lunes, 27 de mayo de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -99-



En la anterior entrada veíamos cómo la entrada del año 1889 comenzaba con una temperatura que no excedía de los 6 grados, lo que obligó a colocar una estufa en la estación telegráfica de Algorta.

Al comienzo de enero de 1889, el día 11 y 12, las fuertes lluvias caídas en nuestra provincia provocaron que por la ría bajara un gran torrente de aguas, por el que navega una ingente cantidad de árboles y arbustos, lo que motivó que todas las embarcaciones tuvieran que doblar sus amarras para evitar que fueran arrastradas por la fuerza de la corriente.

El día 11 de enero de 1889 se iba a celebrar un pleno en el Senado que pretendía aprobar un proyecto ley sobre el pago a los maestros de primera enseñanza. Y es que en muchos casos se decía que los maestros de enseñanza primaria: “...Llevaban casi cinco meses de ayuno y ya que están dotados de un mezquino sueldo, al menos que lo cobren con toda puntualidad…” Como consecuencia de este estado de cosas el Ayuntamiento de Getxo citaba a todos los maestros de enseñanza primaria de ambos sexos, tras haber recibido una circular de la Diputación Provincial, en la que se prevenía de la necesidad de recabar la opinión de los maestros sobre el proyecto de Ley que se había presentado en las Cortes relativo al pago de sus funciones. El acuerdo al que llegó el consistorio que recogía las aportaciones de los maestros era que: “...El pago de las atenciones de primera enseñanza se siga realizando de acuerdo con lo que se viene haciendo hasta la fecha...” Pero la realidad chocaba contra las demandas de los maestros ya que a mediados de enero todavía seguían discutiendo los Ministros del ramo y Ayuntamientos sobre quién era el culpable de dichos retrasos en el cobro de los haberes de los enseñantes. Y se pedía en el Senado al Ministro Sr. Galgo de la Gallarda que “...Haga todo lo posible para que se satisfagan los haberes a los maestros de escuela que hace un trimestre no han cobrado ni un céntimo...” A finales de febrero de ese año se llevaba al presupuesto general del Estado para las Escuelas normales y los Institutos de segunda enseñanza concediendo a los maestros de las Escuela» normales premios de antigüedad y la concesión de una cantidad para derechos pasivos a los maestros de primera enseñanza.

El día 11 de enero las comunicaciones entre Getxo e Inglaterra quedaban interrumpidas debido a un corte en el cable de conexión producido a unas 11 leguas de la playa de Las Arenas. Se esperaba la llegada a nuestra costa del vapor “Electra” de la compañía del cable para proceder a su reparación. Decía la prensa que: “...Si el tiempo abonanzase, la operación seria cosa de ocho o diez días a lo sumo. El cable es nuevo y es la primera avería que ha sufrido desde que se tendió, que hará unos dos años...”


Por aquellos días la torre Eiffel continuaba imparable su lenta ascensión hasta alcanzar los 300 metros que inicialmente iba a tener. Acababa de llegar a los 250 metros de altura, 50 más que el edificio más alto del mundo en aquel entonces.

El 17 de enero de 1889 por indicación del regidor D. Eladio Sustacha el Ayuntamiento de Getxo decidía: “...Por su mal estado para el tránsito público, se quite el encachado de piedra bola que existe en la calle Rivera frente a la casa de Dña. Ramona Zavala, colocando en su lugar la baldosa de la fabrica del Sr. Uria...”

El 17 de enero se leían en el pleno las cuentas del ejercicio 1887-1888. El resultado de las mismas fue que se habían tenido unos ingresos de 97.356, 91 pesetas, mientras que los gastos habían supuesto 81.816, 68 pesetas, por lo que queda para el siguiente ejercicio 1888-1889 la cantidad de 15.540,23 pesetas. A su vez se procedía al arreglo de varios caminos peatiles en el barrio de Las Arenas.

El 24 de enero de 1889 el Ayuntamiento de Getxo, después de agradecer a la Cámara de Comercio de Bilbao y al Sr. Zubiaga sus gestiones para la habilitación del Puerto de Algorta cómo zona de carga y descarga de mercancías, acordaba : “...Solicitar la habilitación del muelle de Las Arenas para carga y descarga de dichos géneros...”

El 24 de enero de 1889 el consistorio de Getxo autorizaba a la maestra de la Escuela de Fundación de Niñas Pobres (San Martín) a suscribirse a la revista de Barcelona “El Primer Femenil”. Era una publicación de lujo que dirigió en 1889 D. Eduardo Blasco, quien regentara también la revista semanal ilustrada “Iris”.


El 31 de enero de 1889 con un censo que podía rondar los 4.000 habitantes, el Ayuntamiento de Getxo exponía al público las listas de electores y elegibles para cargos municipales, la cual se iba a exponer a los vecinos en la primera quincena del mes de febrero. Los vecinos “Elegibles” hacían un total de 453 habitantes; continuaba la lista con los “No elegibles” que sumaban 98 vecinos; le seguía otros que figuraban como “Capacidades no elegibles” los cuales sumaban 20 vecinos. Lo cual no alcanzaba más que al 14,27% de los habitantes de hecho del municipio.

Entre los vecinos “Elegibles” de Algorta aparecían notables como el Alcalde D. Pedro Amezaga Abaroa que vivía en la calle Mayor, actual Avenida Basagoiti de Algorta. No era el único que habitaba en esa calle; otro de los ediles de esa bulliciosa calle era D. Mateo Ajuria Mendiguren; Otro de los primeros ediles (ex-Alcalde) era D. Ramón de Arecheta Barrenechea que vivía en la Bajada de Ereaga. Otros vecinos, algunos del Puerto, cómo D. Juan Aguirre Bilbao (c/Calleja), D. Joaquin Ardanza Uria, Fulgencio Franco y D. José María Baez García (c/Puerto), D. Vicente Aresto Artolozaga y D. Casimiro Landarte Mujica (c/Rivera), entre otros venía a formar parte de los “Elejibles”; la lista era amplia y otras calles de Algorta completaban los vecinos de Algorta situados en esa preferente condición, en la Cuesta de San Nicolás aparecían D. Isidro Achondo Saitua, D. Gregorio Aldecoa Sarria, D. Gabriel Elorriga Aurrecoechea, D. Felipe Landaida Ibatao y D. Eladio Suatacha Libarona, que se veían a unir a otros de la zona el Castillo cómo D. Pedro Aldecoa Villares, D. Miguel Bengoechea Ugarte, D. Juan Bautista Echeandia Manene, D. Francisco Antonio Icaza Argaluza, D. Pedro Inchaurtieta y D. Santiago Saitua Algorri.

Entre estos vecinos algunos eran del barrio de Santa María de Getxo, cómo D. Victor Aresti Goiri, D. Miguel Astica Basauri, D. Juan Arrieta Larrabeiti, D. Ramón Bilbao Ayo, D. Eugenio Camiruaga Goñia, D. Ramón Cayero Goitia, D. Juan Bautista Diliz Sarria, D. Manuel Fresnedo Balziscueta, D. Francisco Gorordo Azcorra, D. Mariano Goiri Mota, D. Miguel Ibatao Arana, D. Ramón Iturregui Bilbao, D. José Domingo Izcoa Ibatao, D. Manuel Larrinaga Aresti y D. José Ramón Zalduondo Elorrieta. Otros del barrio de Las Arenas, cómo D. Gerardo Cotera Presmanes, D. Felipe Charroalde Eguia, D. Domingo Eguidazu Arregui, D. Juan Gorostiola Ereño, D. Isidro Inchaurtieta Elorriaga, D. Andrés Larrazabal Tellería, D. Evaristo Martinez Talledo, D. José Oyarzabal, D. Luis Peña Zavala, D. José Puialto Casas, D. Roman Scala Lera, D. Antolín Urtiaga Juaresti y D. Marcos Zamacona. La lista de los no elegibles tenía vecinos de los distintos barrios de Getxo, que no incluiré en esta pequeña relación. Durante muchos años los regidores o concejales se elegían en sufragio censitario, restringido a los vecinos con la capacidad legal electoral derivada del nivel de su fortuna económica. La ley electoral de agosto de 1870 decía: “...Serán electores los vecinos cabezas de familia con casa abierta que lleven dos años por lo menos de residencia fija en el término municipal, y vengan pagando por bienes propios alguna cuota de contribución de inmuebles, cultivo y ganadería o de subsidio industrial o de comercio, con un año de anterioridad a la formación de las listas electorales. También serán electores los mayores de edad que llevando dos años por lo menos de residencia en el término del Municipio, justifiquen su capacidad profesional ó académica por medio de un título oficial…” Así que los no propietarios y sin titulación quedaban excluidos.

La próxima entrada llegaremos al Capítulo 100 de esta serie, que comenzará con algunos problemas de falta de fondos municipales para poder acometer obras en Ereaga.

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