jueves, 6 de marzo de 2025

LAS MUJERES OLVIDADAS

 

La figura de la mujer reivindicada desde antaño, por sus luchas por la igualdad, aparece publicada desde aquel 8 de marzo de 1857, en que miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.

Reivindicaciones que se ajustaban como un paño a las declaraciones de alguna de las activistas del movimiento feminista: “...Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres...”.

Pero que desde diferentes demandas, se ha dejado en el olvido a muchas de ellas, a la gran mayoría; a la hora de reivindicar la explotación de la Mujer, nos acordamos de las que han figurado por sus acciones entorno a la escritura, la investigación o la docencia, la fotografía y el deporte, también de la música. También de las mujeres que por su trayectoria dejaron rastro en el historia de Getxo como: María Rosa Rogelia Cortina o Felisa Alday, Felipa Bustingorri, Sorne Unzueta, María Zarraga, Dominica Lombide, y tantas otras, se les ha recordado por sus actos de beneficencia o sus cualidades para el trabajo.

Y se nos olvidan esas trabajadoras de veinticuatro horas, las mujeres que entregaron su vida cuidando de su casa y familia de forma exclusiva, nuestras madres y hermanas, sobre ellas no se ha hecho apenas panegírico alguno. De ellas, que en muchos casos ejercieron un doble papel en el trabajo, ya que el suyo no terminaba ni cuando llega a casa fatigadas tras finalizar el día, y entonces les esperaban las ropas del marido, los niños, recoger la casa, preparar comida y cenas, la lavadora, que en algunos tiempos fue manual (había que ir al río con el balde sobre la cabeza).

Que desarrollaban trabajos mal pagados como la limpieza de escaleras y hogares ajenos, de cines, baños públicos, estaciones de ferrocarril, costureras y planchadoras, porteras, colchoneras, taquilleras de cine. En una época en la que las políticas familiares constituían una de las claves para asegurar la subordinación y dependencia de las mujeres.

Porque el trabajo doméstico es trabajo verdadero, ósea, y que como tal debe ser reconocido y compartido en la casa. Por ellas este 8 de marzo, los que siempre fuimos beneficiados por su trabajo, deberíamos participar en su lucha por cambiar este mundo, para que avancemos juntos en la consecución de una sociedad más igualitaria y en la defensa de las reivindicaciones feministas como pilar fundamental de una sociedad más libre, justa y democrática, a que esas pequeñas e importantes batallas, de las más olvidadas sean tenidas en cuenta. Ya es hora de reconocer su aporte al bienestar de la sociedad y de nuestras vidas

!Eran, son, nuestras madres!

8 MARZO

MUJERES LIBRES EN UN MUNDO SOLIDARIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario