lunes, 25 de abril de 2016

LAS DISCUSIONES DEL FERROCARRIL -III-



En la anterior entrada terminaba con la resolución que adoptó el consistorio, en la que denegaba la autorización para modificar el trazado original a la compañía ferroviaria.

Las quejas también llegan por parte del alcalde de Leioa, quien en un escrito dirigido al de Getxo, se quejaba el 21 de febrero de 1891, por los problemas que estaba causando la construcción del ferrocarril: “...se han colocado raíles en la proximidad de la estación de Las Arenas, y en el paso del Gobelas, frente a la casa llamada ”Del Salchichero”, que ha obstruido el camino de carros que se dirige a Las Arenas desde ese punto...”

Los trazados de aquel ferrocarril sufrían también cambios en otros de sus tramos lejos de nuestro municipio. Decía la rotativa bilbaína “El Nervión” el 20 de mayo de 1891: “...Parece ser que el trazado del ferrocarril de Las Arenas Plencia se ha modificado en parte, pues en vez de venir por Barrica, vendrá por Urduliz...”

En Getxo, ante la presión de la compañía ferroviaria por realizar las modificaciones del proyecto original, el asunto se llevó a estudio por un equipo de arquitectos compuesto por D. Laureano Santa María y D. Ernesto Hoffmayer, nombrados por el Ayuntamiento de Getxo y la compañía de ferrocarril para encontrar una solución que conciliara los intereses de la empresa y los públicos. Quienes el 1 de junio de 1891 emitían el siguiente informe: “...Los ingenieros que suscriben..., el estudio del paso de la línea de ferrocarril por Algorta..., a fin de conciliar los perjuicios para vecinos, propietarios división de solares, alteración de rasantes, peligros y molestias por cruce por una estación balnearia..., y de los intereses de la compañía ferroviaria..., hemos procedido a realizar un estudio que podría salvar los inconvenientes citados...” En ese estudio comparaban el proyecto original y la modificación propuesta por la compañía del ferrocarril. 


Se centraban en los perjuicios que iban a sufrir los propietarios de fincas Srs. Barroeta, Urresti y Sainz, también de los pasos a nivel y el cruce con la línea del tranvía de Bilbao a Las Arenas por una estación balnearia. A pesar de que el informe era avalado por ambos arquitectos, en las conclusiones que les llevaban a hacerlo, tenían algunas divergencias, por lo que solamente firmaron en común algunas de ellas, en las que estaban de acuerdo. Dentro de los proyectos presentados por ambos para el trazado de la línea, existían dos posibles trazados, uno que, tras pasar por Aretxeta, enfilaba hacia la iglesia de San Ignacio, donde se pensaba instalar un apeadero. Atravesando la Avenida de Algorta a la altura del inicio de la cuesta de Suarez. En la variación propuesta por los arquitectos se contemplaba: “...Instalar el apeadero en la huerta de D. Martín Berasaluze, en el extremo de la plaza de San Ignacio...” Para seguir frente a la iglesia a lo largo de la calle Miramar, luego atravesaba la bajada a la playa del paseo de Maria Cristina, a la altura de la calle Alango, para mediante un túnel de 235 metros, bajar hasta la actual estación de Algorta.

La compañía del ferrocarril prefería el proyecto presentado por el ingeniero D. Ernesto Hoffmayer. Así lo expresaba en una carta remitida el 3 de junio de 1891 al alcalde de Getxo, ya que el proyecto del Sr. Santa María, a su decir: “...resulta gravoso para los intereses de la compañía...” Advertían que de no ser admitido a la mayor brevedad se verían obligados a ejecutar el proyecto original. En junio de ese año salían a concurso las obras del tramo de Algorta a Sopelana. El 7 de julio salían a subasta las obras del apeadero de Sopelana hasta Plentzia y en agosto de ese mismo año se comenzaba la explanación del último tramo.
Eran los días del crecimiento de los ferrocarriles con concesiones de nuevas líneas en Bizkaia. Entre las concesiones del año 1891 figuraban las siguientes:

17 de febrero el ferrocarril de vía estrecha de Bilbao a Lezama.
10 de marzo el ferrocarril de vía estrecha de Luchana a Munguía.
18 de abril la línea de vía normal de Cantalojas a Olaveaga o la compañía del ferrocarril de Bilbao a Portugalete.

Que en julio de 1891 transportaban a los siguientes pasajeros: El de Bilbao a Las Arenas movía 103.806 pasajeros, el de Bilbao a Durango 113.228 pasajeros, el de Amorebieta a Gernika desplazaba a 11.121 viajeros, el del Cadagua transportaba a 21.423 viajeros; el de más afluencia de público de Bilbao a Portugalete, desplazaba nada menos que 261.454 pasajeros.


Nuevos conflictos acudían a agobiar a la alcaldía getxotarra. El 10 de agosto de 1891 el Alcalde D. Santiago Diliz, ante las noticias que le llegaban de los vecinos afectados por las expropiaciones de sus terrenos, se dirigía al Gobernador Civil de Vizcaya: “...el Ayuntamiento de esta Anteiglesia se ha enterado de la solicitud de la empresa del ferrocarril de Las Arenas a Plencia, para que se declare la ocupación de terrenos particulares y propios en esta jurisdicción...”, y ya estaba el conflicto servido. El consistorio declaraba: “...El Municipio no puede ver con indiferencia esa pretensión, que invade bienes de interés municipal...” Al parecer Dña. Salomé Bareño había cedido una heredad para la construcción de un hospital para el pueblo, y el Ayuntamiento había adquirido una parcelo adjunta, pero el proyecto que la empresa ferroviaria pretendía realizar invadía ese terreno. Y reclama que de sujetarse al proyecto primitivo: “... esa obra no afectaría a dichos terrenos...” por lo que solicitaba fueran revocados esos permisos. En otro escrito el Alcalde recordaba a la compañía que no podía invadir espacios públicos, ni cortar caminos de servidumbre, sin contar con la autorización expresa del consistorio, siendo en el caso de estos últimos obligatorio hacerlo mediante pasos a nivel, conforme a lo indicado en el pliego de condiciones aprobado por el estado.
Sin embargo, a finales de agosto, el día 22, el consistorio parecía volverse atrás parcialmente: “...puede la empresa continuar los trabajos que tiene suspendidos en terrenos de aprovechamiento común, pero debiendo hacerse extensivo a ellos el expediente de expropiación forzosa..., a fin de indemnizar al municipio...” Dejaban al margen lo referente a las heredades destinadas a hospital: “...que esta autorización no es extensiva a los terrenos propios pertenecientes al municipio, que tiene reservados para emplazamiento del hospital municipal...”

La compañía del ferrocarril de Las Arenas a Plentzia solicitaba el 29 de septiembre de 1891 que se declarara de necesidad la ocupación de varias fincas, en el término municipal de Berango, para la construcción de la mencionada línea férrea. El 14 de noviembre el Gobernador Civil firmaba un decreto confirmando la ocupación de una finca del señor Uriarte situada en Getxo, para la construcción del ferrocarril de Las Arenas a Plentzia y se declaraba de utilización pública la ocupación de varias fincas necesarias para aquel trazado.

La siguiente entrada tratará de los últimos acontecimientos de la línea de ferrocarril entre Las Arenas y Plentzia.


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