El servicio de altavoces, muchas veces no podían poner discos solo musicales, ya que en el mercado la mayor parte de los LP incluían canciones. A pesar de lo cual algunas quejas de vecinos llegaba a la Alcaldía y esta cursaba esa quejas: “...Que el concesionario del servicio de altavoces, en contra de lo dispuesto utiliza discos con cantables, excusándose que en el mercado se carece de discos con música sola...” (A.M.G. 25 de junio de 1948).
Al llegar el mes de agosto de 1948, la Alcaldía de Getxo, sacaba a concurso el servicio de altavoces. Las normas para el concurso eran muy estrictas: “...La concesión se hará por un año siendo prorrogable a otro. Los altavoces funcionaran solo con placas de música sin canto, el cual queda prohibido terminantemente, debiendo utilizarse las de música española, por lo menos el 70% del tiempo, siendo elegida la de pasodobles, habaneras, tangos, schotis y jotas del variadísimo repertorio de nuestros compositores nacionales.
Los sitios de actuación que se fijan serán: Dos día laborables en Las Arenas y uno en Algorta a la semana. Sábados y Festivos actuará la Banda en los lugares que se fije para ello.
El servicio de altavoces actuara desde el día 1º de junio al 30 de septiembre de 18:00 a 22:30 de la noche y después del 1º de octubre al 31 de mayo de 18:00 a 21:30 de la noche. En las romerías nocturnas autorizadas por el Ayuntamiento o la Alcaldía.
Siempre que actúe la Banda Municipal y la de chistularis, se acataran las ordenes del director de la primera, quien dispondrá el orden del servicio de bailables del altavoz, alternándolos con con las bandas anteriormente citadas.
Por respeto a la Cuaresma quedaran suprimidas la audiciones a partir del cuarto domingo de la misma hasta el sábado de gloria...” (A.M.G. 6 de agosto de 1948).
Los postulantes, vecinos de Getxo y otras poblaciones cercanas fueron los siguientes: “...D. Fermín López y D. Francisco Ruiz, de 38 y 45 años, con domicilio en la calle Coscojales 18 de Portugalete; D. Teodoro Novales y D. Víctor Alonso, de 31 y 40 años, con domicilio en la calle Caja de Ahorros Vizcaína 5 y 11 de Las Arenas; también se presentaron D. Pedro Novales y D. Mariano Gonzalo de Portugalete y San Salvador del Valle; y el anterior concesionario D. Luciano Reguera...”(A.M.G. agosto de 1948). Una vez presentada el acta de la subasta, los agraciados fueron D. Fermín López y D. Francisco Ruiz, de Portugalete. (A.M.G. 1 de septiembre de 1948). El baile debía de ser cerrado una hora después del horario fijado. Poco duró aquella concesión, ya que el 30 de diciembre de ese mismo año, el Ayuntamiento de Getxo decidía retirarles la explotación de aquel servicio. Ambos, presentaron su renuncia a la concesión argumentando : “...Que por causas ajenas a su voluntad les es imposible seguir explotando dichas plazas de baile por no poder atenderlas...” (A.M.G. 10 de marzo de 1949).
De los lugares de baile de carácter privado hablaban en la “Memoria del Ayuntamiento de Guecho” de 1948 a 1954, en ella decían: “...Además existen salones de baile en locales magníficamente instalados inmediatos a la Playa de Ereaga, como son el de los Tamarises, Balneario de Iguereche, Hotel Eguía y Casino Algorteño, además del Club Marítimo...” El “Hotel Eguia” inaugurado en el año 1907, ofrecía en su pista bailables que eran animados por las “Orquesta Bahía”.
Los años 50 fueron años en los que la diversión y los bailes se realizaban, durante las fiestas patronales, en los barrios de Getxo:
En Las Arenas: Eran cuatro los lugares en los que la juventud y mayores disfrutaban de los acordes de la música, en la calle Mayor, Bizkaiko Zubia Enparantza, Plaza de las Escuelas y Santa Ana. Y en alguna Sociedad privada como el Club marítimo del Abra. En la calle Mayor, a mediados de los 50, una de las melodías más populares era “Bayón del gato” del Trio Guadalajara.
En Romo: Se celebraron en la Plaza de Santa Eugenia y también en la Sociedad Gobela.
En Neguri: En Jolaseta.
En Algorta: En la Campa del Carmen, en Ereaga, Puerto de Algorta, Plaza de San Nicolás, Alango y Salsidu durante las fiestas de San Juan. Y en algún local privado como el Casino Algorteño y el Hotel Eguia.
En Getxo (Andra Mari): En la campa del mismo nombre.
A mediados de los años 50 el Ayuntamiento de Getxo establecía un normativa a para las actuaciones de la Banda Municipal de Música: “...La Banda tocara todos los domingos, excepto los de Pasión y Ramos, y todas la fiestas de precepto. Se establecía el calendario de fiestas locales, en el se incluían las vísperas de las fiestas de Santa Ana, San Ignacio, San Nicolás y Las Mercedes. Las sesiones de bailables serán de tres horas los domingos y días festivos; la Banda ejecutará un bailable por lo menos cada media hora el día en que le toca actuar, debiendo ser su duración de al menos 6 minutos, con jotas y pasodobles al finalizar...” (1955 Expediente del A.M.G. Código 2874 Signatura 1487-3).
Los años 60 del pasado Siglo XX cambiaron algunos de los espacios festivos, en los que tanto la Banda Municipal como las orquestinas animaron a nuestro jóvenes. A partir de esos años, el lugar de encuentro para bailes fue exclusivamente la Plaza de San Nicolás de Algorta los domingos por la tarde, además de que en las fiestas locales las actuaciones se desarrollaban en los respectivos barrios. Igualmente, un nuevo atractivo emergía para la socialización de nuestra juventud, los salones de los establecimientos hosteleros, que al igual que el Hotel Eguia iban a cambiar los hábitos de todos ellos; se trataba del “Hotel Tamarises” e “Igeretxe”.
Las orquestillas que actuaron en la Plaza de San Nicolás de Algorta fueron: La Orquesta Montserrat, la de los hermanos Ortiz y la orquesta Trévol del Juan Carlos Pichel. Hasta 1967 la exclusiva de la Orquestina Municipal, en la Plaza de San Nicolás, estuvo en mano del santurtziarra D. Fulgencio Luque Oses. El 31 de diciembre de 1967, el Negociado de Gobernación del Ayuntamiento de Getxo señalaba el final de la explotación del servicio de altavoces. (AMG Expediente: Código 2131 Signatura 4007-5).
Y mientras sonaba la “Orquesta Monserrat· de los hermanos Luque, de aquellos bailes de la plaza de Algorta, hay dos cosas que muchos, ya entrados en años, recordaran: “...Los tickets que los ayudantes de las orquestinas vendían, para poder bailar en la plaza, y que se colocaban en la solapa de la chaqueta, prendidos por un alfiler. Y el quiosco de Matilde, era algo mas que un quiosco, lugar de confidencias, ropero para los que bailaban en la plaza, guarda llaves para las chicas de servicio, fue una pequeña historia de Algorta...” Aquellos tickets eran de diferente colores y formas, cada semana los cambiaban para evitar que pudiéramos utilizar los de la anterior semana. Por otro lado Matilde era quien nos surtía de cigarrillos a granel, de aquellos de chesterfield, ducados, Lark y otros.
Cuando finalizaba aquel año, una nueva Sociedad venía a llenar el vacío dejado por las plazas públicas, tratando de dar a la juventud de Las Arenas un lugar donde dar rienda suelta al baile y ha relacionarse con gentes del barrio, se trataba de la “Sociedad Ondarrak”. Para ello los miembros de dicha Sociedad se dirigieron al Ayuntamiento de Getxo: “...Javier Marco Gardoqui, soltero de 21 años, estudiante, domiciliado en la calle General Primo de Rivera Nº 3, 4ª izquierda. En calidad de directivo de la “Sociedad Ondarrak O.A.R.”, solicita le sea concedida la autorización para organizar bailes los días festivos en esta Sociedad...” La contestación del Ayuntamiento de Getxo, concediendo la autorización decía: “...Que por parte de esta Alcaldía no existe inconveniente alguno en acceder a dicha petición, durante los días festivos de las próximas fiestas de Navidad. Para poder realizar dicho baile será requisito imprescindible la presentación en la Jefatura de la Policía Municipal, el permiso de la Jefatura Superior de Policía de Vizcaya, sin cuyo documento no tendrá validez la autorización Municipal...” (AMG Expediente: Código 2861 Signatura 3952-10, del 14 y 18 de diciembre de 1967).
Tras aquella solicitud, una nueva era enviada para celebrar un baile de disfraces el día de Reyes. La autorización de la Dirección General de Seguridad, de la Jefatura Superior de Policía de Vizcaya, para aquel acto decía: “...Para su conocimiento y efectos, participo a usted que con esta fecha 5 de enero de 1968, se ha autorizado a D. Luis Meabe Bilbao, Presidente de la “Sociedad Ondarrak O.A.R.” de Las Arenas, para celebrar un baile de disfraces (con la cara descubierta) amenizado con tocadiscos para el día 6 del actual en la Casa Social de Las Arenas...” (AMG Expediente: Código 2861 Signatura 3952-10, del 5 de enero de 1968).
En marzo de 1968 se volvía a sacar a subasta el servicio de altavoces, en dicho peno se recogía lo siguiente: “...El señor Alcalde abrió la sesión bajo la invocación de ritual: En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. En el tercer punto del orden del día se contempla la adjudicación definitiva del servicio de explotación de altavoces, en la plaza del 16 de junio (San Nicolás): Visto el expediente de de concurso para adjudicar el derecho de amenizar con una orquestina el baile en la plaza del 16 de junio del barrio de Algorta. La Comisión permanente acordó adjudicar durante 3 años el derecho a amenizar el baile a D. José Urrutia Arteagoitia vecino de Derio. El precio que deberá pagar al Ayuntamiento es de 40.000 pesetas anuales. Una de los motivos de la concesión radica en que dicho señor ofrece libre de gastos al Ayuntamiento su equipo radiofónico para ser sado en actos públicos...” (Libro de Actas del Pleno Municipal del 25 de marzo de 1968).
Casi a finales de los años 60 del pasado Siglo XX, la prensa bilbaína nos hablaba sobre la actividad musical, que se desarrolló entorno a alguno de los establecimientos hosteleros del municipio, y de los conjuntos musicales que actuaban en el mismo. Entre ellos esta uno de los hoteles emblemáticos de Algorta: “...Fiestas en Getxo.- Hoy grandes verbenas en los Tamarises, con la actuación especial de los conjuntos “Los Kali” y “Los Blanco”...” (Hierro ) Eran los tiempos de las grandes salas de fiestas bilbaínas “Aranzazu”, “Capri”, “Seis Estrellas”, “Dantzari Club” en la que por cierto, en esta última, actuaron “Los Kali” y “Los Blanco”. (Hierro Diario de la Tarde del 30 de julio de 1968).
En esos años se bailaba en la Plaza San Nikolas. Por entonces, los benditos días de lluvia en el frontón de dicha plaza, era el momento esperado, en los que el baile a lo agarrado desbordaba la emoción de los aprendices de Fred Astaire, permitiendo por lo estrecho del recinto algún achuchón robado que te aceleraban los latidos.
Finalizaban los años 60 y el baile de la Plaza de San Nicolás pasaba a mejor vida, los hábitos de relación habían cambiado, y las discotecas habían tomado su lugar. Los jóvenes ya empezaban a disponer de coche y el transporte había mejorado, con lo que los desplazamientos a otros lugares eran más frecuentes.
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