lunes, 16 de septiembre de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -114-



En la anterior entrada veíamos cómo el 26 de septiembre de 1889 se procedía a la bendición del Edificio de la Escuela de Párvulos de la Fundación Cortina (en el Puerto Viejo).

El 24 de octubre de 1889 el Ayuntamiento de Getxo acordaba entregar al Club Náutico de Bilbao dos subvenciones: “...Una de 125 pesetas como ayuda para las regatas Internacionales de Vela celebradas en el Abra en el mes de agosto, y otras 125 pesetas como subvención para las carreras de caballos celebradas en los campos de Lamiaco...” En las regatas de agosto habían participado balandras y lanchas de lemanaje; en las carreras de caballos, que se desarrollaron durante los días 22, 25 y 29 de agosto en el nuevo hipódromo de Lamiaco, participaron caballos, potros, potrancas y yeguas; las del día 29 se desarrollaron en medio de un calor tropical. En esta carrera participó un caballo de menor alzada y peso que los de las carreras principales y tuvo como novedad que corrió un caballo de nombre “Chico” propiedad de D. Andrés Larrazabal, montado por su hijo Jesús, que lo hizo a pelo quedando en primer lugar. Fueron las últimas carreras de la temporada.

Pero convendría recordar cómo fueron los comienzos de las carreras de caballos en la Vega de Lamiko y de la propia Vega. Desde algunos años antes la prensa bilbaína venía hablando insistentemente de los hipódromos de París y Madrid. Incluso al comentar las fiestas de Bilbao recordaban que en la plaza de toros de Vista Alegra de la capital bilbaína: “…Se realizaron carreras al estilo del hipódromo de París, ejecutadas por diez jóvenes de esta capital...” Por lo que no era raro que dicha afición calara en nuestro entorno. Dicha actividad iba a nacer en unos arenales de Lamiako, que en algunos momentos fueron llamados de Las Arenas en los anuncios de las carreras de caballos que eran insertados en la prensa, probablemente porque este barrio de Getxo tenía más predicamento que el de Lejona. Esta vega: “...Se hallaba Frente a Portugalete y era una inmensa extensión de arenales conocida entonces como “Las Junqueras de Ondiz”. La misma adquiría el nombre de “Lamiako” debido a que en la zona existía un caserío perteneciente a la familia Ugarte cuyo nombre era “Lamiko”...”

Se puede decir que dichos terrenos vieron nacer varias actividades, tras su venta motivada por la Ley de Desamortización de Mendizabal:

En 1856 todo ese terreno fue sacado a subasta y fue adquirido por D. Máximo Aguirre quien la transformó en un gran pinar, al estilo de las Landas francesas.

En 1863, a la muerte de Máximo Aguirre, se creó la sociedad “Viuda de Máximo Aguirre e Hijos”. Parte de las tierras se vendieron en lotes y la granja agropecuaria fue convertida en un complejo deportivo.


Junto a ellos transcurriría la línea del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas, el 18 de septiembre 1887 se inauguraba el campo deportivo de Lamiako, del que D. Eduardo Aguirre Vildósola fue impulsor del proyecto.

Aquellos terrenos albergaron un hipódromo que fue inaugurado en agosto de 1889. Además de esa actividad la vega tuvo campos de fútbol, tiro de pichón, campo de polo y un pequeño aeródromo.

El 1 de marzo de 1889 en el diario madrileño “La Época” aparecía recogida la primera referencia del que iba a ser el primer hipódromo de la Vega de Lamiaco: “...En Bilbao se ha constituido la “Sociedad de fomento de la cría caballar vizcaína”, con un capital de 75.000 pesetas, distribuido en 150 acciones. El hipódromo se instalará en el punto conocido como las Vegas de Lamiaco, en la orilla derecha del Nervión y a cinco minutos de las Arenas; tendrá una pista llana de 2.000 metros por 1,5 de anchura, y otra de 1.950 metros para steeplechases; las tribunas podrán contener 1.200 personas. La primera reunión se celebrará en agosto próximo, y habrá en ella carreras para caballos de pura sangre y cruzados para los naturales del país y para los pertenecientes al ejército. La junta directiva se compone de los Sres. Marqués de Villamejor (presidente); Olano (vicepresidente); Augusto Levison, (secretario); como vocales los señores Zubiria, Urquijo, Gortazar, Urcola, Vilallonga y García (D. Romualdo)...” La pretensión al crear aquella sociedad, además de fomentar la mejora de la cría caballar, era ir introduciendo algunos deportes ecuestres como el polo y otros que atrajeran a las élites económicas hacía la nueva urbe de Las Arenas y ser centro recreativo, de entretenimiento y ocio de la nueva burguesía que iba a residir en ella. Y casi seguro que la de coadyuvar a revalorizar los terrenos en los que muchos de aquellos patricios habían invertido una parte de sus capitales.

Por fin la primera noticia relacionada con el “Hipódromo de Lamiaco” saltaba a la prensa un 21 de mayo de 1889 mencionando: “...Las carreras de caballos que han de celebrar durante las fiestas de agosto en el hipódromo de Lamíaco...” Y el 23 de junio de 1889 se entregaba a la prensa bilbaína el primer programa de las carreras de caballos en castellano y francés: “...Hemos recibido el programa en castellano y en francés de las carreras de caballos en el hipódromo de Las Arenas, organizadas por la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar Vizcaina para los días 22, 25 y 29 de agosto...” Mientras que el 24 de agosto decían en el diario madrileño “La Época”: “...Ayer por la mañana gruesas nubes, que descargaron una intensa lluvia sobre la comarca. A medio día empezó a circular la noticia de que se había suspendido las carreras de Lamiaco. El Hipódromo dista de Bilbao cerca de una hora en coche y veinte minutos en ferrocarril; está situado en la margen derecha de la ría, poco antes de las Arenas...” A continuación nos hablaban de cómo era físicamente: tienene tribunas provisionales y en su centro se levantan unas casuchas que afean algo el panorama y no permiten ver toda la pista. Esta es casi horizontal en toda su extensión, y con piso cómodo para los caballos; tiene un desarrollo de más de 2.000 metros…” Para hacernos una idea de la importancia de sus dimensiones, el hipódromo de Madrid tan solo tenía 1.300 metros.


Pero volviendo a los libros de actas, decir que el 24 de octubre de 1889, el Ayuntamiento de Getxo aprobaba la confección de un plano general de la población. Y encargaba el trabajo al ingeniero de canales y puertos D. Laureano Gómez Santa María. Se estimó un coste aproximado de 12.500 pesetas.

A finales de octubre de 1889, el día 20, las conexiones telegráficas avanzaban en nuestro Pueblo. En esa fecha se daba cuenta d la recepción de un oficio enviado por el Director de Telégrafos de la sección de Bilbao, informando que: “...La superioridad ha dispuesto la prolongación de la línea aérea de la Estación Telegráfica del Semáforo de la Galea para empalmarla con uno de los hilos del ferrocarril de Las Arenas, siendo necesaria la colocación de 29 postes para realizar dicha conexión...”

En la próxima veremos cómo se abrían nuevas calles en Las Arenas y las normas que se establecieron a partir de aquel momento.

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