lunes, 11 de marzo de 2019

LA VOZ DE GUECHO, UN SEMANARIO DE 50 CÉNTIMOS



La Voz de Guecho”, un semanario de 50 céntimos. Eso era lo que costaba cuando nació en 1899. Nació, al decir de sus creadores, como un “Semanario Independiente”, motivado por: “...El creciente avance del progreso que se ha iniciado durante los últimos años en este pueblo, el cual despertó entre los jóvenes la idea de fundar un periódico semanal, que sin mira alguna política, fuera eco fiel de la opinión pública...” Eso que visto desde hoy parece tan difícil de lograr, entonces lo intentaron a nivel local, cosa del lector será el decidir si lo lograron.

Salió en la Semana Santa de 1899, en esos días de color gris, casi negro, que por entonces y casi hasta los finales de 1970, caracterizaban los ritos religiosos, dejando en nuestras vidas un recuerdo de colgaduras moradas y silencio sepulcral.

Su comienzo tubo sus dificultades por el momento en que nacía y por el deseo de que fuera lo más profesional posible: “...Al no existir imprentas en la localidad, y nuestro deseo que el semanario fuera todo lo serio posible...” Para ello consultaron con impresores de fuera de Getxo; ellos les advirtieron de la dificultad que tenía la empresa, pues si bien para grandes tiradas resultaba económico, no lo era para un nivel más reducido, máxime cuando el plan que tenían era alimentarlo mediante suscripciones. Por ello: “...Abrimos una suscripción de 50 céntimos mensuales...” Para lo que consideraron que era necesario abrir 150 suscripciones, para poder costear los gastos semanales que requería la tirada. El semanario admitía todas la sugerencias de los suscriptores. No se vendía por las calles, era entregado a domicilio. “50 Céntimos”, esa cifra que es el titulo de esta entrada, era la cantidad que mensualmente se cobró a los suscriptores.


El primer número tenían espacios como: “Sabañón,” dedicado a las críticas pícaras de los vecinos maldicientes. “Ecos de Salón,” dedicado a animar a los vecinos a acudir a algunas conferencias “científico-literarias,” que por aquel entonces se daban en el “Círculo Algorteño” y que versaban sobre algo tan inmaterial como el “Alma”. “Un remedio”, destinado a las ciencias y su influencia sobre las personas. “Chilibrisco”, foto de un supuesto personaje “...Hombre activo, centinela del ornato público que en asuntos municipales tiene más vientos que un perdiguero...” Hablaba sobre las carencias en el municipio, basuras, ordenanzas, canes sobre los que se decía que era mejor: “...Quitar la contribución a los perros y dar chorizo a los serenos...” Al parecer el consistorio se negaba a retirar ese impuesto a los perros, alegando que su intención no era la de lucrarse con el mismo, sino aminorar la presencia de los chuchos por nuestras calles. “Concejalerías” sobre los asuntos de los plenos del municipio.

En aquel primer número que salió el día 2 de abril de 1899 hablaban de la Semana Santa que acaba de comenzar y la describían así: “...Pocos pueblos de la importancia del nuestro celebran con tanta solemnidad la Semana Santa, afamados oradores suelen dirigir la palabra a los fieles, poniendo todo su empeño en que la parte musical corresponda a la magnificencia de los sermones...” Al parecer esos sermones se platicaban en las iglesias de Santa María de Getxo, San Nicolás de Bari de Algorta, Nuestra Señora de las Mercedes de Las Arenas y en la Santísima Trinidad de Algorta. En las tardes del lunes, martes y miércoles de esa semana: “...Después de rezado el Santo Rosario y hecho el oficio del Viacrucis, tiene lugar un triduo en la iglesia de San Nicolás, siendo los encargados de dirigir la palabra a los fieles los RR. PP. Uriarte y Miguel, profesores de los Agustinos de Guernica...” Otro de los ritos que se celebraba era: “...En las tarde del miércoles y jueves, en la expresada parroquia, en la capilla y dirigidas por el organista señor Mújica se cantaban hermosas y sentidas lamentaciones de los maestros Ledesma, Arriola y Benito y misereres de Caballero y Ledesma…” Durante esos días otras usanzas de los miércoles y jueves eran: “...Los sermones del Mandato, Pasión y Soledad, que estuvieron a cargo de los expresados RR. PP. Fray Eustaquio de Uriarte y Fr. Carlos de Miguel...”

En la iglesia antigua de los Trinitarios, la que el día 19 de julio de 1929 se vería devastada por el fuego, durante los miércoles y jueves de Semana Santa se celebraba el oficio de “Tinieblas”, que era cantado y se solemnizaba: “...En la capilla bajo la dirección de D. Luis Sancho, varias lamentaciones de Calahorra eran cantadas por Benito y Gorriti, junto a los Misereres de Ledesma y Eslava. El sermón del Mandato estaba a cargo de Fr. Crisóstomo...”

El viernes de Semana Santa, día de pasión, en el que todo se tornaba gris: “...A las doce del mediodía, comienza el sermón de las Tres Horas, encomendado este año al RR. PP. Carlos de Jesús y María, Definidor General de la Oren Trinitaria. Durante los intermedios, y bajo la dirección de D. Luis Sancho, la capilla escuchó el famoso “Stabat Master” entonado por los jóvenes de la localidad, obra del eminente compositor D. Nicolás Ledesma...”

En Viernes Santo salía, tras los oficios, de la parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta, la procesión del “Santo Entierro”, precedida por numeroso público: “...Cerraban aquella marcha los niños de las escuelas de Algorta, los socios de la “Benéfico-Recreativa” y la comunidad de de los padres Trinitarios portando hachas encendidas. A aquel cortejo le seguía el clero parroquial, las autoridades municipales y judiciales, y representante militar, teniente de artillería Sr. Legorburu y el Diputado Provincial Sr. Arrola. Escoltaba al Santo Sepulcro un piquete de artillería y cubría la carrera una fuerza de la misma arma a las ordenes de los Sres. Serrano y Terrer...” Acompañaban a la comitiva: “...Fuerzas de Carabineros y Guardia Civil, quienes custodiaban las imágenes de San Juan y la Dolorosa. Cerraba la procesión la banda de música municipal...”


Terminaba el semanario en su sección de anuncios con referencias a un tratado de aritmética elemental que el maestro de Algorta D. Valentín Cuartango, autor de la obra, vendía en su propia casa. Aquellos anuncios se debían entregar en la Avenida Basagoiti N.º 96 y en la tienda de D. Manuel Eguia.

Así, en sus cuatro páginas nos contaba el semanario en su nacimiento algunas cosas que acontecían en nuestro Pueblo. También, coincidiendo con su fundación, describía a la perfección cómo eran las Semanas Santas de finales del Siglo XIX en Getxo. Pero no fue solo ese ejemplar el único número de aquel semanario, le acompañarían otros de los que iré hablando, ya que nos ofrecían datos de nuestro Pueblo que ayudan a conocerlo mejor.


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