La
ría de Bilbao, la Villa y sus riveras eran visitadas por naos de
todos los países. A la misma confluían comerciantes de toda Europa
a bordo de grandes bajeles. Ello motivó que los comerciantes vieran
la necesidad de establecer un cuerpo que dictase normas y leyes para
resolver, evitar pleitos y discordias entre los mismos. A ese nuevo
organismo lo denominaron “Universidad
y Casa de Contratación”,
aunque popularmente fue conocido bajo el nombre de “Consulado
de Bilbao”.
Sus instalaciones, casas, estuvieron asentadas en la Villa, pero
también lo hicieron en Areeta-Las Arenas.
La
casa del Consulado de Bilbao, en Areeta-Las Arenas, estuvo situada en
el Muelle de Tomás Olabarri. En la Historia del Consulado de Bilbao
de D. Teofilo Guiard ya se le menciona en 1598. De ella se decía que
en esa fechas ya existía la primera edificación, que no era si no
una pequeña casa, para los menesteres de salvamento y socorro de
naos naufragadas, habitación del billetero, almacén de jarcias,
pertrechos y cables de auxilio. Esta casa fue ampliada en 1735 con un
cuerpo de edificio. La jurisdicción del Consulado se extendía a lo
largo de la ría hasta alcanzar la barra (desembocadura) de
Portugalete.
En
un plano de 1753 (ver fotografía superior), parecen recogidas tres
edificaciones próximas a la ría. En el mismo se indica “Casas
del Consulado”.
En 1754, tras una explosión que dejó en ruinas el edificio, fue
reconstruida de nuevo; constaba ya de dos cuerpos: uno para
habitación del billetero y guarda de la universidad, así como de un
local de asistencia para los Priores y Cónsules, para cuando
realizaban visitas de jurisdicción; el segundo destinado a lonja de
pertrechos de socorro, depósito de mercancías que eran arrojadas al
mar por los náufragos. En 1586 era billetero del Consulado D. Juan
de Mendieta.
Las
primeras referencias escritas que he localizado aparecen ya en
documentos del Consulado de Bilbao de finales de junio de 1761. Entre
ellos se cita a D. Manuel de Viar Bustinza billetero y guardarría de
Las Arenas, natural de la Villa de Portugalete, quien solicitaba las
llaves de la casa nueva del Consulado de la Villa de Bilbao, sita en
dicha localidad, para su cuidado. Desde la misma los Priores y
Cónsules, dirigieron las obras de los muelles, que como decía D.
Miguel José de Maruri en febrero de 1788 se hallaban: “...frente
de Portugalete, en las Arenas de Guecho...”.
En 1877 el edificio se encontraba en un lugar donde anteriormente
existió una casa de tablas, junto al muelle de la ría, frente a
Portugalete y que se hallaba cerca de la casa de D. Simón de
Maturana.
Aquellos
guarda rías tenían entre otras funciones la de evitar que las
mercaderías se desembarcaran fuera de los muelles destinados a tal
fin en la Villa de don Diego. Decía uno de los artículos de las
“Ordenanzas
de la ilustre Universidad y Casa de Contratación de Bilbao”
de 1737: “...la
lengüeta principal de los arenales, que esta destinada para solo la
descarga de mercadería. Se ordena que de hoy en adelante ningún
Baxelero, Gabarrero, Barquero, ni otra persona alguna pueda descargar
esas mercancías en lugar no destinado a las mismas...”
Entre otras funciones, según se convenía en el Capitulo XXVII de
las mismas, tenían los guarda rías las de: “...dar
cuenta al Pior y Cónsules, de lo que contraviniera, las obligaciones
de: No permitir que Gabarra alguna se amarre a boya, cable, calabrote
o cabo que tenga dado cualquier navío a tierra o agua...,
ni
saque para los navíos…,
de
otro paraje que no no sea de desde debajo del Convento de San
Mamés...”
Así, limitaban tanto el desembarco de mercaderías en los sitios no
destinados a las mismas o de arrojar a la ría desechos, zaborra o
arenas que colapsaran el cauce. También entraba en sus funciones, en
caso de crecida del caudal de la ría por lluvia o nieves: “...pasar
por enfrente de los navíos de la ría, llamando a sus capitanes para
que echen nuevas amarras...”
De todo esto, y otras cosas, se ocupó el Consulado de Bilbao hasta
mayo de 1829, fecha en la que por Real Orden se promulgó un nuevo
Código de Comercio, y las funciones del Consulado pasaron al
Ministerio de Hacienda.
La
casa del Consulado de Bilbao vería llegar sus últimos días en
noviembre de 1872, fecha en la que los vecinos de Las Arenas, ante el
deterioro y ruinas que presentaba, solicitaron el derribo de la
misma. Decían los vecinos y propietarios en aquel escrito dirigido
al consistorio: “...se
proceda mediante expediente a gestionar cerca de la autoridades
competentes el derribo y demolición de la Casa de Obras Públicas
del Gobierno, situada en la Plazuela de Las Arenas...”
El Consistorio se unía a aquella petición diciendo: “...de
que tanto la conveniencia, ornato público y la necesidad así lo
reclaman, porque no cabe duda alguna hallándose casi en el centro de
la Plazuela, el edificio, imposibilita el libre acceso de carruajes,
que es su principal destino, originando varias veces consecuencias
desagradables y hasta desgracias en los viajeros...”
Por lo que elevaron aquella decisión al Gobernador de la Provincia
para que tomara en consideración dicha petición. Este hecho nos
lleva a situar con precisión la localización de aquella casa en la
actual plaza del Puente Bizkaia.
Eran
los tiempos de la Alcaldía del D. José Julián de Mandaluniz. Estos
datos están sacados del libro “Ordenanzas
de la ilustre Universidad y Casa de Contratación de Bilbao”
de 1737, “Historia
del Consulado de Bilbao de D. Teofilo Guiard”
de 1598 y del libro de actas del Archivo Municipal de Getxo de 1872.
Desde luego, podemos decir que Las Arenas es fruto de un atentado en toda regla contra la naturaleza, hoy impensable.
ResponderEliminarMe cuesta imaginarme esa playa desde Churruca hasta La Bola.
Hoy día, un entorno muy parecido podía ser la playa de Rodiles, en Villaviciosa, Asturias, con sus larga playa, sus gran zona arbolada y la ria en el lado izquierdo de la misma. Que bonita zona era Las Arenas, ahora un hervidero de coches y un paraíso de la inversión inmobiliaria por suerte ya no tan descarada, con inmuebles al alcance de muy pocos privilegiados.
Se debería promover, por locura que parezca y aprovechando la buena calidad de las aguas, la recuperación de aquella playa kilométrica.
Dejo aqui una foto de cómo veo yo esa playa en la actualidad:
https://flic.kr/p/RkrNSM
No se que pasa que quiero hacer un comentario en otra entrada y me aparece en esta. Lo siento!
ResponderEliminarHola, estoy de acuerdo. era un paraiso y si se pudiese recuperar....
ResponderEliminarHola, alguna info de don simon de maturana?tengo una carta antigua donde aparece
ResponderEliminarGracias