fin de pueda adquirirlo...”

En la próxima entrada veremos cómo algunos miembros de la Junta de Fabrica de la Parroquia de San Nicolás de Bari deseaban construir un nuevo pórtico.

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