La
anterior entrada terminaba con la evacuación en mayo de 1937 de
algunos vecinos de Getxo en los vapores “Habana” y
“Marion Moller”, los cuales fueron llevados a
diversas poblaciones de Francia.
El
10 de mayo de 1937 el Marvia realizó un nuevo viaje con 242
refugiados para Pauillac. Los bous Gipuzkoa y Bizkaya, que habían
salido para proteger la llegada de dos mercantes, vigilaron su salida
hasta ser recogidos en aguas internacionales por el acorazado Royal
Oak y los destructores Fury y Foxhound.
El
12 de mayo de 1937 zarparon los mercantes británicos Thurston
y Stancourt con más refugiados para Francia bajo la
protección del acorazado Royal Oak y dos destructores.
El
14 de mayo de 1937 regresaron el Habana y el Goizeko-Izarra
protegidos por dos destructores británicos. Los bous Gipuzkoa y
Bizkaya los recogieron y escoltaron hasta Santurce.
El
Habana volvió a salir de Santurce el 16 de mayo de 1937 con
3.869 refugiados y el Goizeko Izarra con 700, bajo la protección de
los bous Gipuzkoa y Bizkaya y los destructores José Luis Díez y
Císcar. Fueron recogidos en aguas internacionales por el Royal Oak y
el destructor inglés Faulknor y escoltados hasta Pauillac. Los dos
buques regresaron el 19 de mayo.
Las
llamadas a la evacuación eran continuas. El día 18 de mayo el
“Sindicato de la Edificación” de Getxo, emplazó a
sus afiliados para que los que se habían inscrito para salir al
extranjero, pasaran lo antes posible por la Casa del Pueblo para
retirar sus tarjetas de embarque. El mismo día se anunció la salida
de los barcos destinados a la evacuación: el “Galea”,
exclusivamente con pasajeros, el “Cabo Corona”,
“Luchana” y “Goizeko-Izarra” con
refugiados para el día 21 de mayo. Se recomendó a las maestras y
madres que se habían apuntado para ir a las colonias extranjeras con
los niños, se hicieran las pertinentes fotografías para evitar
problemas de última hora.
El
21 de mayo de 1937 el Goizeko-Izarra salió para Francia con
350 refugiados y el Habana con 4.095 para Inglaterra. Les escoltaban
hasta las tres millas el Gipuzkoa, Bizkaya y Císcar. Desde allí
toman el relevo el Royal Oak y dos destructores. El Foxhound acompañó
al Goizeko-Izarra hasta Bayona, a donde llegó el mismo día,
y el Fearless al Habana, hasta cerca de Southampton. Sus
pasajeros desembarcaron allí el día 23. “El Liberal”
en su cabecera publicaba: “Cuatro mil niños marcharon a
Londres esta mañana para apartarlos de esta guerra, han sido
arrancados de nuestro suelo con dolor para muchas madres y con
amargura para todos..., la desventura que representa
esa expedición infantil tiene en Londres algunas de sus raíces...
Pero hay otro Londres, ese que paga la insensibilidad oficial y
opone, frente a la ceguera intencionada del Comité de no
intervención, ese testimonio terrible de cuatro mil niños, que esta
mañana lloraban al partir y que han dejado aquí cuatro mil hogares
en los que, porque faltan ellos, falta todo...”.
En
el editorial se recogían las diferentes concepciones de la sociedad,
respecto al tema religioso que se daban entre poblaciones del estado
español, y respecto a la que de forma mayoritaria, se daba en
Euskadi. Se decía: “...Había llegado, por lo tanto, el
momento de que se comprobara si, en efecto, el estado español era un
país comido por los delirios ateos, por las alucinaciones
extremistas y por la ponzoña de una política ilusa. Simplemente, a
través de los niños, se podrá colegir lo que ocurría realmente en
España. Un niño es siempre una verdad. Londres va a conocer la
verdad que le llevan nuestros hijos, y va a conocer que de entre
ellos serán muchos los que entonarán oraciones religiosas por la
noche y por la mañana...”. Obviamente estas líneas hay
que leerlas en el contexto de la época, seguro que existían otras
familias para las que el tema religioso no formaba parte de sus
vidas. En Getxo, tanto la Izquierda Republicana como el Frente
Popular hicieron llamadas a sus afiliados: “...Todos los
inscritos y los que hacen actualmente la instrucción y manejo de las
armas en el campo de Ibaiondo, deberán pasar en lo sucesivo a las
mismas horas todos los días por el campo de Fadura...”
El
22 de mayo de 1937 salieron hacia Le Verdon los mercantes Cabo
Corona con 1.185 refugiados, Galea con 879 y Zurriola
con 759, escoltados por los bous Gipuzkoa, Bizkaya y el José Luis
Díez. En aguas internacionales fueron protegidos por el Royal Oak y
dos destructores británicos. Regresaron a Santurce el 27 de mayo.
El
23 de mayo de 1937 el diario bilbaíno “El Liberal”
recoge en su primera pagina: “...El “Habana” llega
felizmente a Southampton. El noble pueblo inglés acoge a nuestros
niños con gran entusiasmo a los acordes del chistu y el tamboril...”
A última hora de la tarde se recibió en la presidencia del Gobierno
un telegrama de la señora Manning en el que se daba cuenta de que
había atracado felizmente al muelle de Southampton. En el mismo se
decía: “...Mañana, a las ocho, empezará el desembarco,
coincidiendo con el recibimiento que el noble pueblo inglés
dispensará a los niños vascos...” La evacuación llegó
hasta Estados Unidos: “...La Sociedad Norteamericana de
Socorro ha contratado el barco francés “Sinaí”, que
transportará 500 niños de Bilbao a los Estados Unidos...”.
El 26 de mayo salió de Burdeos, rumbo a Veracruz (México), el vapor
francés “Mexique”. Tras una travesía que duró 15
días con escala en La Habana, con un total de 500 niños, 20 de
ellos de origen vasco.
El
27 de mayo de 1937 salió de Santurce el Cabo Corona con 1.283
refugiados para Pauillac y el británico Kenfig Pool con otros
750 a Le Verdon. Pero entre tanto, los mal llamados “Caballeros
del Aire”, elegían objetivos civiles para dejar caer su mortífera
carga. El 25 de mayo de 1937 eran las casa de gentes humildes las que
resultaban destruidas, al parecer el objetivo de esos carniceros eran
simples trabajadores y sus viviendas, devastando zonas de Sestao, la
Iberia y Chavarri. También dejaron su reguero de muerte en el
barrio bilbaíno de Begoña.
El
sábado 29 de mayo la prensa titulaba: “...La Polémica de la
Guerra y Ginebra...” Las discusiones largas y tediosas que
se celebraban en Suiza sobre la no intervención. El propio Ministro
de Negocios Extranjeros británico Mr. Neville, que acababa de ser
ratificado en su cargo, confesaba su fe en el Comité de no
Intervención, estableciendo el compromiso de retirar de España a
los combatientes extranjeros. Nada más lejos de las intenciones de
los fascistas. La misma prensa decía: “...Mientras Ginebra
discute en el ambienta confortable que proporciona el lago Leman y la
lejanía de todo el drama que nosotros padecemos, la guerra española
se endurece a términos tremendos. Madrid sigue siendo diariamente
bombardeado. El asedio a Bilbao aumenta y en nuestros frentes la
polémica es de balazos y en las votaciones se computan vidas...”.
Se decía en la contraportada de “El Liberal”:
“...desde el 5 de marzo de 1937 el Gobierno Español había
enviado a todos los Estados miembros de la Sociedad de Naciones la
prueba completa de la intervención fascista en España, la violación
más escandalosa por las naciones fascistas del Pacto desde la
creación de la Sociedad de Naciones...”. A pesar de ello,
algunas voces se alzaban en Europa apoyando a los demócratas del
estado español. El rotativo “La Lucha de Clases”
decía respecto del Secretario del Foreign Office Antony Eden:
“...Él, tan amigo de eludir las tareas desagradables, no ha
escurrido el bulto un momento... Es su lenguaje dos
veces cauto por inglés y por diplomático, en él ha encontrado
Alemania las censuras más duras que se le han dirigido en estos
días...”, aunque se consideraba la política llamada de no
intervención como una trágica broma.
El
31 de mayo de 1937 regresó el Habana escoltado por un
destructor británico. Fue recogido en aguas territoriales por el
Císcar, y continuó su viaje con esa escolta hasta Santurce.
La
próxima entrada comenzará con la salida del barco Habana en
el que iban a ser evacuados mil niños hacía Rusia.
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