En
la anterior entrada terminaba con la resolución que adoptó el
consistorio, en la que denegaba la autorización para modificar el
trazado original a la compañía ferroviaria.
Las
quejas también llegan por parte del alcalde de Leioa, quien en un
escrito dirigido al de Getxo, se quejaba el 21 de febrero de 1891,
por los problemas que estaba causando la construcción del
ferrocarril: “...se
han colocado raíles en la proximidad de la estación de Las Arenas,
y en el paso del Gobelas, frente a la casa llamada ”Del
Salchichero”, que ha obstruido el camino de carros que se dirige a
Las Arenas desde ese punto...”
Los
trazados de aquel ferrocarril sufrían también cambios en otros de
sus tramos lejos de nuestro municipio. Decía la rotativa bilbaína
“El
Nervión”
el 20 de mayo de 1891: “...Parece
ser que el trazado del ferrocarril de Las Arenas Plencia se ha
modificado en parte, pues en vez de venir por Barrica, vendrá por
Urduliz...”
En
Getxo, ante la presión de la compañía ferroviaria por realizar las
modificaciones del proyecto original, el asunto se llevó a estudio
por un equipo de arquitectos compuesto por D. Laureano Santa María y
D. Ernesto Hoffmayer, nombrados por el Ayuntamiento de Getxo y la
compañía de ferrocarril para encontrar una solución que conciliara
los intereses de la empresa y los públicos. Quienes el 1 de junio de
1891 emitían el siguiente informe: “...Los
ingenieros que suscriben..., el estudio del paso de la línea de
ferrocarril por Algorta...,
a
fin de conciliar los perjuicios para vecinos, propietarios división
de solares, alteración de rasantes, peligros y molestias por cruce
por una estación balnearia...,
y
de los intereses de la compañía ferroviaria...,
hemos
procedido a realizar un estudio que podría salvar los inconvenientes
citados...”
En ese estudio comparaban el proyecto original y la modificación
propuesta por la compañía del ferrocarril.
Se centraban en los
perjuicios que iban a sufrir los propietarios de fincas Srs.
Barroeta, Urresti y Sainz, también de los pasos a nivel y el cruce
con la línea del tranvía de Bilbao a Las Arenas por una estación
balnearia. A pesar de que el informe era avalado por ambos
arquitectos, en las conclusiones que les llevaban a hacerlo, tenían
algunas divergencias, por lo que solamente firmaron en común algunas
de ellas, en las que estaban de acuerdo. Dentro de los proyectos
presentados por ambos para el trazado de la línea, existían dos
posibles trazados, uno que, tras pasar por Aretxeta, enfilaba hacia
la iglesia de San Ignacio, donde se pensaba instalar un apeadero.
Atravesando la Avenida de Algorta a la altura del inicio de la cuesta
de Suarez. En la variación propuesta por los arquitectos se
contemplaba: “...Instalar
el apeadero en la huerta de D. Martín Berasaluze, en el extremo de
la plaza de San Ignacio...”
Para seguir frente a la iglesia a lo largo de la calle Miramar, luego
atravesaba la bajada a la playa del paseo de Maria Cristina, a la
altura de la calle Alango, para mediante un túnel de 235 metros,
bajar hasta la actual estación de Algorta.
La
compañía del ferrocarril prefería el proyecto presentado por el
ingeniero D. Ernesto Hoffmayer. Así lo expresaba en una carta
remitida el 3 de junio de 1891 al alcalde de Getxo, ya que el
proyecto del Sr. Santa María, a su decir: “...resulta
gravoso para los intereses de la compañía...”
Advertían que de no ser admitido a la mayor brevedad se verían
obligados a ejecutar el proyecto original. En junio de ese año
salían a concurso las obras del tramo de Algorta a Sopelana. El 7 de
julio salían a subasta las obras del apeadero de Sopelana hasta
Plentzia y en agosto de ese mismo año se comenzaba la explanación
del último tramo.
Eran
los días del crecimiento de los ferrocarriles con concesiones de
nuevas líneas en Bizkaia. Entre las concesiones del año 1891
figuraban las siguientes:
17
de febrero
el ferrocarril de vía estrecha de Bilbao
a Lezama.
10
de marzo
el ferrocarril de vía estrecha de Luchana
a Munguía.
18
de abril
la línea de vía normal de Cantalojas
a Olaveaga
o la compañía del ferrocarril de Bilbao a Portugalete.
Que
en julio de 1891 transportaban a los siguientes pasajeros: El de
Bilbao
a Las Arenas
movía 103.806 pasajeros, el de Bilbao
a Durango
113.228 pasajeros, el de Amorebieta
a Gernika
desplazaba a 11.121 viajeros, el del Cadagua
transportaba a 21.423 viajeros; el de más afluencia de público de
Bilbao
a Portugalete,
desplazaba nada menos que 261.454 pasajeros.
Nuevos
conflictos acudían a agobiar a la alcaldía getxotarra. El 10 de
agosto de 1891 el Alcalde D. Santiago Diliz, ante las noticias que le
llegaban de los vecinos afectados por las expropiaciones de sus
terrenos, se dirigía al Gobernador Civil de Vizcaya: “...el
Ayuntamiento de esta Anteiglesia se ha enterado de la solicitud de la
empresa del ferrocarril de Las Arenas a Plencia, para que se declare
la ocupación de terrenos particulares y propios en esta
jurisdicción...”,
y ya estaba el conflicto servido. El consistorio declaraba: “...El
Municipio no puede ver con indiferencia esa pretensión, que invade
bienes de interés municipal...”
Al parecer Dña. Salomé Bareño había cedido una heredad para la
construcción de un hospital para el pueblo, y el Ayuntamiento había
adquirido una parcelo adjunta, pero el proyecto que la empresa
ferroviaria pretendía realizar invadía ese terreno. Y reclama que
de sujetarse al proyecto primitivo: “... esa
obra no afectaría a dichos terrenos...”
por lo que solicitaba fueran revocados esos permisos. En otro escrito
el Alcalde recordaba a la compañía que no podía invadir espacios
públicos, ni cortar caminos de servidumbre, sin contar con la
autorización expresa del consistorio, siendo en el caso de estos
últimos obligatorio hacerlo mediante pasos a nivel, conforme a lo
indicado en el pliego de condiciones aprobado por el estado.
Sin
embargo, a finales de agosto, el día 22, el consistorio parecía
volverse atrás parcialmente: “...puede
la empresa continuar los trabajos que tiene suspendidos en terrenos
de aprovechamiento común, pero debiendo hacerse extensivo a ellos el
expediente de expropiación forzosa...,
a
fin de indemnizar al municipio...”
Dejaban al margen lo referente a las heredades destinadas a hospital:
“...que
esta autorización no es extensiva a los terrenos propios
pertenecientes al municipio, que tiene reservados para emplazamiento
del hospital municipal...”
La
compañía del ferrocarril de Las Arenas a Plentzia solicitaba el 29
de septiembre de 1891 que se declarara de necesidad la ocupación de
varias fincas, en el término municipal de Berango, para la
construcción de la mencionada línea férrea. El 14 de noviembre el
Gobernador Civil firmaba un decreto confirmando la ocupación de una
finca del señor Uriarte situada en Getxo, para la construcción del
ferrocarril de Las Arenas a Plentzia y se declaraba de utilización
pública la ocupación de varias fincas necesarias para aquel
trazado.
La
siguiente entrada tratará de los últimos acontecimientos de la
línea de ferrocarril entre Las Arenas y Plentzia.
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